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04 FRIGILIANA: AZUL SOBRE BLANCO

martes, 5 de mayo de 2009

Frigiliana es esencia blanca. Frigiliana es explosión de color. Aromas de pasados intensos, de presentes perfumados, de futuros por descubrir escondidos tras sus esquinas. Frigiliana desciende desde las laderas de la sierra para ver el mar, al fondo. Y en el camino, olvida olivos, almendros, naranjos, limoneros, aguacates, nísperos. Villa combativa en la que aún se escuchan los ecos de la cruenta batalla del Peñón. Frigiliana, donde las flores rojas y violetas dibujan su sombra en las paredes inmaculadas. Frigiliana para ser sentida, para ser recorrida con morosidad, despaciosamente. Frigiliana para respirar el intenso embrujo de sus calles. Frigiliana única. Frigiliana de las Tres Culturas.

Allí está

Entre los bancales de frutales que buscan el mar se percibe el intenso blanco de la villa. Encaramada al perfil exacto de la Sierra de Almijara, desciende en pendiente hasta su plaza principal y ya desde ella se intuye el embrujo que destila. ¿Por dónde empezar cuando hay tanto que disfrutar? La información que hemos preparado para este viaje la hemos extraído de la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y de la web municipal de Frigiliana. En esta última se nos propone una ruta dividida en cuatro tramos que nos parece muy interesante y muy práctica. Primer tramo: del Apero al Portón; segundo tramo: del Portón al Torreón; tercer tramo: del Torreón a la Ermita; y cuarto tramo: el Barribarto. Pero antes, hemos de aparcar. Al llegar a una primera rotonda en la entrada de Frigiliana se nos indica Centro Pueblo y Circunvalación, aunque las dos rutas propuestas nos llevan al mismo sitio, aconsejamos escoger la segunda, pues nos conduce directamente a los lugares de estacionamiento. Hay un parking público de pago perfectamente visible, pero aconsejamos dar una o dos vueltas en las inmediaciones para intentar aparcar en la calle. Quizá andemos un poco más, pero dado el tiempo que nos llevará visitar la Villa es mucho más económico dejar el coche al aire libre. Sólo un poco de camino y otro poco de paciencia.

