RSS

68 ALFARNATEJO: "LOS PIRINEOS DEL SUR"

martes, 27 de julio de 2010

Paisaje abrumador de horizontes espigados, parecen las montañas, picos macizos desiguales, haber caído del cielo al son de un ingeniero extravagante. Sierras picudas dulcificadas sólo por la frondosidad de sus laderas. Paisajes casi oníricos que bien responderían a un sueño de particular belleza más que a la realidad. Tajos que se exhiben al sol como farallones antiguos, parecen reposar en un equilibrio inestable, a la vez sólidos y a la vez etéreos, tremendos en su corte, afilados. Sugieren poseer el secreto de la mesura y la desmesura. Comparten Alfarnate y Alfarnatejo cierto paisaje similar, apenas distan 4 kilómetros el uno del otro, y a la vez diferente. Si Alfarnate se resguarda en un valle imposible, Alfarnatejo busca el abrigo de uno de esos picos de los que se alimenta su horizonte.

Una aproximación

Alfarnatejo es un pueblo pequeño que convive con los tajos y veredas desde allende los tiempos y que se ha ganado el apodo de "Pirineos del Sur" por la consistencia de su orografía. Es habitual cruzarse con moteros y con ciclistas (tanto de ruta como de mountain bike) al ser sus carreteras más que propicias para la práctica de este deporte (no muy transitadas por turismo o vehículos pesados, con un hermoso paisaje y sinuosa, sinuosa, sinuosa...). Los campos de olivos y cereal, de garbanzos, sosegado, pone el contrapunto a los roquedales. Los picos Chamizo, Vilo y Gallo forman parte de un paisaje de oquedades y retuertos muy extenso, lo que motivó la presencia de los románticos bandoleros del siglo XIX por estos pagos. Pero ya el ser humano se había asentado aquí hace mucho tiempo como "Así lo revelan los restos arqueológicos hallados en el desfiladero del río Sabar, correspondientes al Neolítico, y también en el tajo de Gómer se han encontrado objetos de uso doméstico de unos 5.000 años de antigüedad", informa el Patronato de Turismo de la Costa del Sol.

Alfarnatejo

Estacionamos en la entrada, junto a la parada del autobús y nos adentramos en un pueblo blanco, de calles estrechas y empedradas, con el discreto encanto de lo mínimo. Caminamos por la calle Callejones hasta llegar a la plaza de la Constitución, centro neurálgico de Alfarnatejo. La mirada se escapa, invariable, hacia los picachos, hacia los macizos montañosos. Una mujer baldea con agua una de las calles y ascienden hasta nosotros perfumes de tierra mojada, de tierra húmeda que vencen al calor de la mañana entrante. Se escucha el repiqueteo de las esquilas de las cabras... Tlin-tlen-tlin-tlin-tlen-tlin... Los niños nos miran con ojos curiosos, los mayores nos saludan con un gesto de la cabeza o con un "Buenos Días" recio. Desde la plaza de la Constitución tomamos una de las calles que sale hacia la derecha, la calle Feria, que pasa frente a la balconada del ayuntamiento. La segunda calle a la derecha, vemos el torreón de la iglesia. Es majestuoso, sorprende su color, su textura, poco habitual en los templos malagueños que hemos visitado. Antes de subir nos refrescamos en una fuente próxima, dejamos correr el agua hasta que sale fresca, cristalina. Nos remojamos la cara. Delicioso. La iglesia tiene su fachada construida en ladrillo y roca vista, hecho que la diferencia, que la hace especial. Es una construcción sólida, recia, sin concesiones al barroquismo más cargado. El templo del Cristo de la Cabrilla es muy hermoso en su sencillez. "La iglesia, que data del siglo XVIII pero reconstruida en 1.977, se sitúa en la parte más alta del pueblo y es conocida como del Santo Cristo de la Cabrilla. Esta iglesia sobresale por entre las casas y construcciones del núcleo urbano de Alfarnatejo. Fue construida con estructura de planta sencilla que responde al tradicional modelo rectangular con dos naves, separadas por arcos de medio punto. En el exterior, destaca la Torre cuadrangular y maciza, construida en ladrillo cocido al estilo mudéjar", apunta la página web municipal. Su color, oscuro, se asemeja al color de la tierra que le rodea. Nos perdemos un tanto por las calles tejonas, disfrutando del arrullo de las palomas, del trinar de los pájaros posados sobre el tendido eléctrico. Nos refrescamos en sus fuentes, de nuevo, contemplamos cómo los gatos ronronean al sol. Despiden tranquilidad, sosiego, paciencia sus calles y sus gentes. Nos deleitamos con la vida sencilla a cada paso, observamos el vuelo de las rapaces sobre los tajos más altos. Se nos despierta el apetito y entramos en el restaurante Los Pirineos. Es demasiado tarde para desayunar y demasiado pronto para el aperitivo, optamos por un refresco de cola, una cerveza y dos pitufos mixtos, total: 4,40 euros. Desde la amplia terraza del restaurante observamos los campos que rodean Alfarnatejo, campos de olivos, de cereal, salpicados por encinas y quejigos. Faltan los garbanzos, legumbre que se popularizó en esta comarca hace unas décadas, generando un producto de primera calidad de fama internacional, tan es así que el vecino pueblo de Alfarnate incluyo una flor de garbanzo en su escudo. En la actualidad no se cultiva para su comercialización masiva, pero los vecinos y vecinas de Alfarnatejo no han perdido la tradición y la costumbre y siguen sembrando para su uso personal o familiar. No en vano, todas las variantes de cocido y de puchero siguen formando parte de la carta gastronómica del municipio. Repuestos un tanto, llegamos al Parque Municipal Miguel Alba Luque. Un espacio alargado, situado sobre una balconada, que vive a la sombra de unos grandes árboles. En el extremo opuesto al que hemos entrado, junto al arco árabe que marca la salida, hay una serie de juegos infantiles. Miguel Alba Luque, al que está dedicado el parque, consta como el último alcalde republicano del municipio al que fusilaron ante las tapias del cementerio de San Rafael de la capital el 9 de octubre de 1937.

