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82 TOLOX: VENTANA ABIERTA A LA SIERRA DE LAS NIEVES

martes, 2 de noviembre de 2010



Reposa Tolox. Reposa sobre una ladera, arrumbado en una cañada que lo protege de los vientos. Parece Tolox una hendidura blanca, una herida humana pintada a punto de cal contra las enormes montañas. Parece caer Tolox desde las cimas imponentes, como un alud de nieve con forma de caserío blanco. Lo contemplamos desde la explanada que se extiende a la vera de la modesta ermita de San Roque, apenas tres trancos antes de llegar al centro urbano. Nos ofrece este mirador natural una visión sin igual del poderío rocoso de Sierra de las Nieves, Reserva de la Biosfera, premio EDEN y Skal Internacional al turismo sostenible. Y es que el municipio tolita (toloxeño) rezuma esencia serrana. Para visitarlo hay que buscarlo, entreverlo, llegar hasta él. No es un pueblo de paso que el viajero encuentre en el flanco de una carretera. Hasta Tolox hay que ir. Hasta Tolox hay que llegar, y la visita merece la pena.

De los personajes y de sus historias

La historia de Tolox se encuentra preñada de personajes y de leyendas. Quizá su carácter apartado haya abrigado al amor de la lumbre muchas de ellas, mientras el picón de las brasas se calentaba y despedía aromas antiguos. Imaginamos allí a las ancianas, contando, desgranando historias que hablaran del jeque rebelde Omar Ben Hafsún, de su hijo Soleimán y la derrota que éste sufrió ante el grana califa omeya Abderramán III. También otras historias que hablaban de la Inquisición y sus prohibiciones de cantes y bailes antiguos por recordar a los cantes y bailes árabes. Cómo no, también la oscura historia de Micaela Merchán, el Padre José los “encuerichi”, que se cuenta en la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol del siguiente modo: “El origen de esta –para algunos- ‘anécdota’ parece ser que fueron las predicaciones y consiguientes influencias que un ex presidiario, conocido como Padre José, y Teresa Villatoro ejercían sobre algunas mujeres de Tolox, entre ellas Micaela Merchán, que aseguraban ver a la Virgen y a algunos difuntos y lanzaban anatemas contra los escépticos, a los que amenazaban con el infierno. La noche del 23 de marzo de 1886, este grupo de mujeres visionarias anunciaron el fin del mundo, por lo que quemaron en una hoguera todas sus posesiones, se quedaron desnudas (‘encuerichi’, que es como popularmente se conoce este suceso) e iniciaron un ritual alrededor del fuego, azotándose a modo de flagelantes medievales. Avisada la Guardia Civil, los ‘encuerichi’ fueron detenidos y juzgados. Tras el juicio, sólo resultó condenada Micaela Merchán a cuatro meses y un día por lesiones y escándalo público”.

Llegada, aparcamiento, primeras impresiones y Museo de Artes Populares

Tolox es un pueblo repleto de cuestas y calles estrechas. La mejor recomendación resulta estacionar el coche en las calles adyacentes al centro urbano y caminar y descubrir y pasear sus calles con tranquilidad. Estacionamos en la calle Cuesta del Caño y nos adentramos en el centro urbano a través de la calle Encina. Podemos seguir las indicaciones que nos señalan el camino a seguir sin la menor dificultad. En el caso de que se quiera facilitar más aún la visita, en la página web del ayuntamiento se puede descargar un completo callejero en formato pdf e imprimirlo para llevarlo como documentación de viaje. En la calle Encina, nos encontramos con el Museo de Artes y Tradiciones Populares y la oficina de turismo. “El Museo de Artes y Tradiciones Populares de Tolox abrió en 1.992. A través de su mobiliario, aperos y fotografías de personas y calles, recrea en él la vida típica del pueblo a finales del S. XIX. Consta de un dormitorio donde podemos destacar la cama con colchón de lana, cuna, misal, alpargates o traje típico toloxeño; el comedor está dedicado a las familias más pudientes, en él destacamos una colección de juguetes, varias radios, una cartilla de racionamiento y un “pan de higo pintao”. En la cocina lo principal es la chimenea con su caldera y otros objetos llamativos son un tostador de café, alcuceros, piedras de moler sal o planchas. Los aperos de trabajo se exponen en un solo espacio, juntos encontramos los de labranza, los de carpintero, panadero o molinero; entre todos ellos lo más llamativo es la era con su tabla de trilla. Horario: Martes a Domingo de 11 a 14 h. y de 15 a 18 h. de Octubre a Mayo y de 11 a 14 h. y de 18 a 21h. de Junio a Septiembre”, tal y como recoge la web municipal de Tolox.

