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50 CÚTAR: TIERRA DE VIDES Y MONFÍES

martes, 23 de marzo de 2010

Y decidieron quedarse, y algunos de ellos buscar en la rebelión, en la sublevación, en la guerrilla, una forma de mantener su costumbre, su historia, su pasado intacto y, con ellos, también su orgullo. Se les llamó monfíes y los ejércitos de aquellos reyes cristianos, sólo pudieron doblegarles a sangre y fuego una vez les despojaron de todo aquello que más apreciaban y querían. Luego, una parte de la historia, les llamó proscritos, les tildó de vulgares ladrones y salteadores de caminos... Todos estos hechos acontecieron en 1492, tras la caída del Reino de Granada y las lágrimas de Boabdil al perder la Alhambra... En el año 2003, mientras se realizaban unas obras en una de las casas de Cútar, se halló un tesoro. Se trata de uno de los coranes de la época andalusí más antiguos, detallados y mejor conservados que se hayan encontrado nunca. Los expertos lo califican como un documento único en España. Se ha datado entre los siglos XIII y XV y aquí la imaginación, vuela. Puedo ver a aquel hombre de chilaba, que antes de despedirse de su esposa e hijos para acudir al abrigo de las montañas y barrancos axárquicos perseguido por las tropas cristianas, acosado por las espadas católicas, esconde el tesoro que su padre y antes su abuelo y antes su bisabuelo habían legado a sus hijos. Coge el corán entre sus manos, lo besa, mira al cielo, musita una plegaria y lo esconde para siempre antes de huir.

Cútar, la llegada

Las lomas que preceden al caserío de Cútar, elevado sobre una ladera, aparecen trufadas de vides. Llegan las cepas hasta el último de los rincones, ocupando la total superficie de los cerros próximos, sin dejar apenas un ápice de espacio libre para otras especies. Se recuperan estas tierras del golpe casi mortal que la filoxera asestó contra sus cultivos en el siglo XIX y que terminó con la producción de las vides, fuente principal de sostén económico durante años, durante siglos... Y así se sitúa, Cútar, con la presencia ahora inalterable de las cepas y casi dejándose caer por la ladera en la que se apoya... Estacionamos a la entrada del municipio, junto a la parada del autobús y nos adentramos en este caserío angosto, apretado y vertical por el empedrado de la calle La Fuente... Conserva Cútar su esencia rural cosida a la piel de su cuerpo moderno. No ha perdido un ápice de su autenticidad, de su descaro natural, de sus antiguas querencias moriscas. Llegamos hasta el ayuntamiento, en cuyos bajos porticados se amansa el terreno gracias a un mirador que muestra el rostro de las colinas repletas de vides. Casi aparece Cútar embarrancado sobre sí mismo de tan espigadas las calles, de tan verticales sus ascensos. Tomamos la calle Hornos, una larga escalinata de piedras que parte el pueblo en dos mitades de manera transversal. Ascendemos, despacio, con tranquilidad, paso a paso, sin prisa. Una vez arriba, giramos a la izquierda para caminar hasta la plaza de la iglesia. Antes de llegar, nos encontramos con una señal que nos indica hacia la calle Tintorerías donde se ubica el Museo del Monfí.

Los monfíes y la iglesia

Y es que Cútar rinde homenaje a aquellos que fueron proscritos tras la caída de Granada, moriscos que se sublevaron contra el nuevo orden imperante de los Reyes Católicos y que de agricultores se transformaron en guerrilleros. Así, en el mes de octubre, Cútar regresa al siglo XV para celebrar la Fiesta del Monfí. "Durante dos días la transformación del municipio es casi completa y en sus calles pueden disfrutarse de los productos de su mercado andalusí, de música árabe, talleres, actuaciones, exhibiciones de cetrería, etc. Uno de los platos fuertes es la gastronomía, con la que vecinos y visitantes podrán recuperar sabores similares a los del siglo XIV y XV, cuando la comida cotidiana tenía perfumes y sabores árabes. Los cutareños también participan de las celebraciones ataviándose con ropajes andalusíes y bailando danzas de la época". Con estos ecos del pasado y presente de Cútar resonando en lo oídos, dejamos atrás aquella época de rebeliones para continuar nuestro camino hasta el templo. La iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Cútár está construida entre los años 1553 y 1558 sobre la base de una antigua mezquita. Como apunta un panel explicativo en la portada del edificio "es considerada única en su estilo, ya que representa la transición entre el mudéjar primitivo y un mudéjar más depurado. Destacan en su interior el Camarín del Altar Mayor, de estilo rococó, y los retablos realizados en policromía. Se considera a la torre como un campanario-fortaleza por la robustez de su construcción. En su interior destaca la cúpula sobre pechinas de la planta intermedia". Desde la parte alta del pueblo, donde la iglesia se yergue como un barco varado, se contempla el vecino pueblo de Comares, como un nido de águila al resguardo de los ataques.