Los tajos

Son impresionantes paredes verticales que caen a pico hacia un valle desde decenas de metros de altura. Tajos grises, parduzcos, moteados de verdes aquí y allá. Para llegar a ellos desde el centro urbano, hay que seguir adelante desde el pueblo, cruzarlo y comenzar una tortuosa bajada hacia el pantano de la Viñuela y Periana. Son testigos del paso del tiempo, vieron como entre ellos caminaban los antiguos viajeros, albergaron en sus oquedades vida desde allende los tiempos y permitieron que los árabes construyeran en sus proximidades oteros artificiales desde los que controlar el trajín de viajeros. Se constituye así la Ruta de los Tajos integrada por los de Gómer, Doña Ana y el Alto del Fraile. Quizá sean por estas excepcionalidades orográficos que se haya ganado a pulso el apelativo ya comentado de Pirineos del Sur.


Despedida

Nos hemos sentado en uno de los bancos de forja negros que salpican las calles de Alfarnatejo, a la sombra. La vida pasa ante nuestros ojos con un sosiego pasmoso. Dos niños juegan con una pelota, una mujer mayor de pelo cano camina con las dos manos juntas ante el pecho, un hombre carga con tres bolsas de la compra... Se nos contagia la paz, la tranquilidad, el reposo. Pero nuestra mirada vuela hacia los picos, hacia las montañas y cerros y comprobamos la dualidad de estas tierras de sosiego y abruptos barrancos y creemos que ahí radica su especial circunstancia, su herencia indómita y reposada.

Consejos útiles y enlaces de interés

Apodos: "Todo apunta a que el origen de los apodos de Alfarnate (palancos) y Alfarnatejo (tejones) tenga más de leyenda que de base histórica. Según la tradición, en el único camino que unía las dos localidades cayó una piedra de considerable tamaño como consecuencia de unas fuertes lluvias, de modo que el paso quedó interceptado, y para dejarlo expedito la gente de Alfarnate decidió llevar hierros y palos para utilizarlos a modo de palancas, en tanto que los de Alfarnatejo aportaron picos y palas con la intención de socavar el terreno y hacer que la piedra rodara monte abajo, método éste que al final resultó ser el más efectivo, porque la piedra, efectivamente, cayó por su propio peso hasta el valle, donde todavía permanece, según se dice", extraído de la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol.
Fiesta del gazpacho: El primer fin de semana de agosto se celebra en Alfarnatejo la Fiesta del Gazpacho, fresca sopa fría elaborada con los productos extraídos de los cultivos de Alfarnatejo. Durante la fiesta se reparte a los visitantes miles de litros de gazpacho. La velada se acompaña con la celebración de la Velada Flamenca Pirineos del Sur.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la página web municipal de Alfarnatejo y la página Axarquía Costa del Sol.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

67 ALFARNATE: EN LA LLANURA IMPOSIBLE

martes, 20 de julio de 2010

Es como un mar en arbolada, un mar embebido de tormentas, con las olas erizadas tratando de llegar al cielo. Hete aquí que en este paisaje las olas son montañas, picos tallados por las erosiones de los tiempos, macizos esculpidos por la naturaleza indómita. Cerros que son picos, lomas que son cimas sin contemplaciones. Los olivos, las encinas, el cereal viven en este vaivén continuo que parece vaya a moverse con ferocidad en cualquier momento. La carretera desde Casabermeja y Colmenar corre sinuosa entre estas ondulaciones del terreno y a cada curva nos ofrece un matiz nuevo del paisaje. Conducimos despacio, paramos, tiramos una foto o dos o, simplemente, contemplamos los distintos horizontes amarillos, grises, verdes, en contraste con el color azul del cielo. Escuchamos las chicharras, atronadoras por momentos, el trino de los pájaros que nos sobrevuelan, el tintineo de las esquilas de los rebaños de cabras que dormitan a la sombra. Un pastor sentado sobre una roca, sombrero de paja sobre la cabeza, cayado en la mano, una flor que sobresale de su boca. Contemplamos con él el paisaje indómito, miramos donde él mira. Roquedales, tajos, picos...

