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10 GAUCÍN: de SAIR GUAZAN, "ROCA FUERTE"

martes, 16 de junio de 2009

Gaucín, allá. En la cima de su montaña, otero y atalaya de caminos. Testigo, partícipe y mártir de su propia historia. Gaucín al que los románticos llamaron Balcón de la Serranía, los visigodos Belda y los árabes inevitable Sair Guazan "Roca Fuerte". Gaucín desde las alturas todo lo contempla. Gaucín de ermitas y castillos. Gaucín del Santo Niño. Nido de águila sobre la sierra.

Allá arriba

Un juego inaudito de sierras y de campos sembrados preceden al espectáculo impresionante que vamos a contemplar. Allá arriba, encaramado como un nido de águila, el caserío blanco de Gaucín reposa sobre la cresta de la sierra y casi parece desbordarla. Viéndolo desde aquí abajo, el viajero se siente diminuto, su presencia es seria, portentosa, solemne y a la vez etérea, ingrávida sobre el roquedal. A la derecha se bosqueja la silueta del torreón del antiguo castillo. Atalaya privilegiada sobre el mar, las sierras, los campos y ríos, los caminos, las casas. Situación estratégica de paso a la serranía de Ronda y otero de viajeros provinientes de la Costa del Sol y del Campo de Gibraltar. Se antoja inexpugnable. Bajo su amparo, el valle es frondoso y variopinto, las arboledas resguardan del sol recio del verano.

El acceso y el aparcamiento


El conductor, si viene desde Casares o Manilva, poblaciones de paso y posible acceso, habrá de tomarse el ascenso hasta Gaucín con tranquilidad y prudencia. La carretera está plagada de curvas, es empinada y bastante transitada. En las faldas y laderas que preceden al núcleo urbano se observan casas y cortijos diseminados aquí y allá, casi escondidos entre los árboles. No parece baladí el sobrenombre que las crónicas románticas de los viajeros del S. XIX le dieron a este pueblo, Gaucín, "El Balcón de la Serranía", y que a gala se tiene desde el municipio cuando aparece en la gran mayoría de las indicaciones. Llegados al centro urbano, seguimos las indicaciones de salida hasta llegar a un aparcamiento, donde estacionamos el coche. Caminamos desde el parking hacia el centro por la calle por la que hemos venido. Llegados a calle Esquina encontramos la primera indicación. Es este una tónica habitual de Gaucín. El viajero puede seguir todas las señalizaciones sin temor a perderse. Hay profusión de ellas y casi resulta innecesario llevar un plano de guía. Cada pocos metros, un panel explicativo y direccional. En este encontramos: Salida / Aparcamiento a la derecha y Ayuntamiento / Fuente de los seis caños / Policía Local / Iglesia Parroquial y Castillo del Águila hacia la izquierda. Allá vamos.

