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16 GUARO: DE ACEITES Y LUNAS MORAS

martes, 28 de julio de 2009

Guaro entre aceites. Guaro de olivas tiernas. Guaro de caminantes y condados. Guaro entre las nieves, la blanca, los valles y el horizonte de montañas. Guaro que mira de tú a tú a la luna mora, moruna, árabe, luna de ojos negros, prendada de candiles su mirar. Guaro de caminar estimulante y placentero. Guaro de rincones secretos, modestos, hermosos. Las calles floreadas de Guaro, su aroma antiguo de historias vividas. Guaro devota de San Miguel, santo osado y cazador de demonios. Guaro, encrucijada de caminos.

La aproximación

En la mañana suenan las chicharras agazapadas entre los árboles. Es como un trinar insistente, el anuncio de los rigurosos calores del verano que a su vez nos remite inmediatamente a lo más festivo y colorista de la estación estival. Las chicharras se encaraman a los olivos que pueblan las colinas inmediatas a Guaro. Suaves lomas aquí y allá y la villa y condado que resbala sobre una de ellas. Aquí, desde lo más alto contemplamos un inusitado horizonte en el que se asoma la Sierra de las Nieves hacia el Sur y el este, el Valle del Guadalhorce hacia el norte y los montes de Málaga hacia el oeste. Parece el epicentro de tantas cosas, Guaro, centro de paso de viajeros hacia las cimas serranas, guarecido de las vistas indiscretas tras su farallón de colinas, municipio espinado de olivos que esconden un intrincado dédalo de calles antiguas de sabor auténtico, tradicional, pura esencia malagueña.

Llegada y desayuno

Seguimos las indicaciones de centro urbano y nos acoge una avenida de palmeras, Avenida de Andalucía, que nos lleva hasta le corazón del pueblo. Tras una plaza, las calles se estrechan, así que barruntamos que la mejor opción resulta estacionar en esta misma avenida y caminar apenas 200 metros hasta ese laberinto de calles quebradas. Esta mañana es madrugadora y mostrar las excelencias de los desayunos malagueños es una opción de lujuria gastronómica que se pierde entre molletes, pitufos, tostadas, rebanadas, vienas, mixtos, bacon, tomate, aceite, ajo, sobrasada, paté y, cómo no, los cafés de la tierra y su especial nomenclatura de nubes, sombras, cortos, mitades.... Hoy toca un sombra, un zumo de naranja y dos pitufos, uno mixto y otro con tomate y aceite. Total: 4, 40 euros.

Hacia el núcleo urbano y el Centro Municipal Cultural Al-andalus

Tras recuperar el aliento perdido con el madrugón iniciamos nuestra visita. Accedemos a la avenida y ya intuímos por las vistas de sus calles laterales el intrincado y quebradizo trazado sobre el que se asienta Guaro. Algunas casas lucen patios enrejados y repletos de flores mostrando su mejor rostro a la calle. Antes de acceder al laberinto guareño nos encontramos con con el Centro Municipal Cultural Al-Andalus, el Museo Etnográfico, una torre de estilo mozárabe cuya construcción responde, tal cual reza un panel explicativo, a la tipología de almazara del siglo XIX. En su interior, además de encontrar toda una suerte de folletos explicativos, mapas, listados de alojamientos y documentación acerca de la Sierra de las Nieves, en su piso superior podemos acceder a un auténtico recorrido por el pasado y presente aceitero de la población. De este modo comprobamos un antiguo molino de aceite perfectamente conservado en el que todas sus partes, diferenciadas, se encuentran en exacto estado de revista. Las prensas, las muelas de piedra, los sistemas hidraúlicos y de correajes que permitían ejercer la presión necesaria para obtener el primer aceite de la oliva. Si se solicita se puede verlo funcionar con ese sonido particular como de ronroneo animal que hace al desplazar sus piezas. Este Centro Municipal se utiliza como sala de exposiciones y punto de encuentro para eventos. En esta ocasión de sus paredes colgaban una serie de fotografías de la flora y fauna de Sierra de las Nieves, un completo catálogo de especies florales, insectos y plantas que se pueden encontrar en esta Reserva de la Biosfera, galardonada en 2008 con el Premio EDEN de la Unión Europea a la Excelencia Turística donde primaba la conservación del patrimonio intangible. Es recomendable su visita, instructiva y pedagógica. Además, la profusión de folletos y documentos ayuda a una mejor visita de Guaro y de su entorno. Salimos de esta torre aceitera para adentranos ya en las callejas del municipio.