Tramos primero y segundo: del apero al portón y del portón al torreón

Las indicaciones turísticas de la Villa se encuentran perfectamente visibles. Encontramos de manera casi inmediata y en la plaza desde que se contempla el enorme edificio del Ingenio y las construcciones de las Maquinillas una señal que nos lleva hasta el primer punto de destino, la Casa del Apero, que además hace las veces de oficina de información turística. La Casa del Apero ya es un prodigio de conservación, con su patio empedrado, su discreto rincón y la fuente indispensable para acallar los clamores del calor en verano. A la vez nos asalta cierta sana envidia, porque a ese patio desembocan dos casas particulares que en las noches estivales podrán contemplar el primero de los monumentos que ofrece Frigiliana. La Casa del Apero, como se destila de su nombre era un edificio dedicado a guardar los diferentes utensilios de labranza, además de caballerizas y que estaba inextricablemente unido a la fábrica de miel de caña del Ingenio. Ahora es casa de la cultura, oficina de información turística, museo y sala de exposiciones. Allí, previo pago de 1 euro, adquirimos un plano de la Villa en el que se detallan las posibilidades de la visita. Preguntamos por un lugar típico para comer y se nos recomienda... Lo veremos más adelante... Iniciamos desde aquí nuestra ruta con la intención de sumergirnos en la que está galardonada con el Primer Premio Nacional de Embellecimiento de los Pueblos de España. Dirigimos nuestros pasos hacia El Ingenio, antigua residencia de los marqueses de Manrique y, en la actualidad, única fábrica de miel de caña en funcionamiento de Europa. Ya nos advierten desde la oficina de turismo que la visita no es posible por cuestiones de preservación de la higiene. Comienzan desde aquí las primeras impresiones de las flores vivísimas sobre las paredes de blanco inmaculado. Iniciamos el camino por la calle Real, arteria principal del barrio bajo y que, en su camino, nos encontraremos con la gran mayoría de los elementos a visitar. Numerosas tiendas de artesanías, vinos y mieles se abren camino como tentaciones primeras. Tras descubrir los Reales Pósitos con sus arcadas de rojo intenso, se abre ante nosotros una bifurcación. Hacia la izquierda continuaremos por la calle Real, un camino casi liso, y por la derecha podríamos ascender al Barriobarto por la calle del Darra. La información nos indica que continuemos por calle Real (aunque luego habremos de recuperar la altura de una tacada por las escaleras de la calle Almona). Continuamos adelante. Comienza el dédalo de calles. Absolutamente todo el pueblo está empedrado y trufado de arriates y de tiestos y de flores de vivísimos colores y de perfume de naranjos... Paseamos despacio, dejándonos llevar por el ritmo que destila la Villa. En el inicio del callejón de correos hay una fuente, réplica de la que antiguamente hubo en ese lugar. Nos refrescamos con gozo antes de visitar en ese mismo callejón el Taller de Calabazas, una tienda donde el artesano fabrica todo tipo de objetos con este producto del campo, desde lámparas y colgantes hasta palilleros o esculturas. Sin duda, más allá de los monumentos, el auténtico embrujo de Frigiliana reside en las sorpresas que deparan sus callejones, sus rincones minúsculos, sus detalles de flores. Y los nombres, los nombres de sus callejones, del batanero, del señor, del horno... El silencioso rincón del Torreón esconde uno de los tesoros de Frigiliana, una vasija que contiene grabada la inscripción de las tres culturas. En esa inscripción la cruz cristiana, la media luna musulmana y la estrella de David judía aparecen juntas, en armonía cinceladas delicadamente en relieve sobre una tinaja. Hay que buscarla entre tiestos y macetas de flores y cáctus bañados por un tierno perfume de jazmín. De ahí, de aquel descubrimiento parte la idea de organizar el Festival de las Tres Culturas, que este año se celebrará los días 28, 29 y 30 de agosto, con la actuación de Pitingo y Medina Azahara entre otros. Tiene ese símbolo cierta cualidad mágica, un portento de energías que se desprende de él, o quizá sólo sea el deseo y la racionalización de su significado. Quién sabe.

Tercer tramo: del torreón a la ermita. Y el secreto de las doce cabezas. Avituallamiento