La Fuente de los Seis Caños, camino de la Iglesia de San Sebastián


Caminamos siguiendo las indicaciones. En la calle José Antonio encontramos un estanco donde hacerse con postales y sellos, 32 céntimos + 50 céntimos = 82 céntimos. Tras el estanco desembocamos en la Plaza del Santo Niño, donde se encuentra la fuente de los seis caños. Nos topamos con los últimos vestigios de lo que había sido un mercadillo de artesanía y con una bulliciosa población extranjera que recoge sus aperos con la urgencia de comprobar que han empezado a caer gotas de lluvia. En la misma plaza hay un bar, Casa Antonia, en el que nos refugiamos. Nos tomamos un refrigerio (no obligatorio) de queso con uva y ensaladilla rusa acompañada de dos refrescos. Muy ricas las dos tapas, sirven también raciones y medias raciones a precios muy razonables y con muy buen aspecto. Envalentonados por el fin de la lluvia nos dirigimos hacia la iglesia de San Sebastián, dejamos atrás el ayuntamiento y enfilamos una prolongada calle que nos lleva sin temor a perderse hasta la puerta del templo. Un pórtico de color rojo intenso anuncia la entrada a la iglesia, la parte superior de la torre, detrás, está conformada por ladrillos sobre una base de blanco y ribetes rojizos. Es un templo de tres naves, de tamaño generoso y con un altar profusamente decorado. Se pueden contemplar varias imágenes, entre ellas, tras una pila bautismal una réplica del Santo Niño, por el que los gaucineños o gaucinenses tienen absoluta adoración. Dentro de la información que nos ofrece el Patronato de Turismo de la Costa del sol leemos: "la piadosa leyenda que cuenta cómo en agosto de 1536, un vendedor ambulante de libros llamado Juan Ciudad (más tarde subiría a los altares como San Juan de Dios), vio a un niño descalzo por aquel entorno, al que le ofreció sus zapatos. Como eran demasiado grandes para el niño, subió a éste a sus hombros. Al rato, entre el esfuerzo y el calor sofocante, el vendedor paró a beber en la fuente de la Adelfilla, momento en el que el niño se transfiguró y, ofreciéndole una granada y una cruz, le dijo a su protector: Juan de Dios, Granada será tu cruz. Testimonia el hecho de esta aparición legando a Gaucín una imagen que me represente niño”. A esta devoción se le añadirá un hecho histórico que más adelante relataremos y en la que la figura del Santo Niño salió bastante mal parada.


El Castillo del Águila y la Ermita del Santo Niño

Salimos de la iglesia y tomamos camino hacia la derecha. Un nuevo panel explicativo nos señala la dirección de la Ermita del Santo Niño y del Castillo del Águila que comparten recinto en un roquerío elevado sobre el pueblo. El camino de ascenso es empinado, pero las vistas que intuimos han de ser fantásticas y digo intuimos, porque una densa niebla (muy poco usual, según nos dicen) está comenzando a ascender desde el valle y ya cubre las primeras estribaciones del peñón del castillo. Se sube poco a poco, parando, deleitándose entre las rocas, chumberas y los árboles que cobijan el camino. Además, sólo se puede acceder andando, así ¡¡hay que animarse!! el regalo tras la subida va a ser muy importante. Conviene estar atento a los horarios del Castillo y de la Ermita que son de miércoles a domingo y en Invierno (octubre-mayo) de 10:00h a 13:30 horas y de 15:00h a 18:00 horas; y en Verano (junio-septiembre) de 10:00h a 13:30 horas y de 16:00h a 19:00 horas. Es importante tener en cuenta el horario de visitas del castillo, ya que es, sin duda, uno de las más importantes atracciones de Gaucín. El conjunto del castillo y la ermita es impresionante. A ambos les rodean una serie de huertas trabajadas por dos hombres que se afanan en que todo esté aseado. El primer edificio que nos encontramos es la Ermita del Sto. Niño. Es, sin duda, sobrecogedor. La Ermita posee dos bóvedas barrocas de detalle llevado al paroxismo, nada hace presagiar desde el modesto exterior que dentro encontraremos un espectáculo como ese. Señorea la ermita la imagen del Santo Niño que sufrió una dura caída durante la guerra de la Independencia: "Otro hecho relevante y sangriento, ocurrió en la quinta invasión del pueblo por las tropas napoleónicas, de las seis que hicieron, el 8 de julio de 1810, asesinaron a todos los habitantes que se encontraron a su paso, quemando los archivos municipales y parroquiales" y "que también incendiaron los archivos municipal y parroquial e incluso la imagen del Santo Niño, tan venerada en Gaucín, la arrojaron desde las murallas del castillo". Pero este conjunto formado por castillo y ermita no termina aquí sus andanzas históricas, ya que fue precisamente ante los muros del castillo donde encontró muerte Guzmán, el Bueno el 13 de septiembre de 1309 luchando contra los musulmanes. Dejamos atrás la ermita y subimos al castillo. Ruinas bien conservadas, que delatan su pasado árabe y posteriores reconstrucciones, sus heridas de guerra y sus cicatrices históricas y que incluso sobrevivió a la explosión de su polvorín en 1848 que lo destruyó casi por completo. Ascendemos hasta la Torre de la Reina, hacemos tañer, suavemente, la campana. Queda un tanto frustrada la visita, ya que la niebla se ha apoderado ya de todos los alrededores y nada, o casi nada se puede ver. Más tarde, mientras comamos, nos dirán que en los días en los que sopla poniente se puede ver hasta la cordillera del Atlas marroquí. Si hacía falta alguna disculpa para regresar a Gaucín, ya tenemos una. Allí pasamos el rato imaginando, viviendo, palpando la historia viva de este recinto. Desde aquí arriba se oyen los ecos del centro urbano, los niños que juegan, algún perro que ladra, las gallinas... Merece la pena pasar un rato entre las ruinas. Hemos de bajar. Descendemos a través de una puerta que nos lleva, por un camino que bordea el castillo, al lado opuesto por el que hemos subido. Una escalera de piedra nos lleva hasta las calles del pueblo.