La fuente árabe

Cuenta el Libro de Apeo de Cútar, escrito allá por 1571 que "La fuente Aina Alcaharia fue en el pasado una rábita o ermita árabe que años después se rehabilitó en aljibe y fuente. Junto a Aina Alvaida, Ainalhagui, Ainatuta, Aina Alarla, Aina al-maharaca, Aina Cacahalún e Iznacutar constituían la red de fuentes y manantiales para el abastecimiento de esta villa, así como el centro de las labores cotidianas de la población". Queda la fuente en las afueras del pueblo, en la entrada, junto a un recodo del camino. Cae el torrente de agua con vigorosa fuerza, pasa por debajo de un pequeño puente de ladrillo visto y borbotea en el interior de la antigua fuente árabe. Imaginamos a los animales de carga abrevando tras una jornada de duro trabajo, también a las mujeres con las tinajas repletas de agua descendiendo, de nuevo, hacia el centro urbano, a los niños y niñas jugar en las inmediaciones de la fuente... Nos mojamos el rostro, nos enjugamos la frente y retomamos el camino hacia el coche antes de la despedida...

Despedida

Junto a la parada del autobús, antes del camino de descenso al centro, paramos. Desde este promontorio divisamos Cútar frente a frente, su perfil que desciende ladera abajo, el caserío blanco entre las vides y los olivos. Se recorta el perfil cutareño contra la montaña, contra el horizonte y se aprecia cómo las casas se aprietan unas contra otras, coronadas por la iglesia de la Encarnación. Pensamos en los monfíes, que rehusaron a vivir entre sus calles para defender aquello que creyeron lícito, que abandonaron el abrigo de sus callejas empinadas para guardar la vida entre los apriscos y montañas de esta abrupta comarca axárquica.

Enlaces de interés y consejos útiles

La Fiesta del Monfí: se celebra el segundo fin de semana de octubre y en ella se recrea la época en la que vivió este grupo de moriscos. Como relata la página web del ayuntamiento de Cútar "Las blancas y estrechas calles de la localidad se han convertido en un improvisado zoco tradicional en el que alrededor de 40 puestos exhiben una amplia variedad de productos artesanos y gastronómicos de la época: por ejemplo, la almojábana, un dulce parecido al borrachuelo que, en vez de cabello de ángel, tiene queso fresco Los vecinos de Cútar, con vestimentas a la usanza de la época, realizan un pasacalles andalusí por el pueblo integrando en sus bailes y pasos a todos los visitantes".
Pasado y naturaleza: Una buena disculpa para visitar el Peñón del Hierro, además de la eminentemente paisajística, es la histórica, ya que tanto en este enclave como en el Río de la Cueva se han encontrado vestigios del paso del hombre desde la Edad Neolítica hasta la Edad del Bronce, dado que Cútar se sitúa en un paso natural entre la baja y la alta Axarquía.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la página web municipal de Cútar y la web Axarquía Costa del Sol. Cútar forma junto con Totalán, Comares, El Borge, Almáchar y Moclinejo la Ruta de la Pasa de la Axarquía.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

1 comentarios:

Nekane dijo...

Me encanta el cartel de la fiesta de Monfí y vivirla tiene que ser curioso.
La fuente Aína Alcaharía sólo con su nombre te sumerge en ensoñaciones.
Bueno,por hoy me quedo a mil kilómetros.Pronto los salvaré para disfrutar de las rutas que nos haces anhelar.
Un abrazo