Hasta la plaza Alta

Desde el Museo caminamos por la calle Balneario con el propósito de llegas hasta la plaza Alta. Esta calle ya nos muestra una idea de lo que es Tolox. Calles estrechas, serpenteantes, que unen las casas y portales dejando apenas un rasgón al aire entre ellas para contemplar el intenso color azul del cielo. La luz del sol refulge contra las blanquísimas paredes y realiza imposibles juegos de luces y sombras sobre ellas. Se rompe la estructura de las calles con abruptas bajadas de escalones que comunican unas calles con otras. Se abren así a izquierda y derecha cuestas arriaba y abajo. Llegamos hasta la plaza Alta, lugar de las celebraciones, fiestas y encuentros del municipio. En uno de los laterales de la misma se encuentra la Casa del Hidalgo Fernández Villamor, construida en el siglo XVI, y a la que hasta entrado el siglo XX se accedía a través de una escalinata. Está construida en lugar privilegiado, a modo de palacete, con forjados en puertas, balcones y ventanas. Destila cierto aroma de abolengo, de sentir señorial.

Las Rinconadas del Castillo y la Iglesia de San Miguel

Huele a otoño en Tolox, quizá cierto rastro de olor a castañas asadas, quizá cierto vestigio de aroma a puchero, quizá un ligero perfume de brasas de naranjo… Frente a la casa del hidalgo se halla el camino hacia la iglesia. Con cada paso nos sumergimos en el barrio de las Rinconadas del Castillo de innegable trazado morisco, de calles retorcidas y tumbadas una sobre otras, como un alambicado laberinto. Antes nos asomamos a la plazuela donde se encuentra la iglesia de San Miguel Arcángel que sorprende por sus remates granas en el dintel de la puerta principal, construido en fábrica de ladrillo, así como los remates bajo los alares o el propio tejadillo de la torre campanario. Se abren las puertas tras un toque de campana y nos sumergimos en un mundo de sombras. Resulta la iglesia de Tolox uno de esos templos de sabor añejo, antiguo, repleto de umbríos rincones bajo su imponente artesonado. En el altar mayor, San Miguel Arcángel porta en su puño una temible espada redentora. Fue en este templo, construido en el siglo XVI, donde los cristianos se refugiaron ante la sublevación morisca de 1568. Tras su incendio se reconstruyó en el año 1577 y fue restaurado en 1632. Nos sumergimos, ahora sí, en las Rinconadas del Castillo. Si miramos más allá de las calles nos encontramos con las montañas en primer término, cimas mayores y menores a la vera misma de las casas, todas ellas de porte serio. En torno a la iglesia y ocupando lo que en el pasado fuera fortaleza árabe, se asienta el barrio de Rinconadas del Castillo, que se abre y se cierra y se vuelve a abrir y que depara sorpresas como un estrecho callejón cubierto de apenas un metro de anchura que bien podría hacer competencia al tan mencionado “Callejón de Araceli” de la localidad axárquica de Canillas de Albaida. Aunque corto, internarse en él, supone un viaje al pasado morisco de Tolox. Conviene en las Rinconadas del Castillo (tras un paseo descubrimos el porqué del nombre) perderse para reencontrarse para perderse y reencontrase, descubriendo “rincones” insólitos y plazuelas del todo imposibles, calles que parecen perderse en sí mismas, patios minúsculos cuajados de flores… Y al salir de este dédalo, de este laberinto, de nuevo el horizonte escarpado de las montañas. El sol de la mañana otoñal pinta las paredes de Tolox con su paleta de colores ocres. Nos asomamos a sus barrancos, fértiles y umbríos, donde crecen los naranjos y los limoneros. Ascienden hasta nosotros rumores del agua.