La llanura imposible

Y tras la abrupta llegada, el llano imposible. Enclavado en un valle natural, rodeado de cereales, encontramos Alfarnate. Se abre al abrigo del arroyo Palancar una vereda frondosa y fresca, florida, y sobre esta vereda, Alfarnate. Un oasis de peculiar hermosura, de sosegado vivir, de gentes amables. Sólo abrir las puertas del coche y ya se escucha el trino de los pájaros, ya se siente el frescor perfumado que asciende de los árboles y del arroyo. Estacionamos a la vera del río y nos proponemos seguir la ruta que nos ofrece el callejero que aparece en la página web del ayuntamiento de Alfarnate y que se puede descargar (nos lo hemos descargado) en formato pdf. Antes de comenzar la visita nos situamos. Preguntamos a dos hombres que se sientan sobre un banco, el mejor gps posible: - Esperad majos que me ponga las gafas que si no, no veo nada-, nos dice. - Mirad, estamos aquí, esta de ahí, a la derecha es la calle Mozos, debéis tomar la siguiente, que es un callejón estrecho y luego subir por aquí y luego por allí hasta llegar a ese sitio... Les agradecemos la charla y los consejos y nos ponemos en marcha.

Del callejón de Aljofar hasta el Santo Cristo

Tomamos el callejón Aljofar, una calleja estrecha que corresponde a su nombre de ecos islámicos con una decoración netamente árabe, con dos arcos apuntados y una escalinata de piedra en la que, curiosamente, aparece grabada la estrella judía de David. Dejamos la calle Cruz a la derecha y tomamos la calle Gadea. Si bien en la arquitectura de Alfarnate no abundan las grandes casonas, todo el pueblo posee un encanto relajado de paredes encaladas y ventanas con reja de forja, acompañadas de floridas macetas.. Doblamos a la derecha por la calle Pósito hasta llegar a la plaza de la Constitución, presidida por una fuente y por la sede del ayuntamiento de Alfarnate, edificio a tener en cuenta, ya que es una obra de finales del siglo XVI. "Se levanta sobre una planta noble que descansa sobre soportes con arcos de medio punto en el piso bajo, cuya sala de la izquierda tiene el subsuelo totalmente hueco. El edificio consta de dos plantas restauradas, la planta baja está dedicada a servicios administrativos y a las dependencias de la policía local. En la segunda planta, además de encontrar los despachos de las áreas de gobierno, se encuentra el archivo histórico, el salón de plenos y una sala de conferencias", así nos lo explica la web municipal. Desde la plaza, que tiempo antaño se utilizó para albergar corridas de toros, tomamos la calle Comandante Frías para introducirnos, primera a la izquierda, por el estrecho callejón Fortuna que nos llevará hasta un paseo de piedra. Ascendemos hasta un pequeño mirador repleto de árboles de sombra fresca. El paisaje es muy hermoso. Frente a nosotros, el caserío de Alfarnate presidido por una de esas montañas que crecen y crecen; a la izquierda, la torre campanario de la iglesia de Santa Ana, que se recorta contra los campos de cereal dorado que crecen en una extensa vega sólo limitada por un nuevo macizo montañoso. Nos recreamos con la vista. Continuamos el paseo hasta llegar al Sto. Cristo, un pequeño calvario de blancura inmaculada, rematado por tres cruces y en cuyo interior se halla una imagen del Cristo de Medinaceli, el cual acuden a visitar los creyentes el primer viernes de marzo. Así mismo, este altar es la última parada del antiguo viacrucis existente en la localidad. Está situado en la zona urbana más elevada de Alfarnate y su privilegiada posición os permite hacernos una idea de la situación orográfica del municipio. Se encuentra ubicado en un insólito valle rodeado de montañas, una placidez en medio de los abruptos tajos. Destaca el color amarillo intenso de los campos, rematados por el verde de algunos olivos y que termina en el gris de los picachos más recios. El paseo de piedra discurre entre una arbolada, en un ambiente de absoluta tranquilidad, apacible y umbrío, relajado. Nos sentamos un tanto, cerramos los ojos y olemos los perfumes que emana el paisaje.

