RSS

08 CUEVAS DEL BECERRO: ACUNADO ENTRE ROCAS

martes, 2 de junio de 2009

Una leyenda cuenta que en el cobijo oscuro y húmedo de una cueva, tiempo ha, un campesino del pueblo encontró un becerro. Un becerro dorado como el sol y de brillo tan intenso que iluminaba el último resquicio de su recóndito escondite. Un becerro de oro puro, oro intenso. Un becerro de oro. A esta leyenda se le atribuye el nombre de esta población: Cuevas del becerro. Aunque también hay otra más prosaica y tanto menos misteriosa e igualmente válida. Cuenta el cuento popular que un becerro se perdió en la profundidad de la noche. Sus balidos de lamento se escuchaban desde el pueblo. Los campesinos, impresionados por el llanto lo siguieron cual flautista de Hamellín y hete aquí que en una de las muchas cuevas que circundan el municipio encontraron a la criatura aterida de frío. Cuevas del Becerro, quizá con este nombre no podría ser otro su santo que San Antonio Abad, patrón de los animales. Más leyendas aún se desprenden de este municipio y que se contarán más adelante.


La llegada, el trazado y el aparcamiento


Rodeado de agrestes picos, emerge el caserío blanco de Cuevas del Becerro. Izado a un promontorio rocoso observa impávido los campos que le rodean. Columna vertebral natural del tránsito entre Ronda, Campillos y Antequera, Cuevas del Becerro vive en el paso nutridamente transcurrido de estas dos grandes localidades. Paso natural porque en las lindes del municipio circula un paso abierto entre las montañas, Cuevas del Becerro se yergue como frontera natural. Tiene la población un trazado rectilíneo que avanza hacia el frente siguiendo el trazado natural del promontorio al que parece rebosar. Desde el corazón del centro urbano apenas si entre dos calles se pueden observar las montañas que le rodean, auténticos puntos de interés geológico y que forman parte de la ruta del Torcal de Antequera. Se intuyen, tras los balcones de forja y las rejas de las ventanas, amplios y frescos patios de desahogo. Nos introducimos en el pueblo y seguimos la indicación de ayuntamiento. En la primera parte de sus calles estrechas, dos franjas amarillas junto a la acera nos indican que el estacionamiento está prohibido. Un poco más allá de la Casa Consistorial se puede aparcar sin mayores problemas. En época estival se recomienda llevar sombrero, gorra, crema de protección solar y abanico. No ha entrado aún la temporada estival y se presiente el calor que puede apretar en pleno verano. Aún con todo, y dada su altitud y proximidad a la sierra, tampoco estará demás pertrecharse, incluso en el tórrido verano, con alguna ligera ropa de abrigo.
La Iglesia de San Antonio Abad

Nos acompaña en el inicio de nuestro recorrido un continuo e intenso trinar de pájaros, es una banda sonora de frescor agradable. Nos encaminamos hacia la iglesia de san Antonio Abad, que se sitúa en la misma calle que el ayuntamiento, la Calle Real, pero unos cien metros hacia atrás. La Iglesia de San Antonio Abad es un templo sencillo, de una sola nave y con una profunda fragancia de flores en su interior. Ocho imágenes saludan desde sus flancos y el altar, curioso por su sencillez y conformado por tres arcos de medio punto construidos en ladrillo alberga otras tres imágenes. A la derecha del altar, una pequeña capilla, donde tres mujeres charlan con voz queda. Al final de la nave, a la izquierda, un San Antonio con dos becerros a sus pies.

