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74 CORTES DE LA FRONTERA: CORAZÓN DE PARQUES NATURALES

martes, 7 de septiembre de 2010

Y más aún que pintado parece cincelado el caserío de Cortes de la Frontera sobre las sierras que rebrincan detrás. Una herida blanca sobre el roquedal grisáceo, un manchón alargado, definido casi en línea recta sobre los campos de cereal y el incipiente bosquete de alcornoques, un meridiano de casas blancas tachonando la sierra... Se asemeja a una balconada sobre el valle del Guadiaro, una atalaya vigía de la vida en el río, en la vía férrea que trae trenes como suspiros por su seno... Dejamos atrás la carretera que une Ronda con Algeciras y pronto abandonamos las frondosidades de castaños que pueblan el Valle del Genal, para dar paso a los primeros alcornoques, que aparecen con timidez al inicio del camino y que ganan en apretura y frondosidad según nos encaminamos hacia Cortes. Vive el bosque bajo mediterráneo en estas ondulaciones de cimas y picos su máximo esplendor. Las montañas, picos graníticos, vigilan nuestro caminar, dominando desde su altura todo el Valle del Guadiaro, donde despunta, al fondo, el municipio vecino de Jimera de Líbar. Suena el río, suena, también en esta época de cálido verano. Cruzamos el río y el barrio de La Estación que ha crecido a la vera del cauce y del ferrocarril Boadilla-Algeciras. Y desde el fondo del valle, ascendemos hasta el reposo serrano que es Cortes de la Frontera. Reposo que parece contradecir la historia y origen del nombre del municipio que los romanos denominaron Cortex, que se traduce como coraza o defensa, y que los árabes decidieron respetar dada la situación geoestratégica del mismo.

Estacionamos: El Centro de Visitantes

Seguimos las indicaciones de centro urbano y estacionamos en la Avda. de la Libertad, una de las dos principales arterias que enmarcan el trazado urbano de Cortes. Espigado de manera transversal, alargado, con apenas tres calles horizontales que asientan el resto de la estructura urbana, conectada por una miríada de calles y callejas que conectan estas dos arterias fundamentales hacia arriba y hacia abajo. Cortes de la Frontera se encuentra en un lugar privilegiado, en las últimas estribaciones de la serranía rondeña, a la vera del valle del Genal, próxima al Parque Natural de Grazalema y al de Sierra de las Nieves, e incluida en el Parque Natural de los Alcornocales que se extiende, en su mayor parte, por la provincia de Cádiz. El Centro de Interpretación de Visitantes se encuentra muy próximo a la Plaza de Toros y perfectamente señalizado. Desde el mes de julio y hasta septiembre el centro está abierto los jueves, sábados y domingos de 10 a 14 horas por la mañana jueves y domingos y los sábados de 10 a 14 horas por la mañana y de 19:00 a 21:00 por la tarde. En el Centro de Visitantes, sus encargados nos ofrecieron exhaustiva información sobre Cortes de la Frontera y los lugares destacados a visitar, además de orientarnos sobre los caminos y senderos (y condiciones de los mismos) a recorrer por el Parque Natural de Los Alcornocales. Comenzamos a ver en el mismo centro una característica de Cortes: los elementos artísticos o prácticos elaborados con corcho. Se pueden adquirir bancos o pequeños regalos a módicos precios que van desde 1,5 euros hasta los 15, cayados de madera tallados, guías y mapas excursionistas, camisetas del parque, etc. Todo ello en el piso inferior. En el superior se encuentra el Centro de Interpretación en el que a través de una serie de dioramas se explican y detallan las características de los tres parques que se integran dentro del término municipal de Cortes.

Hasta la Plaza de Toros

Desde la entrada del Centro de Visitantes subimos apenas diez metros hasta alcanzar, de nuevo, la Avenida de la Libertad. La visita a Cortes de la Frontera es una visita sencilla, los monumentos más destacados se encuentran muy próximos y situados casi en fila recta. No hay problema de pérdida. Con treinta metros de diámetro, la Plaza de Toros de Cortes es la segunda de la serranía, después de la rondeña y la justificación histórica de su existencia radica en la importancia del ganado en esta zona y comarca como paso obligado entre las dehesas gaditanas y la Sierra de Ronda. Se construyó en 1824 y fue reformada prácticamente en su totalidad en 1921, sin embargo, tal y como consta en la placa explicativa situada junto a la entrada, hay constancia de la celebración de festejos taurinos en este mismo espacio mucho antes de la construcción de la plaza. "El ruedo tiene (exactamente) 27,7 metros de diámetro y tiene capacidad para 1.000 personas. Se celebra un único festejo en agosto durante la feria de Cortes". Vislumbramos la arena tras un burladero, las primeras filas de los tendidos. Tiene la plaza planta y piso de altura, configurado este último por unas arcadas de medio punto con balconada de forja. El exterior pintado de albero, enmarcado entre arcos de ladrillo visto.