Hasta la iglesia de Santa Ana y la ermita de la Virgen de Monsalud

Descendemos. Hasta nosotros llegan los trinos de los pájaros, algunos ladridos lejanos, un gallo cantando... Bajamos hasta la calle Comandante Frías atravesando, de nuevo el callejón Fortuna y giramos a la izquierda a la búsqueda de la plaza Victoriano Frías para tomar la calle Horno a la derecha y llegar hasta la plaza de la Iglesia, lugar donde se ubica el templo dedicado a Santa Ana. Posee la belleza de las construcciones sencillas, ya que se trata de un edificio de sólida prestancia y blanco como la cal. "Se levanta sobre una planta salón con tres naves separadas por pilares cuadrangulares sobre los que descansan arcos de medio punto. En el exterior destaca la torre mudéjar de tres cuerpos, con machón central y cuerpo de campanas con seis vanos, en los pies del evangelio. El edificio data del siglo XVI, en la construcción destaca que los tejados están formados por madera natural, soportados sobre vigas de madera de roble. Destacar que durante la Guerra Civil todas las imágenes de la iglesia fueron quemadas y la iglesia se utilizó como cuartel general del bando republicano. También cabe destacar que una de las campanas que formaban los sonidos de la iglesia fue llevada a la ciudad de Sevilla donde está instalada en la Giralda", sorprendente... La plaza que se encuentra delante del portal del templo acoge a lo largo del año la celebración de diferentes fiestas y ferias, siendo las más destacadas las fiestas patronales que se llevan a cabo en el mes de septiembre. Aprovechamos para reposar un tanto la caminata, nos sentamos, a la buena sombra, en uno de los bancos que nos ofrece la plaza. Tras el relax, que nos permite disfrutar del ambiente sosegado y la paz tranquila de Alfarnate en sus quehaceres cotidianos, tomamos la calle Secretaria y con ella paseamos por el lateral izquierdo de la iglesia hasta llegar a la calle Mediodía, que recorremos para coger la calle Río Palancar a la izquierda. Llegamos así hasta la plaza del Puente, un espacio abierto en el que un grupo de hombres charlan sentados en un banco a la vera fresca del río. Rezuma Alfarnate amabilidad, amabilidad que se traduce en buena temperatura, mirada generosa de sus paisanos, paisajes delicados, caminar reposado, sonidos sin estridencias... Cruzamos el puente y ascendemos por la calle Ermita hasta el templo. Lo primero que nos sorprende es su construcción. Es la primera vez en nuestro viaje por la provincia de Málaga que encontramos una ermita con soportales, una entrada cubierta por una artesonado de madera que protege la puerta con un pequeño patio enrejado previo. "Esta ermita está situada en el Barrio o zona alta del pueblo Se puede decir que ermita y pueblo nacieron a la vez. Es una edificación religiosa del siglo XVI soportales que descansan sobre pilastras unidas por arcos de medio punto", al igual que la iglesia, la ermita sufrió diferentes destrozos y saqueos durante la guerra civil.

La antigua Venta de Alfarnate

Descendemos por el callejón De la Ermita y la calle Robles hasta el cauce del río Palancar. Los vecinos y vecinas de Alfarnate ufanos, se afanan en sus compras, en sus paseos, en sus trajines... Se agradece la sombra que emana desde el río, fresca y deliciosa. Cruzamos uno de sus puentes y regresamos al coche. Salimos de Alfarnate por el mismo camino por el que hemos venido. Ya hemos visto la venta a la llegada, pero hemos decidido dejarla para después. Esta Antigua Venta de Alfarnate tiene una historia propia, ya que, ubicada en un cruce de caminos que comunicaba la costa malagueña con el interior granadino, por aquí pasaron reyes y bandoleros. La página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol detalla su historia y uno de sus platos más típicos: "Se trata de un establecimiento hostelero construido a finales del siglo XVII y que, con las naturales reformas, continúa funcionando como tal. Si antes era paso obligado de los viajeros que se desplazaban desde la costa oriental malagueña a la provincia de Granada, ahora lo es para los buenos gurmets que desean saborear los mejores platos típicos de la zona. Por este singular establecimiento han pasado celebridades de muy distintos ámbitos. Basta recordar que antaño fue visitada por el rey Alfonso XIII o los famosos bandoleros ‘El Tempranillo y Luis Candelas. En los últimos años es habitual centro de reunión de escritores y artistas plásticos. La oferta gastronómica de la Antigua Venta de Alfarnate es muy amplia, pero quien va allí expresamente lo hace para degustar uno de sus platos más famosos: los ‘huevos a lo bestia’, un plato único integrado por huevos fritos, migas, pimientos fritos, lomo en manteca, chorizo y, para que no falte de nada, una guarnición de verduras", aún es pronto para nosotros, pero en otoño nos espera una oferta gastronómica que no podremos rechazar... ¡Huevos a lo bestia (12 euros, recomendable para dos personas y un aperitivo)!!



Despedida

Aún mantenemos la mente y el cuerpo abrigados por la sombra de los árboles que crecen a la vera del río. Una sensación de placer fresco y delicado recorre nuestra espalda, como un masaje de querencias naturales. Nos sentamos en uno de los bancos, cerramos los ojos y sólo podemos sentir sobre nuestra piel la caricia umbría de la sombra y escuchar el trinar suave de los pájaros... Nos dejamos llevar, nos quedamos...



Enlaces de interés y consejos útiles

Turismo rural y senderismo: En Alfarnate ambas cosas van dadas de la mano. La oferta de alojamientos de tipo rural es muy amplia, con diferentes casas de diferente capacidad y diferentes precios. En la página web municipal (muy completa) se puede encontrar un amplio listado. De la misma forma, y también en la web municipal, los viajeros interesados pueden descargarse un documento en pdf con las rutas senderistas más interesantes, además de un plano callejero con los puntos naturales de interés.
Día de la Cereza: Con el auge del cultivo de cerezos en Alfarnate y debido a la gran calidad de este producto, desde 2006 se celebra un día dedicado a este producto donde los visitantes pueden adquirir y degustar este fruto. La jornada se desarrolla desde las 11.00 de la mañana y hasta la tarde, más de 20 stand componen la Feria de muestras donde se pueden adquirir además de cerezas, otros productos de la localidad, como pan, dulces, hortalizas o aceite. Por su parte, el Ayuntamiento de la localidad da a degustar casi 1600 kg de cerezas, además de comida típica de la localidad. Durante la jornada amén de poder adquirir productos de la localidad, el visitante puede disfrutar de un día de fiesta, en el que el baile, los fandangos animan la jornada. Conjuntamente al Día de la Cereza, se han instituido unos premios, con los que el Ayuntamiento galardona a las entidades y personas que colaboran tanto con la fiesta como con la localidad.
Ruta del aceite y de los montes: Alfarnate constituye junto con Alfarnatejo, Periana, Riogordo, Colmenar, Alcaucín y La Viñuela la Ruta del Aceite y de los Montes.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la muy práctica y completa web municipal de Alfarnate y la página de Axarquía Costa del Sol.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