El Museo Etnográfico

Llegamos a la calle principal y desandado el camino andado, llegamos casi a la salida del pueblo en dirección a Manilva y Casares. Nuestro objetivo es el Museo Etnográfico, situado en la Avenida Ana Toval, que recoge en una sala en forma de ele, un valioso muestrario de aperos de labranza y de cocina, de arreos para las bestias, utensilios de la vida cotidiana. Cada pared, recoge un conjunto de elementos a los que se acompaña un informe detallado sobre el nombre de los mismos. Sin duda, es un museo que merece la pena, para bosquejar, como hemos hecho en otros municipios el pasado reciente de la sociedad rural malagueña. El Museo Etnográfico también funciona como oficina de turismo en la que poder adquirir algún mapa, tarjetas de restaurantes, etc. Preguntamos por un sitio en el que comer. Se nos indican varios y optamos por una taberna que está en el centro.

Parada y fonda

De nuevo volvemos hasta el cruce de la calle Esquina (casi donde hemos iniciado el viaje esta mañana) y tomamos la vía que discurre por el lateral izquierdo del Mercado Municipal de Abastos por la calle Corral. Seguimos la calle hasta que a la izquierda se insinúa una plaza. En una esquina se encuentra el Bar Paco-Pepe. Entramos. Es uno de esos recintos populares, una tasca donde prima el continente sobre el contenido y que donde uno se encuentra con el paisanaje gaucineño auténtico. Nos sentamos en una mesa y nos asaltan los olores de las tapas caseras y del buen hacer de lo tradicional. Recomendados por la persona que nos atiende tomamos 1 tapa de panceta (casera y deliciosa), 1 tapa de callos con garbanzos (perfumadísimos), 2 montaditos de chorizo plancha (abierto en canal y tostado) y media ración de pinchitos (acompañados de patatas fritas caseras y en su punto de aliño, ojo, la media ración es hermosa). Los altramuces son gentileza de la casa. Lo acompañamos de un refresco de cola y una caña. Todo está estupendo, 13,7 euros de comanda y de charla. Nos cuentan que es una pena la niebla levantada en el día, que desde el castillo se ve Sierra Bermeja, Sierra Crestellina, y los días de poniente, también África, casi abarca los 180º... En fin. Regresaremos. Tras la comida, buena y contundente, y la charla amistosa regresamos al coche concluida nuestra visita no sin antes dar un paseo por entre las callejas de Gaucín, como perdidos en el tiempo y contemplando a cada instante un fragmento de sierra entre los densos jirones de niebla.

Despedida y descenso
Doblegamos a la carretera descendiendo con precaución, admirando, levantada la niebla según bajamos los campos que se extienden a los pies de Gaucín. Registrando en nuestra mente el tañido de la campana en lo alto de la torre, la historia del Santo Niño, el sabor último de los pinchitos... Camino de Casares y Manilva dirigimos una última mirada hacia arriba. El caserío de Gaucín oculta aún su secreto de historia y leyenda bajo una densa capa de brumas, como si guardara un misterio insondable entre sus callejas.


