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05 ÁRCHEZ: ENTRE SIERRAS, RÍOS Y FRUTALES

martes, 12 de mayo de 2009

Árchez entre frutales, sobre la hondura perfumada de un valle. Tímido Árchez bajo el cielo azul y entre el verde. Suenan en sus calles las melodías del río Turvilla. Árchez con esa torre alminar que todo lo vigila desde la altura. Árchez traspasado por su historia mudéjar y por sus leyendas. Árchez, con sus apenas 400 almas rezuma esencia andaluza. Árchez, Joya Merinita del Siglo XII. Fresco y delicado Árchez en su valle de naranjos, entre acequias y molinos. Árchez por descubrir. Ahí está, con su eterno alminar contemplando las laderas de la sierra. Árchez para recogerse.


Árchez, entre frutales

Parece el caserío de Árchez con su blancura entre verdes ser un fruto más de las vides, olivos y nísperos que le rodean. Se encuentra protegido en el fondo de un valle, a la sombra de Cómpeta y acariciado por el frescor de los árboles que le rodean. No resulta de extrañar que la población árabe escogiera este lugar para establecerse. Bebe de su río Turvilla, se refresca de sus frutales, se alimenta de sus cosechas. Se encuentra Árchez en ese trazado histórico que en la Axarquía se ha dado en llamar Ruta Mudéjar, desde la costa, pasado Algarrobo y Sayalonga, poblaciones de mayor presencia poblacional. Parece que será umbrío bajos los soles de justicia estival, fresco y apretado en los calores del verano. Un parking mínimo frente al ayuntamiento nos da la bienvenida y, de manera inmediata, podemos perdernos entre sus calles, laberinto blanco. En el comienzo de ese dédalo nos encontramos con un panel explicativo donde se indican los lugares de interés para ser visitados. Tomamos nota y nos prestamos a ello, con la intención primera de disfrutar de las callejas frescas y tranquilas, acompañadas por numeroso trinar de pájaros y arrullo de palomas. Pronto nos encontramos con una joya arquitectónica.

El alminar de Árchez

Sito en la Plaza Mudéjar y visible casi desde cualquier calle del municipio, el Alminar muestra el delicado poderío de la arquitectura árabe. Se eleva y recorta contra el cielo azul con sus fachadas de ladrillo rojo, su parte superior de albero y su cinta de azulejos blancos y azules. Una pareja de bancos, próximos a la base del alminar, invita a sentarse. Apacible rincón en el que ya resuena el bullanguerío del río cercano. Nos sorprende el repicar de campanas, insistente y agudo en su llamada a misa. El alminar, antigua torre de llamada del muecín a la oración se encuentra adosada a la Iglesia de la Encarnación. Precisamente en uno de sus muros y gracias a uno de los múltiples paneles explicativos que hay en el municipio conocemos que las campanas tienen nombre propio, una de ellas responde a Nuestra Señora del Pilar y otra a María de la Encarnación. Del mismo modo otro de los paneles explica cómo se desarrolló la construcción de este monumento sobresaliente y la trascendencia que tiene como monumento arquitectónico "Elemento vertical en la horizontalidad de la mezquita, el alminar evoca la gravedad vencida por el esfuerzo del hombre, estableciendo la comunicación entre dos espacios, el interior y el exterior". Para los amantes de la anécdota, no podemos dejar de reseñar la historia de una leyenda.
La leyenda de la lagartija y las tentaciones del vino dulce