La Iglesia y la Casa de Valdenebros

Continuamos nuestro paseo para descubrir las cuidadas calles de Cortes, empedradas y delicadas, esmeradas en su presencia, cargadas de árboles, algunas curiosas palmeras, ventanas de forja negra y zaguanes que se adentran en las casas, arriates de flores, macetas coloridas, perfumes de azahar... Nos topamos con la Fuente de Los Caños, cuatro buenos grifos de agua fresquísima a los que no podemos decir que no, así que nos sumergimos el rostro y la cabeza en ellos... Deliciosa agua serrana... Un tanto más adelante de la fuente nos encontramos con la torre campanario de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario rompiendo el skyline de Cortes y a su derecha, la fachada principal de la Casa de los Valdenebros. Esta última es impactante. Luce espadaña en lo alto y marca de grana las piedras que conforman el portal, parte de la fachada con hornacina y la propia espadaña. La casa, y su capilla, fueron edificadas en el año 1760, para cuya construcción se siguió el estilo barroco-mudéjar aunque sólo ha llegado hasta nuestros días la fachada. En la actualidad el interior se encuentra totalmente remozado. Para los que gusten de historias, decir que en la antigüedad se cuenta que había un pasadizo subterráneo y secreto que comunicaba la casa con la iglesia y la capilla. Ahora se encuentra, dicen, cegado. La Casa de los Valdenebros también es conocida como la Casa de las Tetitas, por la forma redondeada que tenían los remaches metálicos de su portón. Junto a la casa, se encuentra el templo de Nuestra Señora del Rosario. La historia del origen y fecha de construcción de la parroquia es incierto. Se sabe que en esa misma ubicación existió una iglesia a principios del siglo XVI, pero no es hasta el siglo XVIII cuando aparece una prueba irrefutable de la existencia del templo, en un escrito que hace referencia a un retablo. La iglesia es de importantes dimensiones y lo más destacable es la torre campanario, adosada, con fábrica de ladrillo y rematada en un pináculo de cerámica blanca y azul reconocible entre el resto de templos de la serranía. El interior es austero, inmaculado de blancos y con un sencillo altar. El coro está rematado con la presencia de un imponente órgano. Los techos, pintados de un suave crema, provocan que el edificio parezca más liviano. Encendemos las preceptivas velas, para que nos guarden los santos en nuestro caminar. Salimos a la luz de la mañana.


El ayuntamiento

Nos sorprenden, a la salida de la iglesia una serie de toques de campana. No proceden del templo, son recios y puntuales en su aviso y parecen venir de algo más abajo en la calle. Seguimos el tañido como si de un flautista de Hamellin se tratara hasta encontrarnos, en menos de veinte metros, con un gran espectáculo arquitectónico: el Ayuntamiento de Cortes de la Frontera. Para no errar en la descripción técnica, trascribimos aquí lo que el consistorio cortesano señala sobre su Casa Consistorial: "Ayuntamiento es un importante edificio de piedra de bella y severa fachada de corte neoclásico, fechado en el friso en 1.784, época de la ilustración. Fue mandado construir por Carlos III con dinero público y está hecho con sillares de arenisca y es de arquitectura civil. Como todos los Ayuntamientos tiene autonomía local, muestra de ello es el escudo que se encuentra sobre el reloj. La fachada se articula con dos pisos de galerías, con cinco arcos de medio punto en cada una de ellas, que apoyan en pilares de piedra entre pilastras sin decoración. Sobresale ligeramente de la fachada el núcleo central, con tres arcos en cada uno de sus pisos, y sobre ellos se dispone el frontón triangular centrado por el reloj y el escudo real". Impacta su portada de piedra, recia, de tonos de arena oscura en contraste con el cielo azul festoneado de nubes blancas. El ayuntamiento está precedido de una plaza con bancadas escalonadas donde se barrunta realizarán diversas actividades, dado su aspecto natural de anfiteatro. Reclaman nuestra atención las tres campanas con las que se corona, una sobre otra y de mayor a menor y que han sido las causantes de nuestra llegada a buen puerto. Restañan también ahora anunciando las horas del día.

