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41 EL BORGE: TRADICIÓN PASERA

martes, 19 de enero de 2010

Como una embarcación sobre un promontorio... Surgen dos mástiles del caserío blanco de El Borge. Uno de ellos, el campanario, de blanco inmaculado. Otro de ellos, la torre, de ladrillo visto, recargada de cruces, vestida su cúpula de azulejos verdes y blancos. Se orienta su proa al sur, afirmada sobre una sólida muralla de piedras y un portal de color grana, y su popa al norte, con el farallón de sus dos torres como elemento emblemático y diferenciador. Un arco doble y techado oculta su entrada lateral, como si el acceso a una sala secreta se tratara. En su interior se despliega un artesonado espectacular, donde el maderamen se entrecruza hasta formar un dédalo de vigas rojizas que culminan sobre el altar mayor... Todos los secretos de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario nos los reveló más adelante Manuela, mientras tanto, es la Junta de Andalucía la que le ha declarado Monumento del Patrimonio Histórico Andaluz.

El Borge, las pasas y "El Bizco"

La sinuosa carretera que nos conduce desde el Mediterráneo hasta el corazón de la Axarquía nos permite disfrutar de un paraje impactante. Cercado por el pico de la Maroma, el más alto de la provincia de Málaga, las lomas y cerros, se suceden dando paso a serios barrancos, a bancales de frutales, a núcleos de población diseminados aquí y allá. Se asemeja a una caldera en ebullción, cuyas crestas son las propias colinas. En sus laderas observamos ya una de las señas de identidad de El Borge: los paseros. Esas construcciones típicas de la comarca axárquica encierran en pequeños rectángulos adosados la sabiduría del secado y cultivo de la pasa. El Borge es una de las poblaciones malagueñas que exporta mayor número de pasas en Andalucía (y se dice que del mundo), teniendo cada año auténticas cifras de récord. Tampoco hay que olvidar que en estas tierras campó a sus anchas un bandolero muy temido a finales del siglo XIX que la cultura popular pinta como bienhechor y la justicia de la época como sanguinario y desalmado asesino. Las leyendas de sus andanzas traspasaron las fronteras de la provincia y se adentraron más allá de Sierra Morena... Con estos mimbres realizamos nuestra primera aproximación a El Borge embebidos de la leyenda, la geografía y la historia. Pero El Borge, descubriremos, es más.

