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73 VILLANUEVA DE TAPIA: RUMOR DE POEMAS

martes, 31 de agosto de 2010

Cantan y repentizan y con las palabras construyen castillos, edifican historias, amalgaman las anécdotas reales o inventadas de sus vidas. Villanueva de Tapia canta e improvisa, versa lo más versado y crea nuevas estrofas que se cuelan entre los olivares. Villanueva de Tapia está declarada como la capital mundial de la poesía oral improvisada y ese emérito galardón parece bruñir de palabras sus calles.

Los olivos

Se sitúa el caserío de Villanueva de Tapia sobre la ladera de una colina que desciende con suavidad hasta un valle ungulado trufado de olivares. Si en la vecina Villanueva de Algaidas la tierra nutriente de los olivos era rojiza y parda, en Villanueva de Tapia es blanca, blanquísima e inmaculada. Todos los campos que conforman el término municipal son una amplia extensión de olivar, donde conviven los árboles más nuevos, más rectos y envarados, de hileras separadas para su mejor recolección mecánica, con los árboles más viejos, sarmentosos y retorcidos, con el peso de los años a su espalda que los comban y achaparran, su plantación es más frondosa e irregular, más confusa y menos rectilínea.


La llegada

Estacionamos en la plaza de España, frente a la iglesia de San Pedro Apóstol, un edificio que, pese a su aire de modernidad (sobrio, austero, de ladrillo visto rojo intenso) se construyó en el siglo XVII aunque se reformó en profundidad en el siglo XVIII y a finales del XIX, cuando se reedificó la fachada. En su interior, el templo recoge, pormenorizadamente la vida de Villanueva de Tapia. Un archivo excelentemente bien conservado data los empadronamientos y libros de bautismos y matrimonios de la localidad desde 1626. El trazado de Villanueva de Tapia es un conjunto de calles envaradas, levemente curvas que enmarcan el casco urbano entre dos o tres paralelas, dejando que el resto se descuelguen de ellas. Responde la arquitectura popular a la querencia antequerana que nos habla de casas de dos alturas, de techos altos, zaguanes de colorida solería, patios interiores hechos de sombras, y ventanas y balcones enrejados. Se pueden contemplar algunas fachadas diociochescas, producto de su despegue económico en esa época. Tomamos la avenida de Andalucía, artería principal de Villanueva en la que se encuentran todos los servicios (tiendas, cafeterías y bares, cajeros automáticos, mercados de abastos, ayuntamientos, centro de salud) y que es arteria principal del municipio.


Cante de Poetas

Antes de comenzar nuestra andadura, observamos en la esquina que une la plaza de España con la calle Andalucía una placa que indica: “En esta plaza se celebró el X Encuentro-Festival Iberoamericano de la Décima, coincidiendo con el II Festival Internacional de Cantes de Poetas. Con este motivo Villanueva de Tapia fue declarada Capital Mundial de la Poesía Oral Improvisada. 12 de julio de 2001”. Indagamos algo más sobre este peculiar asunto y encontramos en la página web cantedepoetas.com una explicación acerca del origen de este certamen. “Los investigadores del fenómeno de la improvisación poética suelen definir una "zona de cante de poetas" entre las provincias de Málaga, Córdoba y Granada. En ella se encuentran inmersos municipios de ancestral tradición como Priego, Loja, Iznajar, Villanueva de Algaidas y Villanueva de Tapia, la Capital Mundial de la Poesía Improvisada durante un mágico fin de semana de julio de cada año desde el 2001. ¿Cómo ha llegado este municipio a ser reconocido de esa manera? Un largo proceso aderezado con mucho arte, tradición y un nombre propio: Gerardo Páez "el Carpintero". Denominado por unos "el poeta del pueblo", embajador de Villanueva de Tapia en el mundo poético, “el Carpintero” es un símbolo del municipio, poseedor de una amplia trayectoria bien conocida en los alrededores como trovero, improvisador, poeta. Sucesivos viajes por la geografía andaluza le llevaron un verano de 1993 a Adra, donde se presentó a la élite del trovo cubano. Una invitación de estos lo llevó a viajar a Cuba, al Festival Iberoamericano de la Décima de Las Tunas (1997). Al año siguiente, otro nuevo viaje y escala en Gran Canaria. Y en 1999, nuevo salto a Iberoamérica y nos lo encontramos en San Luis Potosí, México. Fueron, en definitiva, encuentros, visitas e intercambios decisivos en la forja de una idea: un Festival Internacional de Cante de Poetas, a celebrar en su pueblo, en su casa. El Carpintero fue su principal impulsor, una referencia mundial para los amantes de este arte”. De este modo fue en el año 2001 cuando Villanueva de Tapia acogió por primera vez en el mes de julio su I Festival Internacional de Cante de Poetas. En la propia web de cantedepoetas se pueden contemplar algunas fotografías del festival además de numerosos vídeos del mismo que nos permiten conocer algo más acerca de este arte de la poesía oral improvisada. Éste es un ejemplo.