El mirador de Las Camaretas

Las calles situadas detrás del ayuntamiento son un dédalo de esquinas que se doblan para encontrarse con una plazuela o con otra esquina que se dobla sobre sí misma. Bullen de vida, de cortesanos que caminan, pasean, hacen la compra en las tiendas de ultramarinos o toman una cerveza fresca, con tapa o sin ella, en alguno de los bares que allí se encuentran. La presencia del Mercado de Abastos influye en este trajín de cotidianidad. Charlan los hombres y las mujeres, pasean los niños. Un tanto perdidos decidimos preguntar por el mirador. Sin demasiadas ni prolijas explicaciones, el camino es tan sencillo que nos avergüenza haber tenido que preguntar) nos indican que subiendo esta calle que recibe el mismo nombre que el parque mirador, nos lo encontraremos de frente. En el Centro de Visitantes nos han aconsejado la visita, ya que desde esta posición privilegiada se obtienen unas excelentes vistas del valle del Guadiaro. Y no mentían. Las vistas hacia la izquierda terminan con la presencia de Jimera de Líbar en la altura, a la derecha se cierran sobre Sierra Crestellina en Casares y el Campo de Gibraltar. Al fondo, la barriada de La Estación, un tramo de la vía del tren, a nuestro alrededor, la tranquilidad de las sombras mecidas por la brisa, de los bancos sobre los balcones, de la temperatura cálida, rebajada gracias a la situación del mirador. Respiramos y huele a flores dulces. Sólo se escucha el rumor de las ramas de los árboles meciéndose unas sobre otras. Nos sentamos, cerramos los ojos, nos dejamos llevar, planeando hasta el fondo del valle.

Despedida

Nos perdemos paseando entre sus callejas, dejando que ls pisadas resuenen con suavidad sobre el empedrado, nos abrigamos en las sombras de las casas y escuchamos el murmullo de la vida cortesana. Algunos hombres se aventan sentados en unos bancos frente a la plaza de toros, otras mujeres conversan sobre el precio del pescado, dos jóvenes especulan sobre los modelos a lucir esta noche... Todo forma parte de la banda sonora que complementa nuestro recorrido por las calles, nuestra pérdida y nuestro regreso, nuestra divagación y nuestro encuentro con Cortes de la Frontera.

Información turística y enlaces de interés

La Sauceda: Cortes de la Frontera tiene una zona de acampada que cuenta con 23 cabañas con chimenea, sin luz eléctrica, con servicios higiénicos y duchas, agua caliente, recepción, tienda verde, salón social, aula de formación, transporte de equipaje hasta las cabañas, servicios de leña gratuitos, albergue, zona de acampada y barbacoas. Se encuentra abierta todo el año. Las actividades que se realizan desde la misma son rutas a caballo, espeleología, senderismo, rutas en burro, visitas por el parque natural. Visitas al bosque de laurisilva, la Pilita de la Reina, el peñón del Buitre y Cortes de la Frontera.
El Cañón de las Buitreras: El cañón es un tajo de más de cien metros de profundidad y con desniveles que alcanzan hasta los doscientos metros y que está producido por la acción del río Guadiaro sobre una cuenca de piedras calizas. El acceso al cañón presenta ciertas dificultades, hay paredes que llegan a alcanzar la casi total verticalidad, por lo que se encuentra incluido dentro de las rutas habituales de escalada en el municipio. Para disfrutar de este paisaje se recomienda llegar hasta el conocido como Puente de los Alemanes, o buscar una perspectiva desde la zona más alta del desfiladero. El cañón de las Buitreras está catalogado como Monumento Natural de Andalucía.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la página web municipal de Cortes de la Frontera.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

6 comentarios:

Nekane dijo...

Parece Cortes de la Frontera por su ubicación la excelencia de las rutas senderistas.
Añadamos que por tu forma tan DIVINA de contarlo dan ganas de conocerlo TODO.
Me parece curioso el Ayuntamienteo,tan sobrio,limpio y con sus tres campanas.
Sigue haciendo que los despertares de los martes sean tan ilusionantes y soñadores.
Un abrazo grandísimo,Israel.

Pantxike dijo...

¡Enhorabuena Israel! magnifico pueblo,magnifica descripción.Los de Cortes de la Frontera tienen que estar encantados con el reportaje.De acuerdo totalmente con Nekane, dan ganas de salir volando a visitarlo.
Un besote.
Pantxi.

Anónimo dijo...

Poes sí,Isra:siembras deseos de conocer los lugares que describes.Todo un arte.

Anónimo dijo...

Buenas isra.
hya una errata en la descripción de la sauceda.
la sauceda dejó de ser gesitonada por fempa en el año 2003 aprox. ahora es gestioanda por paco.
y se han producido cambios de ubicaciones de salas, albergue y recepcion
un coridal saludo

Anónimo dijo...

Buenas isra.
hya una errata en la descripción de la sauceda.
la sauceda dejó de ser gesitonada por fempa en el año 2003 aprox. ahora es gestioanda por paco.
y se han producido cambios de ubicaciones de salas, albergue y recepcion
un coridal saludo

Anónimo dijo...

Un sitio precioso tuve la suerte de vivir allí dos años. Mucho frio y mucho encanto.