Desde la lejanía el paisaje cobra un aspecto casi lunar. Los olivos, en perfectas hileras verdes, motean el campo y la tierra de un blanco harinoso inmaculado. Terreno impoluto del que se levanta alguna nube de polvo aquí y allá, presagiando el caminar de las máquinas recolectoras, de los tractores y coches que se afanan en el campo. Las hileras de árboles trepan inasequibles al desaliento hasta la cima del cerro más alto, sin perder la forma, sin perder la compostura trazada con escuadra y cartabón. Esos son los olivos nuevos, los viejos se retuercen en sus sarmentosos troncos y se ve un bosquete de ellos rompiendo la regularidad de las formas actuales. Troncos nudosos, retorcidos, más parecen acebuches que olivos de cultivo, dada la asilvestrada sinrazón de sus formas. Quizá fueron plantados allí en la época romana, cuando Cuevas de San Marcos eran aún Belda, una de las ciudades más prósperas de la Bética y que con la llegada de los árabes cobró aún más importancia. No en vano, Cuevas de San marcos se encuentra situada en el centro casi topográfico de las provincias de Málaga, Granada y Córdoba. De aquellos tiempos quedan en el municipio los restos arqueológicos de un antiguo asentamiento (la Medina de Belda) y un yacimiento almohade. Hemos ascendido los vaivenes que nos ofrece la carretera entre cerros colmados de olivos, una carretera que serpentea y nos ofrece un paisaje destellante que se asoma y oculta de manera permanente con los caprichos del trazado. Es una conducción tranquila en la que hemos superado algún grupo de ciclistas.
La Cueva de Belda
Nos internamos en el municipio, pero antes de llegar al centro ciudad tomamos un desvío a la derecha que nos indica “Cueva de Belda”. Conducimos hasta sobrepasar el estadio de fútbol municipal y la piscina para estacionar junto a un edificio en construcción. Aquí leemos los carteles que nos indican la disposición y lugares de tres posibles destino a visitar, todos ellos a través de la senda de Pequeño Recorrido PR- A 234. Si tomamos el camino de la izquierda llegaremos primero al yacimiento Almohade (12 minutos, 658 metros) y después a la entrada de la Cueva de Belda (17 minutos, 953 metros) y si tomamos el de la derecha llegaremos hasta la Medina de Belda (29,33 minutos, 2006 metros). Íbamos a ir hacia la cueva, pero, interrogado un cuevacho, nos dice que está cerrada y que en la actualidad no se puede visitar. La página web de Cuevas de San Marcos dice de la misma que: “La Cueva de Belda está ubicada en la Sierra del Camorro. Presenta una orientación N-S y unos 350 m. de desarrollo. Tiene un alto valor arqueológico, geológico y biológico. Constituye una galería de origen cárstico, con formaciones de estalactitas y estalagmitas. La boca de esta cueva es de forma ovalada y grandes proporciones, midiendo 6 por 12 metros, con una serie de escalones labrados en la roca. Por un alto y estrecho corredor se llega a la primera sala, donde se han encontrado los hallazgos más interesantes, además de la cerámica, se encontraron los restos de ocupación humana que quizás corresponderían a un posible enterramiento. Tiene elevadas cúpulas y tres lagos interiores fácilmente accesibles, enormes columnas de piedra de más de un metro de diámetro y recovecos de singular belleza. Es una de las zonas de refugio de murciélagos más importantes de Europa”. Tomamos el carril de la derecha y tras recorrer algo más de un kilómetro estacionamos el coche para sacar algunas imágenes de Cuevas de San Marcos desde la altura y contemplar el reflejo de la lámina de agua que es el pantano de Iznájar. Desandamos el camino andado y, ya montados en el coche, regresamos hasta el centro urbano. Estacionamos en la avenida Pablo Picasso.