Callejeamos. Museo del Aceite de Marmolejo

Todo se estrecha. Como succionado por una fueza centrífuga dirigida hacia el centro del pueblo. Así nos adentramos en el laberinto de calles a través de la Avda. de Andalucía. La calle permite el paso de vehículos en dos direcciones, pero el consejo para los visitantes es dejar el automóvil fuera. Las puertas de madera, recogidas, guardan frescos patios en su interior. Secretos umbríos bajo el rumor de las fuentes. Caminamos, en un recodo más amplio nos encontramos con un pilón dedicado a San Isidro, patrón de labradores y venerado también en Guaro por la preeminencia de su economía agrícola. Continuamos el paseo hasta desembocar en la plaza donde se recoge el ayuntamiento, unos cuantos bancos de forja negra y una fuente que refresca con su murmullo toda la plaza. En el camino hemos encontrado un estanco, donde adquirir sellos, en el Centro Municipal Cultural Al-Andalus hemos escogido una postal. A la sombra de la fuente redactamos unas líneas y aprovechamos la presencia próxima de un buzón para introducir nuestra misiva. El próximo objetivo que queremos visitar el Museo de Aceite de Marmolejo. Un antiguo caserón aceitero perfectamente recuperado y restaurado por la familia Marmolejo y que incluye incluso un patio de trojes. Antiguamente se encontraba en las afueras del munipio, pero el crecimiento de Guaro lo ha ido absorbiendo y ya forma parte del casco urbano. Para llegar hasta él hemos continuado por la plaza del ayuntamiento hacia la calle Dr. Millán Peña, para tomar la calle Parras y descender hasta encontrarnos con su entrada. La visita al Museo, al ser de carácter privado, está sujeta a la disponibilidad de los dueños. Durante el Festival de la Luna Mora, que se celebra la primera semana de septiembre, el museo permanece abierto. Regresamos por el camino realizado y llegamos de nuevo a la plaza, desde la cual accederemos a la Iglesia parroquial de san Miguel.

La Iglesia de San Miguel

Ascendemos por la calle Pósito en busca de la iglesia. Las calles se estrechan y se funden unas con otras. Apenas a 20 metros de recorrido nos encontramos con un talud blanco, una pared de altura considerable sobre el que se asienta la plaza de la Iglesia y su parroquia. Accedemos. La parroquia está presidida por una imagen de San Miguel, imponente, venciendo a Lucifer. Ante tal imagen de batalla épica, el viajero no puede más que documentarse para conocer la historia de este santo, incluido dentro de los siete arcángeles y que fue denominado como jefe de la milicia celestial. "... es representado en el arte como el ángel guerrero, el conquistador de Lucifer, poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo infernal, amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, o presto para encadenarlo para siempre en el abismo del infierno. La cristiandad desde la Iglesia primitiva venera a San Miguel como el ángel que derrotó a Satanás y sus seguidores y los echó del cielo con su espada de fuego". El San Miguel representado en el altar del templo de Guaro tiene un aspecto más beatífico que guerrero, pero del mismo modo posa su pie sobre el demonio vencido y luce coraza de lucha y espadón en mano. La Iglesia de Guaro es sencilla, de una sola nave y cuenta su historia que fue construida en 1.505, siendo sus últimas reformas correspodientes al año 1996-1997. Unas mujeres se afanan en su interior para renovar las flores y airear los mantos. -Es que mañana hay boda-, nos dicen. Salimos a la plaza y continuamos caminando por su lateral derecho. Nos perdemos entre sus callejas endulzadas por el penetrante aroma a flores. Ascendemos y descendemos, encontrando rincones insólitos a cada paso. Se escuchan las voces de la vida cotidiana, el trinar de algunos pájaros y el aletear de una asustada bandada de palomas. Nos sorprenden el nombre de algunas calles como "Calle Una Acera" que hacen nombre propio del nombre usual que los guareños las han dado siempre. Algunas fuentes salpican las paredes aquí y allá, refrescando el calor que desprende el sol de mediodía. Precisamente para combatirlo, las puertas permanecen abiertas, cubiertas sólo con una ligera cortina para preservar su intimidad interior, pero que permite dejar el aire correr. Las plazuelas diminutas, como antesalas de los propios hogares están plagadas de tiestos y de flores.

La Luna Mora

Destacar que estas mismas calles que recorremos durante una semana en el mes de septiembre se transforman. Se apagan sus luces con la llegada de la noche y a cambio se encienden quinqués y velas que iluminan todo el casco urbano del munipio. Es el Festival de la Luna Mora, una actividad que ya lleva doce ediciones tras de sí y que conjuga el embrujo de contemplar el pueblo iluminado a la luz de las velas con un ambiente medieval donde priman los puestos artesanos, las representaciones teatrales y cuentacuentos, la gastronomía de tintes árabes y las actuaciones musicales. Posee este festival de los sentidos una magia de armonías perfectas que conjuga el trazado particular de Guaro con la cálida iluminación no eléctrica. Ceca de 20.000 velas todo lo encienden para recibir a artistas de primer orden que delietan al público con su fusión de música andaluza y árabe. Todo se acompaña de talleres, proyecciones, conferencias, narradores, pasacalles, exposiciones, etc. Es, sin duda, una oportunidad para visitar Guaro con otra luz, con otra mirada puesta sobre sus calles.