Camino al Nacimiento y las eras


Salimos, de nuevo a la calle Real y caminamos por ella hasta prácticamente el final del pueblo. Tomamos una indicación a la derecha, donde se nos subraya la dirección a la Plaza de la República. Caminando por esa calle que discurre paralela a calle Real, llegamos hasta una señal que nos ofrece varias posibilidades. Hornos romanos, nacimiento, polideportivo, etc... Caminamos de frente, en busca de los hornos romanos. No los encontramos. Preguntamos en un par más de ocasiones y nos dicen que estamos en la dirección correcta. Seguimos sin hallarlos. Optamos por llamar a una casa. Nos atiende una chica joven. - Los hornos los retiraron hace unos años, la idea es construir un museo en el lugar donde se ubicaban, pero por ahora... Damos la vuelta y ponemos pies hacia el nacimiento. No tiene pérdida, sólo hay que seguir el entramado de calles paralelas a la calle Real y continuar por "Salida pueblo". Tras algo menos de un cuarto de hora andando llegamos hasta el nacimiento y las eras.

Las eras y el nacimiento


Nos llama la atención un cartel que se sitúa antes de subir hacia las eras. En amplias letras blancas indica: los Resbalaeros. El cartel hace referencia a tres tajos desgastadísimos que hay en unas rocas a la derecha y cuya leyenda dice así "Estos tajos, conocidos popularmente como Los Resbalaeros han sido para muchas generaciones de niños y niñas de La Cueva, lugar de diversión donde pasar las tardes usándolos como toboganes, dada su singular forma. Más de una rodilla y de un trasero han sufrido desollones y nuestras madres han tenido que tirar algún que otro leotardo y pantalón a la basura, tras haber pasado la tarde resbalándose con ellos puestos". Curioso y popular entretenimiento de tiempos pasados donde el contacto con lo natural era moneda corriente. Tras subir una tramo de escaleras accedemos a las eras, una pequeña explanada usada tiempo atrás para aventar las mieses del trigo y hacer que el viento realizara su trabajo, dejando sobre el empedrado el fruto del cereal. Muy próximas a las eras se encuentra el nacimiento, por lo que se ve, lugar solicitado de esparcimiento donde los cueveños y las cueveñas, al fresco de las fuentes, espantan el calor. Una red de acequias canaliza el agua y dos caños ofrecen una agua cristalina y fría, perfecta para ahuyentar el bochorno. Charlamos un rato con los lugareños y uno de ellos nos refiere otra historia que también podemos leer en las señalizaciones. Una historia de guerra y de conquistas. Parece ser que "en este lugar, conocido en la edad media como Fuentes de Huéxbar se asentó el Rey Alfonso XI "El Justiciero", con su séquito real para preparar la conquista de Ronda". También nos comentan los lugareños que poco queda de las ruinas del castillo medieval que se erigía en el Cerro del Castillón, pero que en la cara norte, subiendo por el sendero de Juan Durán (junto a la eras) se puede llegar hasta la reconstrucción de un poblado neolítico. Tomamos nota, nos refrescamos de nuevo y vamos camino del coche. El poblado se sitúa a unos cuatro kilómetros por pista del centro urbano. Regresamos junto al carrizal y la acequia que parte del Nacimiento, atravesamos la plaza de la República y por una calle lateral accedemos hasta calle Real, lugar en el que hemos aparcado el coche esta misma mañana.

Malograda visita al neolítico


Con el coche hacemos el mismo recorrido que hace unas horas hemos hecho a pie. Llegamos a Los Resbalaeros" y a las Eras y tomamos la pista hacia la derecha que se da en llamar de Juan Durán. Avanzamos despacio y con cautela. La pista está en condiciones un tanto irregulares y hay que ser precavido. Ascendemos entre un paisaje de piedra y cereal fantástico. Mientras, el camino va empeorando. Grandes surcos se abren sobre la tierra. Hemos avanzado casi dos kilómetros cuando decidimos, muy a nuestro pesar, regresar. El camino no es impracticable, pero con un turismo ordinario puedes arriesgarte a tener algún tipo de avería, así que la vuelta se hace necesaria. Con un coche mejor preparado o algo más alto el camino podría ser más fácilmente transitable. Las vistas que, desde aquí, se nos ofrece del pueblo son inmejorables. Cuevas del Becerro casi parece situarse sobre una cuna de piedra. Paramos, sacamos un par de fotos y nos dejamos llevar por la tranquilidad y el silencio que nos rodean. Ante tanta quietud nos percatamos de cierto pellizco en la boca del estómago... Es hora de comer.
Lagarto Ibérico