66 VILLANUEVA DEL ROSARIO: PAISAJE DE CONTRASTES

martes, 13 de julio de 2010

Villanueva del Rosario que antes fue El Saucejo o Puebla del Saucedo. Rosario que aún luce en su escudo dos de aquellos árboles que antes le dieron nombre. Saucedeños que responden a este gentilicio propio que el tiempo y la historia no ha podido borrar del habla popular. Villanueva del Rosario de montañas y de valles, de olivos verdes y trigos dorados, de fuentes viejas y de nacimientos, de ermitas al sol y de zaguanes umbríos. Villanueva del Rosario, nueva y reinventada, con la personalidad de saberse igual y de saberse distinta, con el poso añejo de ser cruce de caminos, frontera natural, paso obligado de caminantes, de centurias romanas, de reyes cristianos y de emires granadinos. El Saucejo todo lo vio al cobijo de sus sierras. Villanueva del Rosario.

Una aproximación

Atravesamos los Montes de Málaga en el estío adormecido de la mañana. Es pronto y aprieta ya el calor con sus 27ºC. Lucen las montañas su manto pardo veraniego, destacándose aún más sobre la hierba amarilla la frondosidad verde de los olivos. La piel aterciopelada del cereal que amarillea brilla bajo el sol en sus ondulaciones, como un mar dorado. Al dejar atrás los montes se yerguen ante nuestra mirada la imponentes sierras del Jobo y Camarolos, como una fortaleza natural que se eleva hacia el cielo azul entre los olivos. La pincelada blanca del caserío que forma Villanueva del Rosario se pinta sobre este paisaje como un paisaje de contrastes. Las alpacas de cereal descansan, apretadas, sobre los campos, formando construcciones imposibles. Los tractores roturan la tierra como si de enormes insectos metálicos se trataran, traquetean y levantan una nube de polvo amarillento que se desvanece hasta desaparecer.

Llegada

Seguimos dirección centro urbano y estacionamos en la plaza de Andalucía, límite que marca la división entre la parte más antigua y la más moderna del municipio. Gorra, líquido abundante (aunque no faltan las fuentes en el municipio saucedeño), protección solar, cámara de fotos réflex, una compacta para la documentación, bloc de notas y lapicero, gafas de sol, calzado cómodo... El kit completo. La plaza de Andalucía es una plaza fresca, equipada con bancos de forja a la sombra de unos enormes castaños de indias. Desde este punto tomamos la calle Adoquines, a la derecha, dirección a la iglesia del Rosario.

La iglesia

Nos cruzamos con el pasaje de Los Escalones, a la derecha, que comunica la calle Adoquines con la calle Luis Molina. El aspecto externo de las casas se asemeja a las que ya hemos visto en la comarca de Antequera y en esta de Nororma (Comarca Nororiental de Málaga). Zaguanes abiertos a la calle y que son presagio de un patio fresco y umbrío, alicatados con losetas de colores vivos, azules, verdes, amarillos; las ventanas y balcones de negra forja; las puertas grandes de madera, algunas de ellas historiadas... Cuando la mirada se escapa fuera de las calles se topa con las moles graníticas de las sierras, en áspero contraste con las ondulaciones suaves de los campos sembrados. En nuestro camino, al llegar a la pescadería El Faro, frente al estanco, giramos a la izquierda para visitar la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, situada en la plaza de la Constitución, un rincón fresco, a dos alturas, con bancos de forja y frondosa arboleda en la que refugiarnos, a la sombra, del sol pertinaz. No olvidar la fuente, de caño exiguo pero más que suficiente para calmar la sed. La iglesia, de moderna construcción, ha sabido guardar los cánones estéticos más clásicos, sin estridencias, con una portada blanca con rosetón en el centro y espadaña, de la que penden dos campanas, a la izquierda. El interior sorprende, ya que posee un muy rico altar mayor, muy ornamentado. A los laterales de la única nave del templo, ocho templetes nos muestran las imágenes de diferentes santos. Salimos.

Los pasajes

Continuamos adelante por la calle Adoquines hasta una bifurcación a la derecha (calle Virgen del Rocío) que nos conducirá hasta la plaza de España, donde se ubica el ayuntamiento. Es una plaza de gran tamaño, con algunas construcciones típicas y un pequeño kiosco de helados. Bajamos por la calle Carneros y tomamos, a la derecha, el pasaje de los Arcos. Es una forma curiosa la que han ideado en Villanueva del Rosario para comunicar unas calles paralelas con otras. Existen los dos pasajes ya mencionados (el de los Escalones y el de Los Arcos) que no son otra cosa que una calleja empedrada, con escalones largos, que permite acortar recorridos cotidianos.

