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58 IGUALEJA: DONDE NACE EL RÍO GENAL

martes, 18 de mayo de 2010

Parece Igualeja robada a los castaños, cincelada a las faldas de los montes con la delicadeza a la que la naturaleza obliga. Incrustada en el corazón de la serranía rondeña como un corazón nuevo y palpitante de savia arbórea. Y decimos esto porque es Igualeja una mancha de blancos impolutos sobre el verde primaveral de los castaños. Es este municipio, origen y causa, génesis, de uno de los valles más fértiles y frondosos de la provincia malagueña. Igualeja es la cuna del río Genal que configura en su valle alto y bajo una de las comarcas más especiales y mágicas, una promesa de convivencia y armonía entre ser humano y naturaleza.

El nacimiento del río Genal

Y así corre el rumor del agua entre las calles de Igualeja, como el susurro de un sortilegio ininterrumpido. Agua pura, clara, cristalina, límpida en esencia, en fondo y en forma. Es lo primero que encontramos al llegar, el nacimiento del río Genal, perfectamente equipado con bancadas de piedra, de hierro y de madera, barandas rústicas y una pequeña fuente en la que refrescarse. Nos acompaña el río con su rumor de agua viva y constante, tres pequeñas cascadas rompen su quietud. Es una agua tan transparente que nos permite distinguir a la perfección los detalles que se hallan en el fondo del cauce. Huele a hierba húmeda. Nos acompañan los trinos de los pájaros. En una de las cascadas, formadas por tres pequeñas presas artificiales, descubrimos varios puntos de luz, por lo que intuimos el aspecto que tendrá este magnífico lugar acompañado por la iluminación nocturna. Podríamos quedarnos aquí para siempre. Nos mojamos el rostro en la fuente, bebemos de su agua, fría, intensa y deliciosa.

La iglesia de Santa Rosa de Lima

Caminamos por la calle principal hasta llegar al barrio del Albaicín que se despliega en la margen izquierda del río. Y es que, el Genal divide a Igualeja en dos, la parte en el barrio de Santa Rosa, situado en la margen derecha y el del Albaicín, situado en la parte izquierda. Se abre una pequeña plaza donde ubicamos un mapa de cerámica en una pared y nos situamos en el espacio del municipio. Tomamos calle iglesia hasta llegar al templo, que apareja una de sus paredes para formar parte de la vía por la que transitamos y su pequeña torre, antiguo alminar, sobresale del conjunto. La iglesia de Santa Rosa de Lima conserva una apariencia de cierta antigüedad, pero su interior es radicalmente moderno. Carece de artesonado de madera, sustituido por una serie de planchas cuadradas pintadas de blanco, lo que contrasta con sus imágenes de madera policromada fechadas en el siglo XVII y XVIII. Este contraste enriquece la belleza sutil del templo. Es un edificio, además, fresco que se construyó sobre una antigua mezquita en el siglo XVI y que ha vivido varias modificaciones en los siglos XVII, XVIII y, finalmente, en el siglo XX. Tañen las campanas cuando traspasamos la puerta del templo.

La ermita

Seguimos caminando, apenas diez metros, hasta cruzarnos con la calle La Ermita a la derecha. Y la vemos. La Ermita del Divino Pastor es un edificio incrustado entre las casas, a las que acompañan un árbol y una fuente. El conjunto tiene algo de singular indefinible. De su escueta espadaña de doble ojo superpuesto penden dos campanas. Parece la puerta a un templo de mayores dimensiones y, sin embargo, todo queda reducido apenas a un recinto de cinco metros cuadrados con un pequeño altar que termina en una techo en forma de media cúpula pintado al fresco. Es un edificio profusamente decorado, pero sin exageraciones. Una construcción puesta en pie en el siglo XVIII y que antes fue convento de monjas carmelitas. Salimos y regresamos a la calle principal.

El Albaicín

Seguimos hasta prácticamente el final de la calle para torcer a la izquierda y ascender hasta el barrio del Albaicín, el barrio viejo, en el que sus calles serpentean y muchas de sus casas aparecen enjabelgadas. Los muros de piedra se asientan sobre rocas y el propio barrio parece escalar montaña arriba. Guardan sus callejas y rincones arriates plagados de flores, algunas macetas de romero que desprenden un perfume intenso y ciertamente dulzón, un grupo de gatos perezosos que buscan cobijo del calor bajo la sombra de un alar. Igualeja se sumerge en un valle y es desde el Albaicín donde podemos obtener algunas imágenes parciales del complejo entramado de casas que conforman el caserío. Observamos el barrio de Santa Rosa y más allá, al fondo el inmenso mar de castaños que rodea todo el municipio. Verde y verde, un océano. Se atisba un leve perfume a brasas dulces de primavera y un intenso aroma a puchero, de condición tan serrana y contundente como las mismas montañas.