La leyenda de la lagartija dice lo siguiente: "Cuenta la tradición que en el proceso de fabricación de la campana de la iglesia cayó una lagartija y quedó incrustada e ella. A raíz de ésto, cualquier persona en edad de merecer y soltero podría subir a la torre y tocar la lagartija, en el plazo de un año, encontraría el amor...". Mientras releemos la recreación de esta historia popular, se nos acerca una mujer, nos invita a pasara a los bajos de su casa en lo que intuimos será una pequeña tienda en diario. Allí, en una alacena mínima nos ofrece todo un surtido de productos típicos archeros. Vino dulce, que nos da a probar, higos de Árchez, pasas, torta con almendras, un amplio surtido de dulces... En todos los envoltorios aparece el símbolo del municipio, su torre alminar. La mujer que nos atiende y que nos reclama la compra se llama María y, ante tanta tentación, caemos. Una botella de vino dulce de dos litros - Dura hasta dos años embotellada.- Nos señala María, 6 euros. Y un pan de higos selectos, 6 euros. Caprichos y tentaciones. Será más tarde cuando veamos a María de nuevo en acción, esta vez con dos turistas extranjeros a los que también lleva a su tienda. Sí parecen los archeros y archeras gentes afable y con ganas de entablar conversación. Continuamos el paseo.

La Iglesia y su plaza

Los naranjos, mecidos por la brisa, impregnan de dulce aroma todas las calles. La puerta de la Iglesia de la Encarnación nos muestra una pequeña plaza rectangular en la que se puede leer un panel explicativo en el que se detallan y explican las particularidades de la comida mudéjar, combinación exacta de dulce y salado "La cocina medieval andaluza se caracterizó por el uso de las fermentaciones, de lo agridulce, de las especias, de las hierbas aromáticas y de los dulces. El alcuzcuz, a base de harina de trigo, carne, legumbre, verduras y frutos secos era el plato completo más corriente, como el alhale, carnero curado en sal, o los cocidos de bovino, palomos, perdices y francolines... sin olvidar los panes de pasas y almendras, los buñuelos de queso con miel y los célebres higos de la Axarquía, tan elogiados por Al'Umari e Ibn Al Jabib, con los que se preparaba pan y arrope"... Tendremos la oportunidad, más tarde, de comprobar algunas de estas afirmaciones. Entramos en el templo. Una sola nave ofrece en su frente un altar penachado de nubes blancas y azules. A la izquierda nos llama la atención una imagen de la Virgen de Monserrat, conocida popularmente como La Moreneta. Preguntamos acerca de su presencia en la iglesia y tras dos contestaciones contradictorias optamos por quedarnos con la intriga. Salimos de iglesia. Al final de la plaza, a la derecha y de espaldas al templo hay una buena fuente de dos caños en los que sumergir la cabeza, refrescarse y paliar la sed. A la vuelta de la plaza nos encontramos con una de las muchas sorpresas que ofrece Árchez.... ¡¡Una casa de inspiración gaudiesca!! Como si un fragmento de la Casa Batlló de Barcelona se hubiera trasladado hasta este valle. Sumamos la Virgen de Monserrat y esta casa y deducimos a vuela pluma y sin mucho fundamento que la presencia de algún reducto catalán en estas tierras ha de ser factible. Observando el alminar desde cualquiera de los puntos del municipio, casi se puede imaginar la voz del muecín llamado a la oración. Se respira en Árchez cierta brisa de pasado de relumbrón. Avanzamos por sus calles y accedemos a la Puerta del Río.

Los molinos

El olor dulce, penetrante, permanente nos acompaña. Accedemos al paseo del Río Turvilla, fresco, arbolado. Un puente nos da acceso a los restos de una casa que pudo haber sido molino, y creemos encontrar una comuna hippy. Mujeres de vestidos floreados y pelo larguísimo nos saludan cuando cruzamos. Llegamos hasta el que fue Molino de Doña Fidela, que también lleva una leyenda "comprado el molino por un archero a la propietaria original y haciendo éste obras de restauración en el edificio ha que hallare un cofre repleto de monedas de oro...." Ahora, centro neurálgico de la comuna hippie, se llama Molino Winkler. Buscamos el siguiente Molino, el de Don Matías. Preguntamos a Rafael, un archero que nos indica con exactitud el camino a seguir. Se le ve dibujado en los ojos una pregunta -¿A dónde irán estos? - pero nos atiende con muchísima amabilidad. Pasada la fuente de El Pilar, cogemos el camino del cementerio, por su flanco derecho enseguida veremos una acequia. Hay que continuar por ella hasta el final, allí, nos esperará el Molino de Don Matías. Es un camino trufado de amapolas, nísperos, olivos, chumberas... y sobre ellas bancales de vides que ascienden hacia la sierra. Como permanente banda sonora el sonido del río Turvilla, invisible a nuestra izquierda, y a la derecha el de la acequia por cuyos bordes caminamos. No es un camino apto para todos los públicos, la acequia se rompe en un par de tramos y hay que bordearla, pasar bajo un par de troncos, sortear unas matas y ortigas. Sólo recomendado para personas con cierto espíritu aventurero. Caminamos cerca de veinte minutos entre huertas hasta que entre lo umbrío de varios matorrales altos divisamos nuestro objetivo: el Molino Matías, del que sólo se intuye su esplendor, ahora completamente abandonado. Regresamos. La dificultad del camino nos ha abierto el apetito.