La mayoría de restaurantes de Cuevas del Becerro se encuentran a la entrada/salida del municipio. Dado que la carretera que comunica Ronda, Campillos y Antequera transcurre por aquí, parece lógico este desplazamiento. Optamos por el que vemos más concurrido y animado, el Mesón Pelayo. Un restaurante sencillo, con una carta sencilla, pero curiosa y eficaz. Leemos, dentro de la oferta en la que sobresalen los ibéricos a la parrilla hay un nombre que nos deja helados: Lagarto Ibérico. Hemos visto algunos en los campos próximos a Cuevas del Becerro, pero de ahí a saltar de la mesa... Ante la curiosidad y para paliar nuestra ignorancia, preguntamos: - ¿Qué es esto de lagarto ibérico, no será...? - No, no. Es una parte del cerdo que está bajo la costilla, nada grasienta y muy tierna y jugosa. Nos apuntamos al lagarto. La proximidad de Antequera se hace notar y, en temporada, también sirven porra antequerana. Nos apuntamos a la porra. Para cerrar, una presa ibérica. A la comida añadimos 2 cervezas y una botella de litro y medio de agua. Por tanto, lagarto ibérico, 9€; presa ibérica, 12€; dos porras antequeranas, 10€. Total: 35, 70€. precio razonable, La porra, fresca fresca, estaba deliciosa, el lagarto y la presa también. Los platos venían acompañados de una patata asada y guarnición de tomate y zanahoria. Todo muy recomendable.

En el retrovisor

Nos sumergimos en los campos que rodean a Cuevas del Becerro. Cereal y pinos, fragancias poderosas del mediterráneo próximo. Los roqueríos que lo protegen señalan las bibliografías geológicas fueron antes un mar. De ahí, quizá las oquedades que lo rodean, de ahí quizá la importancia espeleológica de otro de sus enclaves, la Cueva del Moro, ruta obligada para los amantes de este deporte. Dejamos atrás Cuevas del Becerro, y aún lo vemos erguido sobre su promontorio, en el espejo retrovisor, como una presencia totémica y mayestática.

Recomendaciones y enlaces de interés

Recomendaciones turísticas: En verano, imprescindible llevar gorra o sombrero. No está demás, como se ha indicado antes, pertrecharse con algo de ropa de abrigo, refresca en las noches. Visitar, como curiosidad popular , los Resbalaeros. Y degustar con fruición la fresca agua que brota de los chorros de nacimiento. Imprescindible, probar el lagarto ibérico en el Mesón Pelayo, una delicia.
Enlaces de interés: Recomendamos como guía principal la página web del Patronato de Turismo de la Costa del sol y la web municipal de Cuevas del Becerro.

Este blog queda abierto a todas las sugerencias y recomendaciones de sus lectores. Quiere ser una puerta abierta y cuantas más opciones haya, mejor. Os esperamos en El Color Azul del Cielo.

07 VALLE DE ABDALAJÍS: BAJO EL PEÑÓN

martes, 26 de mayo de 2009

Valle de Abdalajís, Abd-El-Aziz, hijo de Muza. Valle de Abdalajís que antes fue Nescania. Valle de vuelos altos, vista de águila, volar, sueño del hombre. Valle de Abdalajís apretado sobre un roquerío de grises y blancos. Valle de olivo y cereal. Valle de Andalajís de inquieto pasado romano, árabe, celta, íbero, púnico... Valle de Andalajís, centro geográfico de la provincia de Málaga. Valle de Abdalajís, parada y fonda del caminante andalusí. Valle de Abdalajís desde las alturas, desde el cielo, desde el aire. Valle de hombres y de pájaros. Valle y montaña.