El centro urbano
Dondequiera que miremos las calles se vuelcan sobre los cerros trufados de olivos, presencia sempiterna en este paisaje. Descendemos por la Avda. Andalucía hasta una rotonda que tomamos a la derecha por la calle Doctor Marañón. Parece enmarcado Cuevas de San Marcos entre la mole kárstica de la Sierra de Camorro y los cerros olivareros, así se mire hacia el norte o hacia el sur. Giramos a la derecha y tomamos la primera calle a la izquierda (calle Cervantes). En nuestro paseo aguzamos el oído y escuchamos una curiosa mezcla de acentos malagueños, cordobeses y granadinos, configurando un habla peculiar y única. Acentos que se multiplican al llegar a la plaza, donde hay un intenso movimiento de gentes. Es día de mercado y los cuevachos trajinan de aquí para allá con cierto aire festivo. Algunos de los puestos se encuentran arropados por la buena sombra que proyecta la iglesia de San Marcos y su torre campanario. Sentados en las escaleras del templo, un grupo de hombres charla.
La iglesia de San Marcos y la ermita del Carmen
En la fachada destaca la torre de la iglesia, de fábrica de ladrillo y rematada en un pináculo de cerámica azul y blanca que refulge con los rayos de sol, cuatro campanas tañen. El interior del templo es muy hermoso. Tres naves con columnas pintadas de color mostaza y base verde musgo a juego con los adoquines del suelo. El altar mayor es impresionante, historiadísimo, con cuatro imágenes muy destacadas. Situada a la derecha, una capilla precedida de un pórtico neoclásico, de mármol verde, y en su interior un altar dedicado a la virgen del Carmen. Junto a la puerta de entrada, a la derecha según salimos nos encontramos con otra capilla. De sus paredes cuelgan tres documentos: el primer de ellos hace referencia a la bendición apostólica del Papa Juan Pablo II a la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Auxilio de los Cristianos, los otros dos son el nombramiento como Camarera Mayor de esa misma hermandad a la Reina Doña Sofía y como Hermano Mayor Honorario al Rey Don Juan Carlos. La imagen que se encuentra en la capilla, bajo palio, se procesiona en Semana Santa. Descendemos por la calle Molinos hasta la plaza de la Constitución, ambas animadísimas a causa del mercadillo semanal. Desde la plaza de la Constitución tomamos la primera calle a la derecha y, caminando llegamos hasta la ermita de la Virgen del Carmen. Las ventanas son de forja gris, algunas repujadas, zaguanes frescos y umbríos. Muchas de las puertas permanecen abiertas y lo único que separa el interior de la calle es una cortina que en muchos casos luces vivos colores, con dibujos geométricos. Las cortinas se mecen con la brisa y alguno de estos vaivenes se nos permite ver el interior. Donde un niño reposa sobre un sofá o un hombre mayor toma un copa de vino y unas aceitunas viendo la televisión. Llegamos así hasta la ermita, de la que destaca su torre campanario, enhiesta y puntiaguda apuntando al cielo. La torre de es de color granate. En el interior, silencioso y fresco nos espera un altar mayor preciosista, importante para ser considerado altar de una ermita. En los laterales, algunos cuadros muestran diferentes imágenes de la vida de Cristo. Una mujer se sienta en el último blanco, luto riguroso, mirada fija. Cuando pasamos junto a ella susurra con una sonrisa: - Es muy milagrosa, muy milagrosa.