Enlaces de interés, recomendaciones y curiosidades

Salamanquesas de arte: Llegados a Gaucín nos sorprendió ver en las fachadas de algunas casas, unas esculturas en forma de salamanquesas decoradas. En una casa, en otra, en otra. Según avanzábamos por sus calles veíamos cada vez más. Todo responde a una iniciativa llamada Salamanquesarte que imitando el Cow Parade que se realiza en otras ciudades lo han adoptado a su idiosincrasia. Cerca de 400 salamanquesas decoran así las paredes de otras tantas casas de Gaucín. Merece la pena entrar en el enlace Salamanquesarte para contemplar alguna de estas esculturas.
El arte en Gaucín: La comarca que comprende de manera geográfica los pueblos de Gaucín, Benarrabá, Algatocín y Genalguacil tiene una intensa actividad artística. Son numerosas las galerías de arte, los pintores, escultores, etc... afincados en estas tierras. Bajo el epígrafe Art Gaucín se han reunido muchos de ellos.Se puede ver así parte de su trabajo: Art Gaucín.
Toro de Cuerda: Una de las fiestas populares que tiene Gaucín es el "Toro de Cuerda" que se celebra el Domingo de Resurrección y consiste en llevar (o dejarse llevar) por un enorme toro por las calles del pueblo con la particularidad de que el toro lleva una cuerda atada a sus astas.
Enlaces de interés: Hay varias páginas interesantes sobre Gaucín. La primera de ellas y, como referente, la del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, también la web municipal de Gaucín y, tras ellas las páginas personales de Gaucínnet, Gaucín.com y la ya citada Art Gaucín. En todas ellas se encontrará información útil


Este blog queda abierto a todas las sugerencias y recomendaciones de sus lectores. Quiere ser una puerta abierta y cuantas más opciones haya, mejor. Os esperamos en El Color Azul del Cielo.

7 comentarios:

nekane dijo...

Con lo que me encanta tener un lugar donde subirme y mirar.
Los nombres de todo..queso con uva(¡qué rico,se me hace la boca agua a las ocho de la mañana!)
Ya lo creo que vale la pena subir a la ermita de El Niño Santo y el castillo y aunque se ofrezca esa bruma se añade un encanto que te hace perderte en ensoñaciones.
Y el arte,y la cultura,y la historia que desprenden estos pueblos.Y el agua,y los caños.Sigo con zapatillas y ropa cómoda para seguir investigando y viviendo todo ésto,que me fascina.
Un abrazo.

Anonymous dijo...

Esto va que chuta y mete gol.Viajeros y viajeras,blogeros y blogeras,Israel:hemos sobrepasado con propina las 12000 visitas.
Un abrazo para todos-todas.

Israel B dijo...

Israel:Visitamos y disfrutamos en el valle de Abdalajis siguiendo prácticamente (casi,casi) tus indicaciones.
Un auténtico placer y de sorpresa en sorpresa cada martes.Parece mentira que un vasco nos esté haciendo conocer Andalucía a algunos andaluces.
Pero tú sigue,sigue que nosotros te seguimos a ti encantados.
El jueves nos dirigiremos probablemente a Gaucín que no nos pilla muy lejos y nos ha enganchado.
Hasta pronto,tocayo.

Juana dijo...

Egun on a EL color azul del cielo.
Creo que por aquí también vamos a conseguir hoy un color azul en el cielo.No sé,no sé...Un abrazo.

Israel Olivera dijo...

Israel B:

Procurad que esté despejado, las vistas serán impresionantes.

Un cordial saludo.
PD: Me reconforta seros de utilidad.

Anonymous dijo...

Qué bonito es todo y que bien lo cuentas.Quiero TIEMPO y unos euritos para disfrutarlo.

Bego dijo...

Me parece una idea estupenda las indicaciones y paneles explicativos, que como dices hay muchos, facilitan la visita y siempre se aprenden cosas.