La visita: hasta la iglesia

Tras dejar atrás Almáchar y divisar en la loma de La Maroma Canillas de Aceituno nos adentramos en el término municipal de El Borge. Estacionamos en la entrada, frente a uno de los primeros objetivos de la visita: el Arco de El Borge. Es una construcción de reminiscencias árabes que abre paso a la villa a través de sus calles empedradas. Sus columnas están completamente historiadas y destacan las efigies de dos de los más ilustres vecinos de la localidad: Abdalallah ben Atimad, Al Baitar, hijo de veterinarios y botánico de profesión que se cree trajo desde Oriente Medio el árbol del limonero allá por el año 1200; y el teólogo Martín Vázquez Ciruela que en el siglo XVII ocupó importantes puestos dentro de la nomenclatura eclesiástica. Con esta carta de presentación nos adentramos en las adoquinadas calles de El Borge, siguiendo la estela de un sonido que repiquetea y canta en forma de borboteos. Es una recia corriente de agua que a la vuelta de la primera esquina descubrimos que proviene de otro de nuestros objetivos de hoy, la Fuente de la Vendimia. No es de extrañar que un muncipio que históricamente ha basado su economía en la producción de la pasa haya realizado este homenaje a los hombres y mujeres que han dejado su esfuerzo y trabajo en el campo en pos de la obtención de este producto. Se representa la escultura de un vendimiador pertrechado de una canasta con colmo, herramienta que utilizaban para transportar el preciado fruto desde los cultivos hasta el pueblo subiendo y bajando escarpadas laderas. Junto a la fuente, un mapa explicativo nos ubica en El Borge y nos indica cuáles son los lugares a visitar. Tomamos nota y dirección al ayuntamiento. Nos adentramos entre las calles borgeñas que nos ofrecen de manera inmediata la afabilidad de sus gentes que saludan al paso. Nos cruzamos, a la derecha, con la plaza Rafael Alberti donde se ubican varios de los equipamientos fundamentales de la localidad: el consultorio médico, la farmacia (en la adyacente c/República), la Casa de la Cultura Miguel Hernández, la fuente de La Gallina y el estanco (donde compramos la preceptiva postal). Es precisamente aquí donde charlamos largo y tendido con la estanquera que nos pone sobre la pista de un buen lugar para comer (El Bar Paco, entre otros) y el método para visitar la parroquia de Nuestra Señora del Rosario si la encontramos cerrada al público. Retomamos otra vez la senda que nos marca la Avenida principal para encontrar, de frente, la torre y el campanario de la iglesia que ascienden hacia el cielo como un prodigio del ser humano sobre la naturaleza. Permanecen, enhiestas, ante el paso del tiempo y sus inclemencias. Una de ellas, límpida e inmaculada, de lisas paredes rematadas en el campanario. La otra, recargada de cruces y terminada en un pináculo lustrado de azulejos blancos y verdes. Compiten ambas por ser timón, puente de mando, de la parroquia. Tras verificar, a través de un arco de ladrillo visto situado a la derecha que el templo está cerrado, ponemos en marcha la opción que nos ha ofrecido la estanquera y que ya hemos comprobado en otros municipios. Llamamos a un portal próximo que lleva como rótulo "Súper. La Tienda de Antonio Muñoz Pérez". - Hola, buenos días, estábamos interesados en ver el interior de la parroquia, y basta que la hayan nombrado Monumento del Patrimonio Histórico Andaluz...-, comentamos. - Sí, un momento-, se nos contesta. Al cabo aparece Manuela, una mujer de edad que, llave en mano, nos invita a que la sigamos para acceder al interior. Se abre la pesada puerta y entramos. La iglesia de Nuestra Señora del Rosario es de alma fría y húmeda, y nos recibe con el rezongar de un monumento antiguo, no en vano fue ordenada construir a instancias de la reina Isabel La Católica en el siglo XV. Lo primero que nos llama la atención es el artesonado. El techo se configura creando una serie de líneas que se entrecruzan hasta forman un dibujo geométrico de juegos concéntricos. El maderamen está tallado con motivos florales y rezuma autenticidad, su armadura data del siglo XVI. El altar es sencillo y modesto. En sus dos camerines aparecen importantes tallas del siglo XX. El silencio del templo se rompe con los juegos de las nietas de Manuela que corren a sus anchas por entre las bancadas de madera y que nos acompañan en la visita. Nos revela nuestra anfitriona algunos secretos de la parroquia y subraya el esfuerzo de conservación que requiere el edificio para rescatar todo su esplendor. - Algunas cosas ya se han hecho y han venido hombres apuntado y sacando fotografías, pero aún le queda mucho, mucho...-, comenta resignada. La parroquia de Nuestra Señora del Rosario merece una visita y un impulso su rehabilitación. Salimos, y la hija de Manuela nos acompaña hasta el interior de su casa para mostrarnos una conseguidísima reproducción a escala de la propia iglesia que hizo su marido hace unos años (hasta sonido de campana y luces tiene). Nos despedimos y damos las gracias por su amabilidad a toda la familia. Seguimos camino.

La visita: desde la iglesia

Desde la casa de Manuela descendemos un tramo de diez metros hasta la plaza de la Constitución, situada sobre uno de los laterales del templo. La plaza se abre como un balcón natural al barrio del Rinconcillo y a las calles situadas en la parte más baja de El Borge. Como curiosidad, destacar que en una de las paredes de la iglesia aparece un adoquín informativo en el que se indica: "Piedra donde se afilaban los trompos allá por los años 20". A la ilustrativa frase le acompaña el dibujo de un trompo (o peonza). Justo bajo el letrero se aprecia dicha piedra y, en efecto, el desgaste y ralladuras de afilar la punta metálica de los trompos sobre su superficie. En la misma plaza preguntamos a un grupo de borgeños que están asolándose por la fuente de Las Tres Aguas. Nos indican, con mucha amabilidad. Bordeamos la iglesia por la derecha y descendemos por una calle que nos lleva a una explanada donde se sitúa la fuente. Resulta curiosa porque tiene tres grifos que ofrecen al necesitado la posibilidad de saciar su sed con agua proveniente de tres lugares diferentes, ya sea el pantano, la Alcúa o el río. Sobre cada grifo, un mensaje indica el origen del agua. Recomendados por los vecinos, tomamos y nos refrescamos con la del pantano. Sobre la plaza donde se ubica la fuente se encuentra el Parque Ornitológico La Alcúa que incluye en su paseo la posibilidad de contemplar numerosas aves como cisnes, pavos reales, gansos o faisanes, además de una gran variedad de plantas. El parque se considera único en la comarca gracias a la gran variedad de especies que se encuentran en su recinto. Está abierto todos los días de 10:00 horas a 20:00 horas, para más información se puede llamar al ayuntamiento en el teléfono 952.512.033. Tras la visita ascendemos de nuevo hasta la plaza de la Constitución, nos asomamos a la floreada calle Antonio Machado y descendemos por la calle Barranquilla hasta aparecer en la plazuela de la Rueda. En la misma se encuentra la oficina de correos y un buzón donde depositar la postal ya escrita. Frente a nosotros se ubica la Posada del Bandolero, un hotel restaurante que antes fuera museo. En este lugar nació Luis Muñoz García "El Bizco de El Borge" en el año 1837 del que dicen que pese a su defecto visual tenía muy buena puntería. El bandolero murió, cuenta la leyenda, envenenado, aunque posteriormente rematado por los disparos de la Guardia Civil en el pueblo de Lucena el 21 de mayo 1889. Continuamos calle Peseta abajo por la parte trasera de la posada hasta dar con la fuente de El Cuerno. Su nombre responde a que en su origen tenía incrustado como si fuera un adorno un cuerno de cabra. En la actualidad el cuerno ya no existe y como sistema para la extracción de agua se utiliza una bomba manual. Sobre nosotros se eleva el barrio del Rinconcillo con sus calles estrechas, cortas y empinadas que se revuelven unas sobre otras, ofreciendo rincones secretos de gran belleza. Subimos de nuevo por la calle Peseta, cruzamos la plaza de La Pasionaria hasta llegar a la avenida principal donde, a la izquierda, se localiza otro de nuestros objetivos: el Bar Paco.