El Balneario de Fuente Amargosa

Y siguiendo el hilo de ese rumor de agua, como si fuera una secreta melodía de Halloween, nuestros pies desandan el camino andado por la calle Balneario hasta desembocar en un paseo flanqueado de eucaliptos (que luego sabremos plantados por el alumnado del colegio público de Tolox hace más de 20 años). Nos cruzamos con uno, dos, tres hombres que caminan con las manos dadas a la espalda, despacio en el camino. – Buenos días-, saludamos. – Buenos días-, se nos responde. Caminamos ligeros con el paso vivo. Y en nuestra mente pintamos el Balneario de Fuente Amargosa, cuya historia conocemos gracias a su página web: “Desde tiempo inmemorial se conocían en el término municipal de Tolox una serie de fuentes y manantiales conocidos con el nombre de "amargosas" por los naturales, por el sabor especial de las mismas, que eran utilizadas por los vecinos de Tolox para curar un sin fin de afecciones, en ingestión y baños. Fue D. José García Rey, natural de Tolox y farmacéutico, quién fijó su atención en estas curaciones y dio principio a un estudio científico que condujo al exacto conocimiento de este inigualable manantial. Realizó los necesarios trabajos para la captación del agua mineral, y las analizó, catalogándola con el abigarrado nombre de Aguas alcalino-bromuradas, amónico-sulfuradas, crenato-ferromagnesianas. El balneario fue inaugurado en 1869. Arrasado en 1906 por una gran riada, fue reconstruido por D. Manuel del Rio. Políticos, artistas y toreros han sido visitantes habituales desde su construcción a finales del siglo XIX”. Llegamos. El balneario, situado en una depresión recorta sus colores amarillo y blanco contra la sierra verde que emerge detrás. Parecemos trasladados hasta finales del siglo XIX y principios del XX, a los tiempos de la burguesía malagueña, cuando sus potentados disfrutaban de la toma de aguas medicinales en la búsqueda de curaciones a sus males. Está tranquilo el paraje en esta época del año. El balneario se mantiene cerrado en los meses de invierno y reabre sus puertas en primavera. Recorremos sus terrazas, vislumbramos sus pasillos silenciosos. Nos sentamos un tanto y dejamos que el rumor del agua traiga hasta nosotros ese aroma sutil y enmascarado que pervive en todos los balnearios. Cerramos los ojos y nos dejamos llevar.

Despedida

Recorremos con el dedo índice las formas que el sol bosqueja en las fachadas de sus calles. Un cuadro pintado a base de sombras y de luces, de matices ocres, de azules cerúleos y verdes montañosos. Dibujamos con el dedo índice el perfil de la sierra imponente, perseguimos el sutil aroma del puchero otoñal, imaginamos sus leyendas, recordamos su historia de rebeliones antiguas… Y ahora es Tolox el que pinta en nuestro recuerdo un cuadro más sutil y más complejo, en el que los colores únicos se funden para crear una esencia única e indescifrable, una esencia compuesta de historia, recios espacios naturales, raíces de tradición antigua, ancestrales ritos y rincones secretos. Hasta Tolox hay que ir. Hasta Tolox hay que llegar, y la visita merece la pena.