La ermita y el mirador

Regresamos la coche estacionado en la plaza de Andalucía. Queremos ir hasta la ermita de la Virgen del Rosario y, tras preguntar a dos o tres saucedeños nos han aconsejado recurrir al coche. No está lejos, apenas a dos kilómetros, pero el sol ya aprieta un tanto. Para ellos bajamos hasta la entrada del pueblo, tras una curva y allí se nos indica la dirección de la ermita y de la zona recreativa Llano del Hondonero. Serpenteamos por algunas calles del municipio hasta llegar a Fuente Vieja. Centro de reunión de jóvenes y mayores al amor de una gran fuente de piedra. El camino hacia la ermita discurre paralelo a un valle colmado de olivos apretados. Nos dirige hacia las montañas, cortadas a cincel por un artista extravagante, sin sentido aparente. La zona donde se sitúa la ermita recibe el nombre de Fuente Vieja Hondonero y ofrece un mirador de toda la comarca, donde priman los olivos y campos de cereal cercados por las montañas. La sierra de Camarolos se encuentra muy próxima al mirador, dada su situación privilegiada se cree habitada desde tiempos del paleolítico, no en vano se han encontrado pinturas rupestres en algunas de sus oquedades. En las faldas del mirador se encuentra el nacimiento del río Cerezo que en Villanueva del Rosario se conoce tradicionalmente como "El Chorro". En este paraje los saudedeños celebran el 25 de abril una romería popular en honor a San Marcos. La ermita de La Virgen del Rosario se recorta contra la sierra del Jobo, coronada por el pico Chamizo. Compite su pináculo con el de las montañas y su blancura, inmaculada, rivaliza con el verde frondoso de los olivares. Es un edifcio de muy reciente construcción, se levantó en 1997 vista la necesidad de tener un lugar donde realizar los oficios religiosos en la romería que se celebra en la primera semana de agosto. Su edificación fue posible gracias a la colaboración desinteresada de sus fieles y de diferentes instituciones. Contemplamos, desde aquí, las casas de Villanueva recortadas contra los campos.

Despedida

El paraje es silencioso, las sierras, los olivos, el verde y el azul del cielo se funden. Cantan algunas chicharras, se escucha un ladrido lejano. Nos sentamos al borde del mirador y contemplamos la vega anchurosa que se extiende ante nosotros. Es este un paisaje sin igual, donde se mezcla la suavidad con la agresividad en el paisaje o el cereal y los olivos en los campos sin que resulte disonante. Crece su belleza en el contraste, se complementa. Nuestra mirada se pierde más allá, donde confluye el horizonte dorado del campo y el azul intenso del cielo...

Enlaces de interés y consejos útiles

Arqueología: Como apunta la página web municipal: "La historia de Villanueva del Rosario se remonta a la Prehistoria. Ya en esa época hubo numerosos asentamientos en estas tierras, pero estas gentes no permanecían aquí por largos periodos de tiempo, sino que eran nómadas. El yacimiento arqueológico más antiguo del Alto Valle del Guadalhorce está situado en el Ventorro del cojo, en los Llanos de Salinas, y corresponde al Paleolítico inferior. En la cueva del “Malnombre” (Sierra de los Camarolos) se han encontrado vestigios de pinturas rupestres. La época romana fue una de las más importantes en este territorio. Debido a los numerosos cerros que existen, considerados puntos estratégicos, se asentaron varias civilizaciones romanas a lo largo de todo el término municipal. Una de ellas es la “Ciudad de Ulisi”, en el Peñón de Solís. Con la llegada de los visigodos terminó la época romana y comenzó una nueva etapa. También la época visigoda fue muy importante para la historia de Villanueva del Rosario. Se han encontrado numerosas necrópolis visigodas en el término municipal. Existe gran número de vestigios visigodos como hebillas, anillos, vasijas, etc. Algunas de las necrópolis encontradas son: la Calerilla, Repiso, la Rabia y el Picacho".
Senderismo: Villanueva del Rosario ofrece para el turista activo grandes posibilidades para el disfrute. Desde su página web, el ayuntamiento muestra, detalladas, cinco rutas interesantes desde el punto de vista histórico, natural ecológico y paisajístico: Rutas senderistas Villanueva del Rosario.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Cosat del Sol, la página web municipal de Villanueva del Rosario y de la Asociación Para el Desarrollo Rural de la Comarca Nororiental de Málaga.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

65 LA VIÑUELA: ESPEJO DEL MAR

martes, 6 de julio de 2010


La Viñuela es un espejismo de aguas verdes. Un espejismo enmarcado por la montaña agreste. Un espejismo que nutre su paisaje con suaves lomas que se elevan gradualmente hasta alcanzar la cota más alta de La Maroma. La Viñuela es su embalse, su pantano, esa lámina de verdes ondulantes que riza su superficie con la brisa. La Viñuela es ocio y esparcimiento a orillas de este especial mar interior que conforma el embalse más grande de la provincia. La Vñuela es un espejismo desde el que no se veía el Mediterráneo y decidió crear el suyo propio.