Las tentaciones a la derecha comienzan a ser muchas. Pese a no querer salirnos de la ruta preestablecida, un tirón nos hace mirar hacia arriba, hacia las peñas, hacia el Barribarto. Y es que este caserío se abre a la vista, se intuye y presiente como un tótem sobre nosotros. Se vislumbran sus calles a través de El Zacatín, una de las conexiones de calle Real con calle Alta. Se intuyen los vestigios de una torre, la presencia del rebelde morisco El Darra ahí arriba, sopesando la posibilidad de dar la vida en su lucha contra los cristianos. Todo parece posible en Frigiliana. Pasado el desvío que nos induce hacia la cima, El Zacatín, llegamos hasta la plaza de la Iglesia de San Antonio, uno de esos lugares donde sentarse, descansar y comprobar como las sencillas y delicadas paredes de la Iglesia contrastan con el intenso azul del cielo. La Iglesia de San Antonio, que guarda un secreto en su interior. No se observa a primera vista. Caminamos por la nave central, un delicado artesonado de madera sobre nosotros. A la izquierda vemos un grupo de personas agachadas. Se sacan fotografías. Tras ellas, en una hornacina... 12 cabezas. 12 cabezas con doce nombres, los doce apóstoles. Nos acercamos más entre el estupor de los visitantes fotografiados... No son cabezas, son máscaras. Máscaras que representan a los doce apóstoles. ¿Para qué se utilizarán? En la información no aparece nada, pero preguntamos. Las máscaras de los doce apóstoles se utilizan en la celebración de la Semana Santa, los doce acompañan al Cristo en su último día. Saciada la curiosidad y confesado el secreto, salimos de la iglesia y continuamos el paseo. Caminamos por el lateral izquierdo del templo y accedemos a una plazuela a través de "La Bodeguilla". En la plazuela, una trifurcación. Enfrente, la calle de El Garral que asciende al Barribarto, la siguiente, una calleja sin salida, el tercero.... el Callejón del Inquisidor, estrechísimo, en el que se sitúa una fuente con, de nuevo, una media luna, una estrella y una cruz. Tres símbolos, tres culturas. Comienza aquí en estas calles el barrio morisco, un red de calles más intrincada aún si cabe con rincones sorprendentes que recomendamos descubrir, reductos repletos de color, de rojos claveles, portones azules, zagüanes lilas... En las casas, sillas de enea con macetas de flores. Y continuamente, los nombres, callejón de las ánimas, de los moriscos... Llegamos de nuevo a la calle Real, frente a la plaza de la Fuente Vieja nos encontramos con un reclamo irresistible. "Tapa y caña, 1 Euro". El bar se llama "la Alegría del Barrio", taberna de señorío popular, con todo el sabor de lo propio, de lo auténtico, sin aparatajes, una bar de barrio. El ventilador en el techo, las paredes repletas de fotografías, radios antiguas sobre un estante. 4 cañas, 1 tapa de boquerones, 1 tapa de filetitos y 2 tortillas de bacalao = 4 Euros. Estas últimas son recomendación de la casa y están deliciosas, más aún si se mojan con un poco de miel de caña. Una de las hijas del propietario las degusta con fruición, recién hechas y embadurnadas de miel. Un acierto. Tras este avituallamiento seguimos trayecto, visitamos la Fuente Vieja, más adelante el monumento moderno a las tres culturas y al final de la calle, la ermita del Ecce Homo. Llega la hora de subir al Barribarto, y las vemos. Las escaleras de la calle Almona que nos llevarán hasta ese pedazo de historia que allí se fraguó. Subimos despacio, sin prisas, con paradas.


Cuarto tramo: El Barribarto
El Barribarto es impresionante, dédalos de callejuelas, repletos de macetas. Violetas, rojos, azules, verdes sobre las paredes inmaculadas. Las cortinas de las puertas se baten con la brisa. Se hacen realidad las íntimas particularidades de Andalucía en estas calles de apacible transitar. Cada recodo, cada rincón merece ser visitado morosamente, con paciencia y con quietud, en silenciosa procesión, dejando que la vista y el olor y el tacto se sumerjan en esta íntima Frigiliana que parece no haber cambiado en los últimos quinientos años. Y el cielo siempre rotundo, inmenso y azul. Muchas puertas abiertas y casas con nombre femenino Casa Sofía, Casa Rosarico. Vemos, ahora desde arriba la calle El Garral, El Zacatín, cómo desciende hasta la Calle Real que antes hemos transitado. La calle Almona se transforma en calle santa Teresa y en calle Alta y en calle Sto. Cristo. Pese a la altura, el laberinto de calles aún no nos ha permitido ver el mar que se intuye más allá de las casas y de las terrazas, en el horizonte. En una de las calles que ascienden hacia los restos del castillo, la calle Chorrera, nos encontramos con el "Harén Fantástico", una suerte de artilugio mecánico que tras la introducción de 50 céntimos nos muestra las querencias de media docena de odaliscas árabes bailando. No logramos localizar el camino hacia el emplazamiento del antiguo Castillo de Lízar. Caminos que se acaban, puertas cerradas... Proseguimos. Como recomendación en el Barribarto y en Frigiliana en general, no guardar la cámara de fotos, cada rincón es susceptible de ser retratado. Seguimos hacia adelante cuando, de pronto, se abren las calles para dejar paso a un amplio mirador sobre el mar. Un banco invita a sentarse y disfrutar este espectáculo de arquitectura y naturaleza. Se contempla el mar, las montañas, el caserío blanco en una fusión completa hasta el Mediterráneo. Se le llama el Mirador del Sto. Cristo. Entablamos conversación con Antonio, un hombre mayor sentado sobre una silla entre el sol y la sombra, que nos cuenta los avatares de su vida en este barrio y nos detalla cómo en la guerra civil y a causa de un bombardeo se desprendió una roca desde lo alto del Barribarto hasta la parte más baja de Frigiliana. No tenemos posibilidad de contrastar la historia, pero allí contada, con la mirada en el mar y el sol sobre la cara, nos parece una buena historia. Caminamos. La montaña invade las casas y las calles y éstas se adaptan a lo abrupto, a lo sinuoso de la sierra. Un poco más adelante hay otro mirador completamente invadido por las mesas de un restaurante. Continuamos y, descendiendo ligeramente, llegamos al Peñón de la Sabina, un espléndido balcón bajo el que se observa la parte más nueva de Frigiliana, el Ingenio y las primeras estribaciones del Barribarto desde la calle El Darra. Fotos.