On the road y algunos datos


Se observa, al fondo, el roquerío calizo, casi blanco al final de cuya ladera se encarama Valle de Abdalajís. Los campos que lo rodean parecen un puzzle, una combinación de telas superpuestas que se asemejan a un patchwork. Se compone del verde de los olivos, del amarillo del cereal. Todo son lomas y cerros. Algún cortijo aquí y allá, blanco sobre el amarillo. Es un deleite conducir despacio por esta estrecha y sinuosa carretera que une Álora con Valle. Se ven caballos, se escucha, en la quietud de la mañana algún relincho. El trigo está alto, los olivos de profundo verde. Las rocas señalan sus propios hitos sobre el horizonte. Todo el campo está serpenteado por innumerables caminos rurales. Hace apenas 5 kilómetros que hemos dejado atrás el frutal Valle del Guadalhorce y la diferencia entre el color de la tierra, los cultivos, el paisaje, es enorme con esta tierra próxima a Antequera. Valle de Abdalajís se sitúa en el centro geográfico de la provincia de Málaga, muy próximo, al sur, del Torcal de Antequera. Históricamente, por sus situación, fue paso obligado entre el norte y el sur de la provincia y de Andalucía. Con el legado de los viajeros recogió su rica historia. Su visión, junto a la enorme montaña que le precede se asemeja a un alumbramiento. Casi parece formar parte natural de ese roquerío de piedras. Valle de Abdalajís es conocido por ser uno de los lugares de la provincia más propicios para practicar ala delta, vuelo libre y parapente, sus alturas y constantes térmicas del aire lo han convertido en centro neurálgico para la realización de este deporte. También cuenta con cerca de 75 vías de escalada de diferentes grados de dificultad. Los menos temerarios también pueden practicar senderismo o cicloturismo a través de la información y las rutas que explicaremos más adelante.



Aparcar y comenzar la visita, todo es uno


Al llegar a la entrada del pueblo tomamos la dirección Centro Urbano que nos lleva directamente a la Plaza de San Lorenzo, la plaza principal del municipio. Aparcamos en alguno de los primeros sitios que veamos libres y si no, un poco más arriba del ayuntamiento. No es un pueblo grande, así que podremos acceder a todos los lugares que deseemos visitar de manera muy fácil y rápida. La mole de piedra preside la visión desde prácticamente todas las calles de Valle de Abdalajís. Es impresionante y cuando ascendamos hasta uno de nuestros objetivos, aún más. Iniciamos la visita desde el propio ayuntamiento. Muy próximo a él se encuentran el Museo Etnográfico, la Iglesia de San Lorenzo y el Palacio de los Condes de Corbos que son casi todo uno. No hay pérdida. En la plaza del Ayuntamiento hay un estanco donde poder comprar sellos y postales para enviar un recuerdo, el buzón está a escasamente diez metros de allí, frente al mercado municipal, en la inferior plaza de San Lorenzo. Comenzamos por orden de situación.



La Iglesia de San Lorenzo



Los vallesteros, gentilicio de los habitantes de Valle de Abdalajís han tomado hoy las proximidades y el interior del templo. Es tiempo de comuniones y, endomingados, han acudido en procesión a ver cómo sus hijos, hijas, sobrinos, nietas, etc... realizan este ritual sacramental. Quizá la imagen de la iglesia sea un tanto más despoblada en otras épocas del año, lo que seguro no le resta belleza. Nos asomamos al interior donde se celebra la misa y los vallesteros atienden a las palabras del párroco. En silencio y con respeto nos colamos entre las filas para contemplar las tres naves de la iglesia y la cantidad de imágenes que guardan en su interior: vemos una Virgen de los Dolores, una Santa Rita (patrona de los funcionarios), un San José, una Virgen del Carmen... Es un templo sencillo y recio, sin profusión de decoraciones pero con encanto. La iglesia, según leemos en nuestros documentos extraídos de la web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, se terminó de construir en 1599.