El pueblo

Pese a llevar su nombre no se refleja La Viñuela en aguas de su pantano, permanece oculta a la fresca vera de un río, entre enormes sauces, a la sombra de sus ramas. Son estrechas sus calles, sinuosas todas ellas. Calles que se adaptan a las veleidades del terreno, al capricho de sus formas. Así, nos dejan rincones umbríos, recodos salida, plazuelas minúsculas por un limonero, por una fuente... Para estacionar hemos atravesado el centro urbano entero hasta llegar a la ribera del río Salia. Aparcamos bajo la sombras de un grupo de sauce. Sobria tranquilidad la que desprende La Viñuela, una calma despaciosa, morosa en la primera hora de la tarde Llega hasta nosotros el rastro de aromas frutales, un percepción de perfumes cítricos. La Viñuela es el municipio más moderno de la Axarquía, en 1764 es nombrado su primer alcalde: D. Juan Lucas García del Rey, de ahí que nos sorprenda su trazado casi morisco. Antes de ascender por la calle principal nos sumergimos en la quietud de sombras de un parque equipado con algunos juegos infantiles y con elementos de antiguas maquinarias de prensas aceiteras. Todo es tranquilidad. Subimos por la calle principal y casi nos damos de bruces con la iglesia de San José, una construcción sencilla, precedida por un patio que vecinos y vecinas han decorado con profusión floral. Fue construida en el siglo XVI y posee planta rectangular con armazón de madera. En el siglo XVIII fue objeto de una reconstrucción en la que se añadió la actual espadaña. Su pared lateral izquierda marca el límite de la calle principal. Un tramo más adelante se halla el bar La Viña, origen y génesis de La Viñuela por ser paso obligado de arrieros. "En el cruce de la Vereda de Granada y Antequera, se construyó esta venta para dar posada a los arrieros que por estos caminos pasaban. Fue una de las primeras casas del pueblo. Tenía en sus alrededores una pequeña viña y empezó a conocerse como Venta de la Viña de donde surgió el nombre del pueblo", así lo indica un panel informativo situado en el entrada del establecimiento. En nuestros oídos se mezclan el trino de los pájaros y el característico sonido de las fichas de dominó golpeando sobre la mesa. Ambiente de tarde y juegos, de partidas de cartas y dominó. Paseamos un tanto más por las calles del centro urbano dejando que nuestra mirada se pierda en las curiosas lámparas, grandes, que decoran las fachadas, en las flores que salpican de color las paredes encaladas, en los callejones... Contemplamos las señalizaciones que indican el inicio de algunas rutas senderistas, como la que nos llevaría al Camino de Las Fuentes, de apenas tres kilómetros en ida y vuelta durante la que podríamos visitar el Cortijo Maquizo o el río Salia. Regresamos al coche.

El embalse, el pantano...

Es un embalse moderno. Un pantano que bebe de las fuentes formadas por los ríos Salia, Benamargosa, Bermuza, Rubite, y el arroyo de la Madre del Llano de Zafarraya y que tiene su corazón y razón de ser en el cauce del río Guaro. "Es el de mayor capacidad de la provincia de Málaga con 170 hectómetros cúbicos, para una cotas máxima de embalse de 230 metros. Cubre el valle que separa a La Viñuela de Los Romanes, la superficie de cuenca regulada por el río Guaro es de 119 km2. Sus aguas abastecen el riego del sur de la Axarquía y en caso de necesidad de agua potable para Málaga capital. La presa es de materiales sueltos, una parte central de arcilla y con taludes exteriores de esquistos y piedras de pizarra, con una altura total de 89 metros y una longitud de coronación de 460 metros, empleándose para su construcción más de 4 millones de metros cúbicos de materiales. La obra se inició a finales del 1982 y fue a finales de 1988 cuando se empezó a embalsar agua", así se nos indica en la página web municipal. El atractivo turístico y la importancia del impacto económico del pantano en el municipio es tal, que se incluye en el escudo de La Viñuela como un elemento integrador de la vida social y cultural de los viñoleros.


El Hotel La Viñuela

Tomamos dirección hacia la lámina de agua, no sin antes desplazarnos hasta el Hotel La Viñuela, galardonado con la Q de calidad y excelencia turística y enclavado en un lugar privilegiado con vistas hacia el pantano. Nos asomamos a la terraza del hotel, nos sentamos, nos relajamos y pedimos un refresco de cola y un café solo con hielo por los que nos cobran 4 euros. A nuestro alrededor varios turistas alemanes e ingleses disfrutan de un surtido de helados con un aspecto excelente, y es que uno de los grandes atractivos de este establecimiento hotelero es su cocina. Cocina que ha sabido conjugar a la perfección la tradición andaluza con la vanguardia culinaria, realizando creaciones como "Gazpacho Andaluz con Virutas de Ibérico y Helado de Aceite de Oliva", "Sopa Colorá Malagueña de Almendras y Cominos con Pintarroja" o "Migas de Pastor con Pimientos del Piquillo Rellenos de Centollo". Los precios son razonables para el tipo de establecimiento y resulta perfectamente posible darse el gusto en alguna ocasión... ¿Cómo resistirse al "Cordero Confitado en Canela y Naranja con Batatas al Vino Dulce"? Sentados en la terraza observamos la lámina de agua. El pantano parece un auténtico mar interior. Espejean sus ondulaciones en cientos de distintos tonos de verde que se mueven, se desplazan, cambian, mutan, haciendo que la lámina de agua sea siempre distinta y la misma. ¡That's life! Que decía la canción. (Fotografías extraídas de la página web del Hotel La Viñuela)

El pantano, el embalse...