La Posada Mesón Mudéjar

Un amigo nos ha recomendado en Árchez la Posada Mesón Mudéjar, situada en el centro del pueblo, frente a la portada de la Iglesia de la Encarnación, sin posibilidad de pérdida. Llevados por los aromas del pasado y sabiendo que estamos en uno de los pueblos incluidos en la ruta mudéjar de la Axarquía, no podemos menos que hacerle honor a la historia archera. La Posada Mesón Mudéjar es un establecimiento cuidado al detalle. Todos sus elementos, en armonía, hacen de él un lugar cálido, confortable. Velas sobre las mesas, arcos de madera, color albero en las paredes... Además del restaurante posee cinco habitaciones decoradas con delicadeza. Nos sentamos en una pequeña mesa en el patio. Saludamos a Serafín, el propietario, y dejamos que el menú circule ante nosotros: chipirones salteados con ajillo, guindilla y cilantro, revuelto de ortigas del río de Árchez, merluza mudéjar, ajoblanco, pollo mudéjar...
Pedimos 4 cervezas, 2 botellas de agua, 1 ensalada mudéjar, 1 cordero a la miel, 1 pollo mudéjar,1 helado de chumbo = 41 euros. Recomendamos fervientemente sus helados artesanos tal como de higo y pasas, algarrobas o el propio helado de chumbo. Deliciosos. Los precios son razonables y las raciones son generosas. La carta, muy especial, y el toque último, muy bueno. Tras el deleite gastronómico, un paseo.

Despedida

Nos despedimos de Árchez caminando por el paseo del Río Turvilla, el fresco de las sombras y de los frutales aplaca el calor y la inmediatez del río calma la impenitencia del sol. Caminamos despacio, sin poder evitar echar un vistazo al alminar que todo lo preside y dejando volar la imaginación, ideamos aquellos tiempos del S. XVI, cuando la población morisca trasegaba por estos pagos. Casi podemos ver una chilaba a la vuelta de una esquina, pero esto ya no sabemos si es realidad o producto del embrujo mudéjar.

Recomendaciones y enlaces de interés

Recomendaciones: Charlar con los archeros, se sacarán un buen puñado de historias agradables de escuchar y de decir. Dejarse llevar por el pausado ritmo que destila Árchez.
Enlaces de interés: Tres páginas web indispensables para conocer más acerca de este pueblo de la Ruta Mudéjar. La primera de ellas, la del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la segunda, la página web municipal de Árchez. Y tercera, la página web personal de un vecino archero.
Dónde comer: Árchez, además de la Posada Mesón Mudéjar tiene otras opciones gastronómicas. Recomendamos ésta por tener la versión más completa del arte culinario mudéjar.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

12 comentarios:

Anonymous dijo...

ahora estoy in situ donde se cuece este blog.dentro de un ratito a mis Km.
Precioso,Isra.

Bego dijo...

En la visita a este pueblo, según lo vas contando entra una sensación de paz y de estar oyendo el murmullo del agua,¡Que bien!

Nekane dijo...