La noria de la Aceña
Dirigimos nuestros pasos hacia el coche. Cuevas de San Marcos bulle de actividad, la gente charla y sonríe, y habla con ese acento peculiar. El objetivo que queremos alcanzar ahora el la Noria de la Aceña, situada en la ribera del río Genil. El acceso se sitúa a algo más de un kilómetro del pueblo en dirección Cuevas Bajas. La pista, de tierra blanca, discurre en el interior de los olivares, serpenteando una y otra vez, librando las ramas más bajas. Tras de nosotros se levanta una polvareda blanca. Paramos, tiramos lagunas fotos, volvemos a arrancar. Es un paisaje curioso, mediterráneo 100%. Algunos olivos son jóvenes, otros un tanto más viejos, algunos, seguro, centenarios. El camino no tiene pérdida y en las dos bifurcaciones que nos encontramos está perfectamente señalado como “Noria de la Aceña. Ribera del Genil”. Llegamos y nos sorprende su buen estado de conservación. La Noria de la Aceña está datada en el último cuarto del siglo XVIII y construida en hierro, aunque originariamente sus cangilones eran de madera. El lugar está parcialmente restaurado y contiene varios paneles explicativos muy interesantes donde se explica el funcionamiento de la noria. El Genil toma brío en esta curva de su cauce y la noria hunde las palas en sus aguas, salpicando en derredor, y generando una melodía de constante cadencia. El ambiente, caluroso, del interior del olivar se refresca con mucho en este paraje. Curiosamente el sonido que produce la noria es más natural que artificial, el agua que cae rítmicamente, que cae de nuevo, que vuelve a caer…
Despedida
Nos aproximamos cada vez más a la noria y a los cangilones, poco a poco, con precaución. Chaaaas, cae el agua. Chaaaaas, cae el agua. Unas gotas salpican nuestro rostro. Continúa la cadencia… Chaaaas, cae el agua. Chaaaas, cae el agua. Miramos a nuestro alrededor y nos sentimos privilegiados por estar aquí en este momento: Rodeados de olivos, junto al río Genil y su cauce impetuoso, con el ritmo que marca la noria… Chaaaaa, cae el agua.
Información y enlaces de interés
Museo arqueológico: El Museo Arqueológico Municipal de Cuevas de San Marcos abarca un arco cronológico que va desde la prehistoria hasta la época bajomedieval. Destacan el material paleolítico y neolítico de la Edad de Bronce, pero tienen mayor relevancia la exhibición de los hallazgos púnicorromanos hallados en el Pantano de Iznájar como pesas de telar, vidrios, etc. El yacimiento de Medina Belda aporta al museo una numerosa colección de cerámicas hispanomusulmanas y material visigótico. El Museo Arqueológico de San Marcos tiene su mayor potencial en el uso didáctico y educativo que se hace de sus fondos, dado el abanico temporal tan amplio que abarca. El teléfono de contacto con el museo es el 952 727 007 y el horario se concierta con cita previa.
Fiesta del podenco andaluz: A mediados del mes de abril Cuevas de San Marcos recibe la fiesta Monográfica del Podenco Andaluz y Maneto que incluye la Prueba de Trabajo en Zarzas para Podencos Andaluces. El municipio tiene gran tradición podenquera, de hecho, desde Cuevas de San Marcos se han exportado algunos de los mejores podencos andaluces, siendo cuna de pedigrí renombrado para esta raza de canes.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la página web municipal de Cuevas de San Marcos y la web de la Comarca Nororiental de Málaga.
Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.
75 CUEVAS DE SAN MARCOS: OLIVARES DEL GENIL
martes, 14 de septiembre de 2010
Publicado por Israel Olivera en 0:01
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6 comentarios:
Cada pueblo malagueño ostenta grandes tesoros y sorpresas:restros almohades,cuevas,noria...misterios de la vida de otros tiempos.
y ese peculiar acento sería de oirse aunque yo no percibiera nada especial por mi desconocimiento de acentos andaluces.
Adelante,Isra.Eres mi gozoso despertar de los martes.
Cada pueblo malagueño ostenta grandes tesoros y sorpresas:restros almohades,cuevas,noria...misterios de la vida de otros tiempos.
y ese peculiar acento sería de oirse aunque yo no percibiera nada especial por mi desconocimiento de acentos andaluces.
Adelante,Isra.Eres mi gozoso despertar de los martes.
Hasta para narrar y describir un pueblo eres capaz de hacerme soñar y añorar lo no conocido.
Gracias,Isra.
Agur
Elba
El paisaje con los olivos y la noria me encantan.
La despedida es pura poesía.
Qué fieles viajeros.Pasamos largamente de los 70000.
Tú,Israel,nos "abduces" con tu poesía tan tan tan...
Abrazos a montones
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