Enlaces de interés, consejos y otras informaciones

Sierra de las Nieves, montaña y senderismo: No se puede obviar en Tolox su condición serrana. Forma parte de la Reserva de la Biosfera de Sierra de las Nieves y en su término municipal se encuentra el Torrecilla, segundo pico más alto de la provincia de Málaga con 1.919 metros de altitud. Al que se accede desde parajes privilegiados como el Puerto de los Pilones y su bosque de quejigos, o la cañada del Cuerno y su antiquísimo bosque de pinsapos únicos. Recorren su término municipal cientos de senderos que llevan a cumbres insospechadas, a cuevas insondables, a parajes imposibles. En el este enlace se pueden encontrar detallados varios de ellos. Se pueden hallar además vestigios de oficios extintos en el pasado reciente como los neveros.
Los carnavales y el Día de los Polvos:Sin duda alguna el pueblo blanco de Tolox, tiñe sus calles de una mayor blancura durante los días del Carnaval, en concreto durante el lunes y martes de Carnaval en los que se sigue una antigua tradición en la que los hombres empolvan con polvo de talco a su enamorada, demostrándole de esta forma el amor hacia ella. Este era un signo de amor que se realizaba durante estos días de algarabía que se vivía en la localidad, fruto de un suceso que acaeció entre una morisca y una cristiana, enamoradas del mismo hombre. Ambas trabajaban en un horno y comenzaron a discutir por el ser amado. La discusión subió de tono y acabaron arrojándose entre sí toda la harina que pudieron. En la actualidad el cortejo amoroso a tomado otro rumbo, permaneciendo aún y cada vez más la tradición de empolvarse unos a otros sin distinción de sexo ni procedencia, pues son muchos los forasteros que acuden este día a Tolox para tomar parte de tan singular fiesta. Durante esta fiesta son numerosas las personas que se disfrazan, participan en comparsas, en concursos de disfraces, en el entierro de la sardina, en los típicos y tradicionales bailes de Tolox como la guasa, el tío del candil; consiguiendo en este grato ambiente disfrutar de la magia en la que nos envuelve el carnaval. Es una fiesta declarada de Interés Turístico Provincial en Málaga. Fecha: No tiene fecha fija, siempre se celebra el Martes antrerior al Miercoles de ceniza” así describe esta fiesta popular y única la página web municipal.
Día de las Mozas: Otra de las tradiciones de allende los tiempos que en Tolox existe es el Día de las Mozas, que tiene su origen en un suceso ocurrido en las Navidades de 1539. La historia relata que una cristiana y una morisca generaron una disputa tremenda entre ellas por querer hornear unas confituras cada una en primer lugar. La riña entre ambas dio lugar a un conflicto mayor entre cristianos y moriscos, que los primeros terminaron del siguiente modo: Acudieron a los pueblos vecinos en busca de ayuda, al no tener batallones de soldados decidieron acudir al pueblo en masa suficiente haciendo sonar esquilas, cencerros y caracolas, formando un estruendo tal que los moriscos creyeron que era un batallón cristiano y huyeron despavoridos. De este modo cada 8 de diciembre, Día de la Inmaculada, los vecinos y vecinas de Tolox recorren las calles de la localidad haciendo sonar toda la cacharrería. La festividad se acompaña con la degustación de productos típicos de la zona.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la página web municipal de Tolox, que posee actualizada y muy diversa documentación. Para los que deseen visitar el Balneario de Fuente Amargosa, éste también dispone de su web particular. Además se pueden incluir en las páginas informativas la de la Mancomunidad de Municipios de Sierra de las Nieves y la de la Reserva de la Biosfera de Sierra de las Nieves.

Nota: Las dos fotografías del Museo de Artes Populares y la fotografía del "Día de los polvos" se han extraído de la página web municipal.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

3 comentarios:

Nekane dijo...

Me encanta cómo has descrito Tolox.Su ubicación,la recreación de la vida toloxeña.
Un rato al acogedor balneario y luego perderse recorriendo la Sierra de las Nieves.Para mí,un plan perfecto.
Un abrazo,Isra.
Gracias por dar de nuevo luz a un martes oscurísimo que tenemos por aquí.

Begoña dijo...

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de Malaga ,sus montañas,como las de Tolox.

Anónimo dijo...

Me ha encantrado el reportaje....