Despedida

Dejamos atrás el centro urbano y siguiendo el camino del polideportivo llegamos a la ermita de la cruz del Puerto, una construcción sencilla del siglo XVIII, aparejada con unos bancos y una fuente a la que es tradición llegar en romería. Desde la misma se tiene una visión completa del pueblo de Guaro, aferrado a la loma que sustenta su trazado. Si miramos en dirección contraria contemplaremos las estribaciones más altas de la Sierra de las Nieves, un conjunto de picos y cimas blancos de calizas que nos remiten a su nombre directamente. Nos sentamos tras refrescarnos y sin querer imitamos la postura que muchos guareños adoptaron en tiempos más difíciles cuando, camino de otras provincias, esperaban aquí el transporte que les llevara lejos de los contornos de su pueblo.

Consejos y enlaces útiles

Aparcamiento: No intentar llegar al centro del municipio con el coche. Dejando el vehículo en la Avda. de Andalucía, el núcleo se encuentra a escasos 200 metros.
El Aceite: El Centro Municipal Cultural Al-Ándalus posee la virtud de mostrarnos en funcionamiento una de las esencias vivas de Guaro, la fabricación de aceite. este modelo de molino antiguo se puede comparar con los más modernos instalados en la Sociedad Cooperativa Olivarera de Guaro, El Molino de Guaro, donde se puede adquirir aceite de oliva virgen extra de una altísima calidad. El Molino de Guaro se sitúa en Crta. de Guaro a Coín, km. 1 y su teléfono es Tlf. 952 11 29 76 . También puede realizarse compra on-line a través de su página web.
Enlaces útiles: Como referencia tomamos la página del Patronato de Turismo de la Costa del sol occidental y la web municipal del Ayuntamiento de Guaro.

Este blog queda abierto a todas las sugerencias y recomendaciones de sus lectores. Quiere ser una puerta abierta y cuantas más opciones haya, mejor. Os esperamos en El Color Azul del Cielo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Gabon Luna Mora!

Nekane dijo...

De sorpresa en sorpresa.
Una maravilla que estos pueblos pequeños y casi escondidos entre sierras conserven tan bien tantos tesoros.Se comprende el premio de Excelencia Turística.
Conocí Guaro en Semana Santa y bajo la lluvia y ya su propio nombre y lo que vi me sedujo y algo en mi interior me dice vuelve,vuelve.
Ahora,y según tú lo muestras me sugiere infinidad de caminos por recorrer.
La postal que está detrás de los pitufos y el zumito la conozco.
LA LUNA MORA.Desde que unos ojenetos me contaron de que va me seduce de forma especial.Habrá que sugerir al Ayuntamiento de Guaro que cambie el Festival de semana para que yo cumpla mi sueño.En fin,tengo el proyecto de disfrutarla a no mucho tardar.
Lo de San Miguel con ese pedazo de spada,cuerpo de guerrero y esa carita de niño bueno es casi surrealista(sin ofender a los guareños).
Bueno,Israel.
para mi el despertar de las mañanas de los martes son estimulantes.Me pongo las pilas al leerte.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

hello guapeton soy nathalie, has visto que bonito es el pueblo de mi papi, jajajaja que yo soy medio guareña muakkkkkk pa mi antonia y pa ti muakkkkkk

antonia dijo...

Muchos besos Nata!

Mentxu dijo...

En la playita en Benalmádena y visitandolo a ratos según tus sugerencias.
Todo sale redondo siguiendo tus indicaciones.Ya nos queda menos...
Agur,seguimos en contacto.

Mentxu,Jon Mikel,David y Ana dijo...

De nuevo aquí.Estamos cuatro y me dicen que ponga los nombres de todos,que no estoy sola disfrutando de esta aventura.

"una parejita" dijo...

¡Qué ilusión! Conozco Guaro y he VIVIDO PERO VIVIDO el festival de la Luna Mora.Allí conocí a la pareja de mi vida.
Nos gusta como lo cuentas y NOS ENTERNECE un poco,que nunca viene mal.
A partir de ahora te seguiremos más si cabe.
Un abrazo aunque personalmente no te conozcamos.
Una parejita

juana dijo...

Ya hemos cogido muchísimos viajeros el rumbo de los pueblos de Málaga.
Es una gozada de viaje.Ya pasamos de los 17000.Enhorabuena a todos y todas.

Israel B dijo...

Nos hemos acercado y adentrado en muchos pueblos.Ya iré contando que ahora tengo curro.
Israel.

Anónimo dijo...

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