La Bodeguilla

Descendemos hasta la calle Real por entre las callejas, nos perdemos entre los aromas y los colores. Pero lo poético no está reñido con lo pragmático, así que decidimos escoger un lugar para comer entre la numerosa oferta que ofrece el barrio antiguo de Frigiliana. Hemos leido unas indicaciones, y hemos preguntado y hemos hecho averiguaciones. Entre los nombres que se nos ofrecen, uno se repite, La Bodeguilla "El Rincón más típico de Frigiliana", como reza su publicidad. Esta mañana pasamos por allí, se encuentra paralelo a la Iglesia de San Antonio, así que no hay problema para llegar. Apenas una decena de mesas se apiñan entre el callejón del Inquisidor y el comienzo de la calle Garral. Sillas de hierro y mesas camillas sin ostentaciones. Charlamos con Rosario, la propietaria, que nos atiende con amabilidad exquisita y nos cuenta que este es uno de los pocos restaurantes de la villa que ofrece platos típicos y de auténtica comida casera. Choto, migas, sopa de tomate, ajoblanco. Los precios son muy razonables si tenemos en cuenta que estamos comiendo en el corazón de Frigiliana. Los platos más caros, el entrecote a 10 euros y el plato especial La Bodeguilla, a 10 euros. Nos decantamos por choto a 9,50 euros y el plato especial a 10 euros al que añadimos 4 cervezas y dos vasos de vino dulce de postre. Total, 27,50 euros. El plato especial lleva huevo frito, papas a lo pobre, chorizo y morcilla, choto, pisto, carne en adobo y migas. Completísimo y delicioso. Caben destacar las migas, caseras y sabrosísimas. Es un restaurante completamente familiar bajo la premisa de "Después de 20 años nos sentimos orgullosas de nuestra clientela y esperamos gracias a Dios y a nuestros clientes, sigamos muchos años más". Se paga en el interior de la casa, entre las fotos de comuniones, bodas y reinas de la feria.