El nicho

Regresamos hasta la ermita desde la calle principal hasta llegar, a la plaza del Buen Pastor, donde la figura blanca de un pastor preside un conjunto rematado con un pequeño caño de agua, para dirigirnos, a la izquierda hasta la plaza de Andalucía. Pero antes, más fuentes, más agua, sombras y callejones, adarves, puertas señoriales, macetas florecidas, arriates, niños que juegan... La plaza de Andalucía se traduce en el epicentro de la vida social de Igualeja, donde se sitúa el ayuntamiento y dos de sus establecimientos hosteleros destacados. Una serie de pequeños árboles la rodean y los techos, anaranjados, escapan hacia el cielo. A la entrada a la plaza y frente al ayuntamiento se sitúa el Nicho del Señor de la Misericordia es una pequeña capilla donde se representa al Señor de la Misericordia. Dentro del nicho se encuentra un cuadro de la escuela granadina del siglo XVIII que representa una imagen del "stabat mater" (la madre al lado del niño). Su interior también alberga otro cuadro del Cristo Crucificado en un cristal, copia del original que está en el lienzo.

El barrio de Santa Rosa

Cruzamos el río y en el camino fotografiamos dos hornacinas que albergan en su interior cruces y promesas. El barrio de Santa Rosa es más moderno y pese a que su arquitectura no destaca, sí lo hace el paseo que discurre a lo largo del río Genal. Es un paseo sencillo, con una barandilla de hierro pintada de oscuro que se asoma al río. Es un lugar fresco, parece que los efluvios del Genal ascienden y, junto con su rumor, refrescan el ambiente. Paseamos con tranquilidad, deleitándonos con cada paso. Descansamos, reposamos, disfrutamos.

Despedida

Antes de recoger el coche decidimos acercarnos de nuevo al nacimiento del Genal. El rumor del agua es fuerte e intenso. Nos sentamos en uno de sus bancos. Caminamos por el pequeño jardín de hierba. Nos mojamos la cara una y otra vez. Observamos el devenir del agua y pensamos en aquel filósofo griego, Heráclito, que decía que nunca verás dos veces el mismo río. Tenía razón. El Genal es único, es irrepetible, permanentemente cambiante y afortunadamente constante. Génesis de vida, hacedor de comarcas, fuente de castaños. Uno de los espíritus que hacen de Málaga lo que es vive en Igualeja y se llama Genal.

Consejos y enlaces de interés

Día de la Castaña: Como no podía ser menos, y tratándose de la la primera localidad productora de castaña, Igualeja celebra el día de Todos los Santos la fiesta de la castaña con su correspondiente tostón, que consiste, como en muchos otros pueblos del valle del Genal, en pasar una jornada en el campo que se aprovecha para asar castañas y comerlas después con el acompañamiento que cada cual prefiera.
Senderismo: Todo el valle del Genal es un entrecruzar de rutas senderistas, casi desde cualquier municipio se puede llegar, con mayor o menor dificultad a otro. El Club Senderista Pasos Largos recomienda en el siguiente enlace la senda que une Igualeja con Parauta: Igualeja - Parauta. La web wikiloc ofrece algunas otras rutas para realizar a pie o en bicicleta.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la página web municipal de Igualeja, a las que sumamos la ya conocida del Club Senderista Pasos Largos y la recién incorporada Wikiloc.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

3 comentarios:

Nekane dijo...

Que despertar tan refrescante con el nacimiento del Genal.Parece una estampa inventada para ser de lo más bello.
La división ddel pueblo por el río esclaro que marca diferencias entre el barrio de Santa Rosa y Albaicín.No sé si con motivo o no me recuerda a la división de la Ría de Bilbao en Margen Izquierda Y Margen Derecha con el significado que los de aquí le damos.

Desde luego si es verdad que la esencia en frascos pequeños se vende la ermita es eso,una fragancia exquisita.
Un martes más viajando alegremente contigo,Isra.

Juana dijo...

Aquí,la contabilizadora de visitas felicita a Israel y a todos sus viajeras y viajeros porque ya pasamos de 55000 visitas.Somos lo máaaas.

Begoña dijo...

Agua también cristalina¡ QUE GUSTO ! Que queden sitios como este.