La Oficina de Turismo y la información de turismo activo


Salimos de la Iglesia y, tal como nos ha indicado el dueño del estanco, entramos en la primera puerta a la izquierda, es el Museo Etnográfico y la Oficina de Turismo. Lo primero que nos sorprende es encontrar en su interior una docena de mountain bikes aparcadas. - ¿Y esto?-, preguntamos a la chica que nos atiende. - Se alquilan a 20 euros el día, más otros 20 euros de fianza-, nos contesta. - Pero hoy no se pueden utilizar porque estamos renovando su seguro. Aquí se inicia una conversación acerca de las diferentes actividades que se pueden realizar en Valle de Abdalajís. En la Oficia Turística ofrecen información de todas las posibilidades, rutas, teléfonos de contacto, etc. En forma de dípticos, y fotocopias para que el viajero pueda llevarse consigo una descripción detallada de todas ellas. Para la mountain bike hay varias posibilidades de la que se nos recomiendan dos: la Ruta de Los Nogales, señalizada, de 17 kilómetros de distancia, de dificultad media y 517 metros de desnivel acumulado. Todas las rutas comienzan desde el centro del pueblo, frente al Cuartel de la Guardia Civil, donde se encuentra ubicado el panel informativo. La segunda ruta es la de La Rejoná, también señalizada, de 20 kilómetros, con 487 metros de desnivel acumulado y catalogada con dificultad media alta. Para practicar trekking o senderismo se nos ofrecen tres posibilidades el Paseo Rural PR-A85, conocida como la Ruta del Nacimiento, el PR-A86, Ruta de la Ratilla y PR-A87, Ruta del Torcal del Charcón. Echamos un vistazo a la información sobre Ala Delta y Parapente, pero optamos por dejársela a los expertos, se puede visitar la página web de la Capital del Vuelo donde se ofrece más información, precios, meteorología, guía, posibilidades, etc... Con toda esta información en la mochila y abriendo nuestras perspectivas para otras ocasiones decidimos continuar con nuestro plan y visitar el adjunto Museo Etnográfico.



Museo Etnográfico y el Palacio de los Condes de Corbos


Tienen este tipo de museos sencillos la capacidad de trasladarnos, por lo auténtico y real de sus piezas, hasta tiempos pasados con una vividez impresionante. El Museo Etnográfico, ubicado en un salón con arcos de medio punto, oscuro y fresco. Cuelgan de sus paredes, se apoyan en ellas, en el suelo, multitud de utensilios de labranza, hoces, horcas, yuntas para burros, canastos. En uno de sus rincones, hasta un maniquí cose con una vieja máquina. Asimismo también podemos observar la reproducción auténtica de una pequeña cocina con todos sus utensilios cotidianos. Es un museo sin duda instructivo y didáctico, reflejo de nuestro pasado, eminentemente rural, que hemos de conservar para que no caiga en el olvido. Salimos del Museo Etnográfico y a la izquierda, adyacente, encontramos la Torre del Palacio de los Condes de Corbos. El palacio, del siglo XVI posee la planta de una enorme casa solariega. Pintada su fachada de blanco con cenefas amarillas resulta casi tan imponente como la iglesia. Se adivina el patio interior y el esplendor de antaño en sus paredes. Por donde hemos venido regresamos y bajamos a la plaza de San Lorenzo.Todo está muy próximo.



La Plaza de San Lorenzo, la Peana, el Mercado Municipal


La plaza de San Lorenzo tiene en uno de sus laterales el mercado municipal, una curiosa porticada con los puestos de venta de charcutería, pescadería, verdulería y carnicería mostrados directamente al público. El cobijo que tienen los posibles compradores en caso de lluvia o de fuerte sol es el soportal. Hay media docena de puestos con aparente buen género, bastante concurrido por los vallesteros. En la portada del mercado, algunos azulejos nos informan del contenido de los puestos, dibujando productos de la huerta, de la carne o embutidos. Resulta curioso y siempre es una buena opción para comprar algo de chacina, una barra de pan y hacerse un buen bocadillo si el visitante quiere hacer alguna de las rutas previstas anteriormente. Otro de los laterales de la plaza lo conforma una fuente decorada profusamente con dibujos de algunas aves y una perspectiva del pueblo. En otro lateral de la fuente se encuentra el monumento de La Peana, sin duda uno de los restos arqueológicos más destacados de Valle de Abdalajís, no quizá por su espectacularidad, pero sí por su trascendencia histórica. La Peana es el pedestal de una estatua dedicada al emperador Trajano y data del año 107dc. Tras su descubrimiento, que fortalecía la existencia de la ciudad romana de Nescania en lo que ahora es Valle de Abdalajís, la pieza fue llevada hasta Antequera en 1585. Tras años de luchas oficiales y reclamaciones, la pieza fue devuelta a Nescania, a Valle de Abdalajís. Tras estas visitas, vamos a subir a uno de los puntos más altos.