La búsqueda del emplazamiento del Castillo de Lízar

Optamos, en la tarde, más fresca, por recorrer las calles de Frigiliana para visitar las múltiples tiendas de artesanía que ofrecen todo tipo de productos. Hay varios comercios en los que se puede adquirir la miel de caña, deliciosa, y el vino realizado con sus vides próximas. Los precios, para todos los gustos, la artesanía, también para todos los gustos. Tras el paseo, bajada ya la comida, pero aún con la espina clavada en nuestra infructuosa búsqueda del acceso al emplazamiento del Castillo de Lízar, decidimos preguntar. ¿Cómo se llega hasta allí arriba? Desde la calle de El Zacatín se ve, pero no se puede acceder. Nos cuentan que hay que salir del pueblo, que el acceso no se realiza desde el Barribarto. Tomamos nota. Conviene ir en coche, los más animados pueden hacer el camino andando, pero son casi dos kilómetros de subida muy seria. Hay que atravesar el pueblo, dejando a la izquierda el nuevo pabellón municipal, a la derecha la entrada a la calle Rosario, y tomar dirección carretera de Torrox. Aproximadamente a 600 metros encontramos un desvío a la derecha en el que se indica "El Fuerte de Frigiliana". Allá vamos. Carretera de ascenso mal asfaltada y con su tramo final de pista. Hay que seguirla todo recto, entre algunas casas diseminadas en la parte superior hasta llegar a una gran alberca. Justo encima de la alberca hay una pequeña explanada donde dejar el coche y en la que vemos un panel explicativo que nos indica que estamos en el Pozo de Lízar. Enfrente, la sierras cortadas a pico, majestuosas e impresionantes, detrás, un pequeño promontorio en el que se aprecian algunos muretes derruidos. Miramos el promontorio, a la izquierda hay un camino marcado que proviene desde Frigiliana, un tanto a la derecha, una flecha blanca sobre una roca nos indica el camino. No es malo, pero sí estrecho y con cierta altura. Recomendamos a las personas con algo de vértigo que no se suban. El resto... se va a encontrar con una vista impresionante. Al fondo, el mar, a la izquierda, las sierras, a la derecha, las lomas repletas de frutales que llevan hasta Torrox, debajo, el Barribarto de Frigiliana. Vemos perfectamete su trazado, el Zacatín, la calle Chorrera, casi a vista de pájaro. El cielo azul sobre nosotros. No hay paisaje comparable. Resulta apabullante, casi estremecedor. El atardecer nos acompaña. Casi podemos sentirnos como el morisco El Darra esperando la llegada de los ejércitos de cristianos viejos. Pero ahora, en la cima, aguardamos ver la Frigiliana que no se ve, la que queda tras las calles encaladas y da paso a los umbríos patios decorados de explosivas flores, la de puertas adentro, la que se aferra a la tierra y mira al mar.

Recomendaciones y enlaces de interes

Dos recomendaciones útiles: Primera: Calzado cómodo, Frigiliana es una lugar para andar, para subir y bajar, para perderse y reencontrarse, para recorrer e investigar. Segunda: ligera ropa de abrigo, en las ncohes refresca y aunque en verano hace calor, el entramado de las calles permite las sombras y que corra cierta brisa.
Comer en Frigiliana: recomendamos la Bodeguilla por tradicional, pero son numerosos los restaurantes que desde el Barribarto ofrecen comidas caseras con unas vistas panorámicas impresionantes. En precios hay de todo, más y menos modestos.
Productos: No se olvide comprar la miel de caña elaborada en El Ingenio, única fábrica de Europa en la que todavía se fabrica. Es densa y untuosa y tiene un sabor excelente para combinar con salados o utilizarla para salsas.
El Festival de las Tres Culturas: este año celebra su cuarta edición. Conciertos y espectáculos para todas las edades. Su esencia es la mezcla, la convivencia entre árabes, judíos y cristianos. Una cita cada edición más destacada dentro del programa de actividades culturales que Málaga ofrece en verano. Podeís visitar su enlace en el Festival de las Tres Culturas.
Senderismo: El entorno natural de Frigiliana es espectacular, existe un completo programa de senderos para los visitantes más animados que podeis ver detalallado en Programa de Senderos.
Enlaces de Interés: para realizar este viaje hemos consultado tres páginas web la del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la web municipal de Frigliana y la página Frigiliana.info

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

9 comentarios:

Bego dijo...

Me encanta la 1ª foto,lo blanco de las casas,las calles tan limpias, las flores, tan diferente a los pueblos castellanos,es curioso las mascaras....no lo había visto nunca.

Nekane dijo...