Hola,Israel:
la primera foto,tan singular,con el alminar de fondo y rodeada de verde.Un espectáculo.me gustaría sentirme en medio.Vivirlo.Evoca paz y armonía.
Un pueblo tan pequeño y con tanta riqueza histórica y tanta belleza:arte mudéjar,una casa de inspiración gudiesca,leyendas de lagartijas.Una cajita de sorpresas Ärchez,la verdad.
hasta los nombres de los alimentos son evocadores:alcuzcuz,alhale.
¡Qué rico todo!Siento sus perfumes.
Las palabras nuevas que estoy aprendiendo.Me estás ilustrando,Isra.
Y la frescurita en los molinos.Bueno,bueno,bueno...
La Posada Mudéjar con su síntesis de sabores y olores,algunos de ellos para mí completamente desconocidos.
¡tengo que probar el helado de higo y pasas,el de chumbo y el peazo plato de la foto.
Otro descubrimiento de la belleza de un pequeño pueblo malagueño.¡Qué cosquilleo se siente al ir descubriendo a través de ti toda esa armonía entre la naturaleza y los pueblos!
Esperamos con expectativa que nos traes el próximo martes.
Es genial cómo lo cuentas.

Israel B dijo...

Intentaremos sacar tiempo para conocer mejor esa Málaga tan conocida y tan desconocida.
La próxima semana queremos visitar Árchez.Nos ha cautivado.
Sigue con estas crónicas tan bien elaboradas y tan atrayentes para los espíritus viajeros y hasta los no viajeros.
Saludos y adelante,Israel(se me hace raro escribir el nombre de un Israel que no soy yo).

Jon MIkel eta Mentxu dijo...

Eres visitadísimo:5000 y pico visitas.No nos extraña.Nos deleitas con esta Nueva Andalucía (para nosotros).
No sé si es que por aquí inconscientemente vamos buscando lo verde.Aunque también el arte...y LA GASTRONOMÍA.
La verdad,Israel que tu forma particular de contarlo nos seduce.Estamos preparando un viaje al Sur y tenemos que elegir(difícil eleccion).Todo se andará a muy corto plazo.
¿Por dónde empezar?
Agur,Israel.te seguimos.

Bego dijo...

Hoy he estado comiendo en Madrid en un restaurante árabe y en la carta había cordero a la miel, me he acordado de vuestro plato en Archez, claro seguramente es árabe.

Israel Olivera dijo...

Un saludo a todos los viajeros que recorreis este blog con tanta asiduidad. Gracias por las palabras de elogio. Lo que más nos interesa es que las líneas que aquí se escriben sean de utilidad, que formen parte de vuestra ruta de viaje y que las ampliéis con vuestros comentarios. Todos los datos nuevos que se agreguen, las curisidades, los bares, tabernas, restaurantes, rutas, paisajes y comentarios serán siempre bien recibidos... Un cordial saludo desde Málaga, un cordial saludo desde Ojén.

Anonymous dijo...

¿Qué nos espera para mañana...?¡Ay! intriga.

Cualquier pueblo que nos cuentes será bienvenido con tu saber hacer.
Un abrazo.

Vanessa dijo...

Hola, gracias x contarlo tan bien. Da una sensación de calma el recorrerlo. A ver si me animo algún día y me paso por allí a hacer turismo por Archez. Lo dicho tiene que ser precioso. Un saludo. Vanessa

Boni Azuaga dijo...

Israel darte la enhorabuena por esta estupenda Web esta de muerte.

Soy Boni y no encuentro tu email para ponerme en contacto contigo
entra en Archez y me dejas un email y ya me pongo en contacto contigo.
Saludados para todos.

Silvia dijo...

Hola enhorabuena por tu blogs es genial, me ha encantado.
Yo soy de Archez y ni yo misma lo hubiese redactado tan bien.
Hasta las fotos son buenisimas.

Ánimo a tod@s los que vean el blog, a visitar mi pueblo, seguro que gusta.

Israel Olivera dijo...

Silvia:

Me alegra mucho que te haya gustado el reportaje, la verdad es que Archez tiene algo. La presencia totémica del alminar es impresionante y parece un lugar fresco en verano... Silvia ¿me puedes resolver una duda? ¿Por qué se encuentra en el altar de la iglesia La Moreneta? Nos pareció muy curioso...