Antes de iniciar el descenso hasta el centro urbano de La Viñuela y el hotel del mismo nombre, encontramos el Centro de Visitantes Embalse de la Viñuela que consta de una sola planta con 108 metros cuadrados de superficie divididos en recepción, sala de exposiciones, archivo y tienda de productos típicos. En la sala de exposiciones permanente se muestran diversos paneles interactivos e imágenes de distintos municipios de la comarca, del propio embalse, así como rutas de senderismo y actividades deportivas que se pueden realizar en la localidad. El centro es además el punto de información turística fundamental de La Viñuela y de esta zona de la Axarquía ya que en el mismo se ofrece toda la oferta cultural, gastronómica y turística de los municipios más próximos como la propia Viñuela, Alcaucín, Periana o Riogordo. En la sala reservada a los productos típicos se puede adquirir artesanía o productos gastronómicos locales. El entorno del pantano es una zona de una gran riqueza paisajística con instalaciones para practicar deportes náuticos y zona recreativa con barbacoas, minigolf y campo de fútbol. Para conocer el embalse a fondo existe una ruta que parte desde las proximidades del Hotel La Viñuela y recorre el perímetro del pantano. En el siguiente enlace se detalla la ruta a la perfección: Ruta de los Alrededores del Pantano.

Desde los Romanes

Una de las pedanías que conforma La Viñuela es Los Romanes, uno de los puntos más altos del municipio y que nos va a ofrecer unas vistas excelentes de la comarca. Basten dos detalles: la lámina de agua irisada en el valle y el pico más alto de la provincia de Málaga, La Maroma, al frente. Para acceder a Los Romanes, situada al oeste del embalse hemos de seguir las indicaciones sin posibilidad de pérdida. Ascendemos por una carretera sinuosa salpicada a izquierda y derecha por villas despampanantes, casas con solera, modernas arquitecturas... Todas con el denominador común de formar un balcón sobre el valle en el que se amansa el pantano. Paramos, tiramos un par de fotos, nos deleitamos con los verdes del pantano, con los verdes de los olivos de Periana, con los verdes de los frutales de Alcaucín, vemos la Mesa de Zalía, el Boquete de Zafarraya al frente, La Maroma... Los Romanes es, además, el inicio del camino a la Torre Atalaya, una edificación que hemos visto desde hace tiempo sobre el horizonte, vigilando, oteando los ríos y valles. "Data del siglo XV. Es una torre almenara de construcción árabe para defender las tierras de Zalia de las posibles invasiones de la costa. La Torre está construida con rocas de pizarra formando techadas circulares con mortero de cal. Conserva una ménsula del matacán que defiende una puerta situada a unos 6.5 metros de altura, con jambas de ladrillos y dintel de una piedra, ocultando la medio destruida bóveda de ladrillos. Tiene unos 9.5 metros de altura y según dice la tradición fue construida en una noche con materiales aportados desde los alrededores y agua desde el río Guaro, servía como comunicación desde otras torres vigías a lo largo de la costa y el castillo de Zalia", así reza el panel informativo que nos ofrece las pertinentes explicaciones para llegar hasta ella. Son algo más de cinco kilómetros de recorrido por una pista transitable con turismos ordinarios. Quedado embebidos del paisaje, del tono de sol, del color azul del cielo.

Despedida

Ya nos hemos sumergido en sus aguas. No mucho, tan sólo mojar la palma de las manos, la yema de los dedos, los pies... Es fresca el agua, delicada en coloridos verdes, intensa en aromas. Dos hombres pescan algo más allá, un grupo de niños juegan al fútbol entre dos árboles, una familia charla sentados alrededor de una mesa. Miramos la superficie del agua, este mar interior que parece haber estado siempre ahí. La Viñuela, un pantano, un espejismo de mar.

Enlaces de interés y consejos turísticos

Alojamientos: Además del ya mencionado Hotel La Viñuela, son muchas las opciones que el entorno del pantano ofrece para hospedarse. Desde el Camping La Viñuela, hasta diferentes casas rurales. La oferta es amplia y son muchas las páginas web que nos facilitarán la búsqueda de distintos tipos de alojamientos, para todos los gustos y de todos los precios. La mejor de las opciones es acudir a la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol o teclear "La Viñuela turismo rural" en cualquier buscador.
La Fiesta de la Pasa: Entre las festividades más destacadas de La Viñuela ha de subrayarse la Fiesta de la Pasa, una de las que más solera tiene en la Axarquía, ya que se comenzó a celebrar en los años setenta con la intención de rendir homenaje a este producto, clásico de la comarca y del municipio. La Fiesta de la Pasa se celebra en la segunda quincena de septiembre.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, además de la página web municipal de La Viñuela y la página de Axarquía Costa del Sol.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.