La Ermita del Cristo de la Sierra y el mirador del Gangarro



Desde que hemos llegado a Valle de Abdalajís, y con la presencia sempiterna de la mole montañosa sobre nosotros, hemos observado que hay una trazo blanco sobre el roquerío. Un trazo blanco que se asemeja a una barandilla de piedra, rematada con una cruz de considerables dimensiones. Leyendo la información que portamos con nosotros, deducimos que habrá de ser la Ermita del Cristo de la Sierra. Preguntamos, así es. Para llegar hasta el punto de acceso a la subida hay tantas posibilidades como calles tiene el pueblo. Nosotros optamos por la que creemos más cercana. Caminamos por calle Real unos cien metros y tomamos a la izquierda la calle Cristo de la Sierra, perfectamente restaurada, escalonada, con flores a los lados y con la vista de nuestro objetivo frente a nosotros, arriba. Llegamos a la calle de Juan Chamizo, atravesamos la Plaza del Sol hacia arriba y tomamos calle Calvario a la derecha. Enseguida encontramos una indicación hacia la ermita, una arco de entrada indica claramente por dónde hay que ascender. Es un buen trecho de subida, con escaleras en perfectas condiciones. En el camino nos encontramos con un rebaño de ovejas considerable acompañadas de su pastor que nos saluda con la mano amistosamente. Seguimos ascendiendo con un par de paradas para tomar notas y, sobre todo, tomar aire. Llegamos. La Ermita del Cristo de la Sierra es de reciente construcción, año 1957, lo que no impide que su interior esté repleto de ofrendas, plegarias y fotografías. Las vistas desde aquí arriba son impresionantes. Valle de Abdalajís a nuestros pies se asemeja al fondo de una caldera entre los montes... Cerro Alto, Peñón de la Horca, El Camello, las Yeseras.... Aún queda más altura sobre nosotros desde este murallón de piedra. Observamos el trazado del municipio. Curiosamente, frente a otros pueblos que hemos visitado, Valle de Abdalajís tiene una plano muy rectilíneo, casi rectangular. Dentro de su antigüedad parece una construcción racionalista. El paso de los árabes por estos lugares apenas si se traduce en su trazado. Leemos. Parece ser que la comunidad árabe que se asentó en estas tierras durante cerca de 700 años nunca llegó a formar una gran núcleo poblacional, más bien fueron una serie de alquerías y casas de campo diseminadas las que pusieron de nombre Abdalajís a la que fue Nescania, destruida a su vez por los Vándalos y los Visigodos... Quizá sea esta la razón para observar este trazado rectilíneo. Continuamos. Desde el lateral izquierdo de la ermita asciende un sinuoso tramo de escaleras que nos llevará hasta el mirador del Gangarro. Se pasa por un puente de hierro y comienza la subida. Estupendas vistas. Desde el pueblo nos llegan el trinar de pájaros y, tan alto, apreciamos junto a nosotros el aletear de las golondrinas. Desde aquí no nos extraña que sea este un paraíso para practicar parapente o ala delta. Aún queda mucha montaña sobre nosotros y, ya desde aquí, las vistas son espectaculares. Tras un rato observando y poniendo nombres a las cimas, decidimos descender. Nos hemos ganado la comida. Por cierto la bajada se torna bastante empinada desde el mirador del Gargallo, no tiene ninguna dificultad, pero siempre es mejor extremar las precauciones.