La comida: Bar Paco

Nos han comentado que una de sus especialidades es el chivo pero, lástima, hoy no hay. El Bar Paco es una taberna transitada por los borgeños, sencilla y de ambiente casero y familiar, de trato afable y comida tradicional sin ambiciones, pero con el sabor de lo bien hecho. Nos sentamos en una de sus mesas con manteles a cuadros rojos y blancos para pedir, aconsejados por el camarero, dos tapas de callos y media ración de ensalada de pimientos con unos finísimos chanquetes fritos por encima, además de media ración de carne con tomate y media ración de albóndigas con salsa de almendras, como obsequio de la casa y, casi de postre, dos pinchos de gambas, todo ello rehogado con dos cervezas con y dos cervezas sin. El precio resultante es de 11 euros, pero después de tratar con el camamero y charlar amistosamente con él acerca de la solera del bar-restaurante fundado en 1968 y la buena comida que se cuece en sus fogones, intuimos que la invitación ha ido más allá de los pinchos de gambas. Es buen sitio si se gusta de los lugares auténticos y sin artificios, la comida es buena, los chanquetes sobre la ensalada de pimientos, una sorpresa, y la salsa de almendras que acompaña a las albóndigas, una delicia. El Borge hace sentir cómodo al visitante y el Bar Paco no es una excepción. Nos despedimos y salimos para tomar dirección al lugar donde hemos estacionado el coche.

Despedida

Retomamos el hilo de carreteras que nos conducirá hasta el Mediterráneo. Dejamos atrás las lomas y colinas y barrancos del corazón axárquico sin eliminar de nuestro retrovisor la imagen afable de El Borge. Una localidad que nos ha hecho sentir como en casa desde el momento en el que pisamos sus primeros empedrados, repleta de historia y curiosidades anejas a la misma. Una localidad con pasas y bandoleros e iglesias nombradas monumentos patrimoniales, con estanqueras parlanchinas y vecinas amabilísimas como Manuela, con restaurantes caseros y el alma cálida de los buenos anfitriones. El Borge, reino de la pasa, volveremos.

Información turística y enlaces útiles

Día de la Pasa: El tercer domingo de septiembre se celebra el Día de la Pasa, donde El Borge rinde homenaje a este producto que le ha hecho un lugar en el mundo. Para festejarlo se organizan diversos actos entre los que se encuentran las representaciones en vivo de la elaboración tradicional de la pasa, desde la recolección de la uva, traslado, tendido y secado en los paseros, hasta el picado de las pasas, criba, envasado y pisa de la uva moscatel, cuyo resultado en forma de mosto se dará a probar a los visitantes. Durante la celebración de este día también se ofrecen bolsitas de pasas con denominación de origen de Málaga, gazpacho o degustación de productos gastronómicos autóctonos. El Borge conforma junto con Moclinejo, Almáchar, Cútar, Comares y Totalán la Ruta de la Pasa de la Axarquía.
Parroquia de Nuestra Señora del Rosario: El templo ha sido declarado en enero de 2010 Monumento del Patrimonio Histórico Andaluz como se recoge en diversos medios de comunicación de la provincia.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la página web municipal de El Borge y la página informativa de El Borge Activo.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

5 comentarios:

Nekane dijo...

Espectaculares las fuentes.
Hasta sin eñes y sin tildes adivinamos la belleza de EL Borge.
Y ¡ñam,ñam! los olores que desprende la comida del bar Paco.
hasta ahorita,Isra.
Un abrazo.

Bego dijo...

Me pido la ensalada, con sus colores vivos,su aceitito y su vinagre.

Anónimo dijo...

MUY LINDO TODO,ISRAEL.

Anónimo dijo...

muchas gracias desde EL BORGE, la verdad que merece la pena visitarlo.

UN SALUDO.

Anónimo dijo...

Os recomiendo visitar El Borge en el día de la pasa.