Israel:Yo me quedo en Frigiliana.
Otro descubrimiento.El propio nombre es difícil para memorizar pero armónico y sugerente al oído.
A veces no nos paramos a pensar cómo se ha llegado a esa síntesis de culturas y una pequeña prueba fehaciente nos hace reflexionar.
A mi me fascinan las descripciones paisajísticas y laos rincones.
Y creo que Frigiliana lo tiene todo.
Nada más levantarme he ido a ver qué sorpresa nos deparaba este martes y ha colmado mis expectativas.Igual estoy resultando algo cursi en mi forma de decirlo pero es cómo lo siento.
La forma en que lo cuentas y las fotos que nos aportas te hacen sentor un "gusanillo" por verlo.
Un abrazo.Te felicito por hacernos sentir así 4 pueblos malagueños.

FERNANDO dijo...

Amigo Isra, amigos todos:
impagable enciclopedia visual, olfativa, gustosa... ¡sensorial! Sens...acional. Zorionaks mil. Amo la Málaga que describes, llevo 25 años de idilio y otras tantas visitas. No puedo por menos que hacerte una petición: Déjame Isra ser tu zahorí en ese pueblo del que tanto en ocasiones te he hablado. No desvelo el misterio del nombre de esa joya museo. Coincidiremos allí en agosto. Te prometo recepción oficial con la alcaldesa y fuerzas vivas: los niños del taller de videocreación y las mujeres del de risoterapia o la gente de la cooperativa. Deseo seguir tus pasos por ese entorno y compartir las sensaciones de Antonia. ¡Ah! soy gratis y ofrezco alojamiento en pensión completa. Tras vuestra visita el resto de amigos quedará invitado. Gracias por tus fascículos. Síguenos visitando. Abrazos

Anonymous dijo...

lO QUE CUENTAS,ANTES DE MANDARNOS A VIAJAR A FRIGILIANA,ESA ESPECIE DE INTRODUCCIÓN QUE HACES,ME PARECE SENCILLAMENTE MARAVILLOSA.
SALUDOS EMILIO.

Anonymous dijo...

Isra:fenómeno cómo lo cuentas,fenómeno los sitios que nos cuentas.Viniendo de ti,no me extraña que todo sea fenómeno.Eres...un fenómeno de las teclitas del ordenata.
Te escribiría más veces pero me dejas sin palabras.Agur
Frijiliana parece un lugar idílico.Lo tengo que ver.
Otra vez agur.

Ortuellako dijo...

Y tan largas las vacaciones.Cada martes me dan más ganas de ir y hacerlo según tu lo cuentas.voy a necesitar la jubilación,que tampoco es mal plan pasar gran parte de ella por esos parajes.Sólo me quedan cuatro años pero mirntras tanto haremos algún aperitivo.
Cómo nos gusta.Vamos a crear un club de fans de:
El color azul del cielo
y
Las estaciones y los días.
Agur,Isra.

Anonymous dijo...

Isra no me voy a quedar con las ganas de visitar algun pueblo que tu describes tan bien y nos hace pasar tanta envidia,te sigo todas las semanas,seguro que algùn dìa voy para allì.Un beso para Juana,Benja y Antonia

Unknown dijo...

Magnifico trabajo Isra. Yo estoy intentando realizar una labor similar, pero en mi caso por toda Andalucía. Seguiré tus indicaciones cuando visite Málaga.
http://www.miradasdeandalucia.es/blogmiradas/juanmadelgado/2009/09/22/frigiliana-fusion-cultural/

ALQUERIA del DUENDE dijo...

Hola Israel, soy propietaria de una casa rural en Frigiliana y me ha encantado descubrir este blog.....Gracias por ser tan buen embajador de nuestro pueblo, con tu permiso he puesto un enlace en mi web hacia tu blog, para que todos los que la visitan conozcan Frigiliana con la claridad de tus ojos y la emoción de tu relato.
http://www.alqueriadelduende.com