La comida: Bar Pilas - El Rincón del Tapeíto


Las comuniones han atestado los restaurantes del municipio, así que optamos por tapear y tomar algunas raciones. Preguntamos a dos o tres vallesteros y nos señalan el Bar Pilas - El Rincón del Tapeíto como la mejor de las opciones. Optamos por tomar una tapa y una caña y probar. Tras degustar una tapa de queso en aceite en su punto, una de panceta plancha deliciosa y dos cañas bien frías, no pudimos quedarnos sólo en eso y al final decidimos meternos en el cuerpo algo más contundente. Otras tres cañas, una ración de filetitos plancha (6 euros), otra de chorizo plancha (5 euros) y una de almejas salteadas (6 euros) damos la comida por cerrada. Total, 22 euros. Alabar que la comida vallestera tiene mucho en común con la antequerana, de ahí que sean famosas su porra, sus migas o sus ollas. Pero cada vez resulta más complicado encontrar lugares donde además de comer bien y a un precio razonable se encuentren platos enteramente típicos. Se elaboran quizá en las casas, en las comidas familiares, pero es más difícil hallarlas para el público en general. La gastronomía tradicional, como patrimonio intangible de un lugar habría de cuidarse e incentivarse más, que fuera más sencillo encontrarla o desgustarla más allá de su contexto cotidiano. Son platos de sabiduría pura, de arraigo y raigambre que deberían conocerse mejor. En todo caso, las tapas y raciones del Rincón estaban deliciosas, además, si se reserva con 24 horas de antelación se puede degustar porra antequerana, migas o sopas perotas. Por cierto que el bar se encuentra en otra de las esquinas de la Plaza de San Lorenzo.


Despedida


Tras comer, decidimos dar un paseo por las calles de Valle de Abdalajís. Su trazado rectangular nos trae reminiscencias castellanas, pero perduran los patios interiores, los arriates plagados de flores, el perfumes de azahares. Vemos como la montaña preside la vida cotidiana de los los vallesteros y no nos resulta complicado imaginar por estos pagos la travesía de los romanos, los vándalos, los visigodos, los árabes que la dieron en llamar Abd-el-aziz, hijo de Muza y que hasta hoy lleva ese nombre. Recogemos el coche, nos montamos, salimos del pueblo. No sin antes parar un instante para contemplar el caserío de Valle de Abdalajís lamiendo las laderas de esa montaña imponente, roquerío poderoso, presencia mayestática. Sacamos un par de fotos y nos hacemos la promesa de volver para subir, un día, hasta lo más alto, lo de saltar en parapente, lo pensaremos.

Enlaces útiles y recomendaciones


Recomendaciones: todo está muy cerca en el municipio. Si la intención del viajero es complementar la visita con una ruta senderista o cicloturista, recomendamos visitar primero la oficina de turismo, donde se les facilitará completa información. Conviene llevar algo de ropa de abrigo ligera, la presencia de la montaña hace que las temperauras bajen un poco llegada la noche. Como siempre, calzado cómodo y ganas de andar. No está de más llevar unos prismáticos si se quiere subir hasta la Ermita del Cristo de la Sierra, la panorámica del pueblo y del valle es sobrecogedora.
Enlaces de interés: Como páginas de referencia sirvan la del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la web municipal del Valle de Abdalajís.
Turismo activo: La llamada Capital del Vuelo tiene su propia página web en la que se recogen todas las posibilidades para aquellas personas ineteresadas en el parapente o el ala delta. Es una página web bastante completa y con mucha información. Muy próximo a Valle de Abdalajís se encuentra el Chorro y el Parque Natural del Desfiladero de los Gaitanes, uno de los parajes más impresionantes de la provincia y del que ya hablaremos profusamente en otra ocasión.


Este blog queda abierto a todas las sugerencias y recomendaciones de sus lectores. Quiere ser una puerta abierta y cuantas más opciones haya, mejor. Os esperamos en El Color Azul del Cielo.