Hasta la fuente y por la ermita

Tomamos la avenida de la Constitución por la hasta llegar al parque, lugar de encuentro de los tapienses gracias a la sabia sombra que proyectan una tupida red de árboles. Charla un grupo de mayores y se oyen ecos de fútbol y algo de política, críticas hacia algún personaje televisivo y alusiones al tiempo y al campo. Hablar pausado, sosegado, con cierto deje cordobés en alguno de los acentos. Los hombres reposan sobre los bancos y charlan animadamente, también un grupo de adolescentes. En la parte superior del parque se encuentra la ermita de la Virgen de Gracia, un edificio sencillo y recoleto, minúsculo, delante del cual se sitúan cuatro cirios encendidos y en cuyo interior se observan algunos exvotos. Salimos del parque y retomamos de nuevo la avenida de la Constitución para dirigirnos a la fuente de los Allalantes, una sencilla fuente de tres caños, pero que guarda una historia, ya que fue la primera que se construyó en el municipio “sirviendo para abastecer a los vecinos de esta villa. En el año 1795 una riada destruye el puente que conducía a la misma reparándolo el maestro de albañilería Juan García. Villanueva de Tapia. IV Centenario 1602-2003”. En la parte superior del municipio existe un lavadero público, que pese a no tener excesivo interés arquitectónico, sí lo puede tener social, ya que en el murmullo del agua que recorre sus caños parece escucharse la voz de Villanueva de Tapia contando su propia historia.

Despedida


Paramos y descendemos del coche. Nada se oye salvo el susurro de las ramas de los olivos rozando unas sobre otras y entre ellas parece llegar hasta nosotros una voz lejana y antigua. Susurran voces, voces de cantes y cantos, voces que transportan estrofas y versos, voces de acentos diversos y variados, voces que hablan de lo cotidiano, voces que relatan lo extraordinario, voces de poetas, versos improvisados…

Enlaces de interés y consejos útiles

Fiestas: Si necesitáramos una disculpa para visitar Villanueva de Tapia, el calendario podría hacerse pequeño, tal es el ímpetu con el que los tapienses organizan sus eventos, concentrando en sus 1700 habitantes diversas ferias y fiestas con las que agradar al vecino y al visitante. Si ya hemos mencionado el Festival Internacional de Cante de Poetas que se Celebra el tercer fin de semana de julio, no son menos destacables los siguientes eventos.
Real Feria de Ganado: Se celebra desde 1869 y está declarada como fiesta de Singularidad Turística Provincial. Desde hace unos años, se está llevando a cabo una labor de recuperación y potenciación de la feria, a la que se le suma el tradicional mercado de ganado, al que acude gran variedad de razas, exhibición de burros y bueyes, concurso morfológico de razas caprinas. Paralelamente, se celebra una gran feria comercial a base de productos agroalimentarios de empresas de la localidad y de la comarca
Concurso Gastronómico del Chivo Lechal Malagueño: Se incluye dentro de las celebraciones de la Real Feria del Ganado. Durante el concurso los participantes elaboran diversas recetas y platos en los que el ingrediente principal debe ser el chivo. En el concurso participan, además de particulares, restaurantes y alumnos y alumnas de diversas escuelas de hostelería de la provincia de Málaga.
Día del Salmorejo: A mediados del mes de agosto Villanueva de Tapia celebra el Día del Salmorejo, donde se rinde homenaje a este plato típico a través de una degustación popular que se lleva a cabo en la plaza de la Iglesia. En esta jornada se elaboran más de 250 kilogramos de salmorejo que se acompaña de 2.000 kilogramos de chorizo asado. La fiesta termina con música y baile.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la web municipal de Villanueva de Tapia. Destacamos además la página web Cantedepoetas por ser la oficial del certamen.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

72 VILLANUEVA DE ALGAIDAS: HORIZONTE DE OLIVAR

martes, 24 de agosto de 2010

Algaidas que es una de estas Villas Nuevas. Villanueva de Algaidas. Segregada de Archidona, moderna aceptación de su independencia, de su particularidad como municipio. Algaidas que fue cuna del maestro Berrocal, Miguel Berrocal, nombre propio de la escultura internacional en el siglo XX. Algaidas, cuyo nombre desciende del árabe y que tiene eco de matorral y de monte bajo. Villanueva de Algaidas, de origen conventual y ascético. Algaidas de olivos y olivos y olivos y olivos, de aceite dorada que la ha transformado en el mayor productor de este oro líquido en toda la provincia de Málaga. Villanueva de Algaidas, Algaidas, villa nueva.

La lejanía, de olivos

Los olivos callados, silenciosos, aprietan sus sarmientos necesarios contra la tierra, conformando un mar boscoso de verdes plateados. Las ondulaciones de los cerros colmados no permiten ver la tierra rojiza, de colores intensos, que palpita bajo nuestros pies. Aquí y allá se observa la polvareda que tractores y maquinaria levantan en su tránsito por los caminos y las pistas. Se levantan como insectos metálicos las torres donde se almacena el cereal y la aceituna, plantaciones para el tratamiento del aceite que se asemejan a bases lunares sobre un mar verde. El aire se colma de ese olor fuerte y ligeramente dulzón que desprende el prensado de la oliva, un perfume que nos habla de potentes industrias aceiteras, de refinos de oliva, de dorados y untuosos líquidos. Se levantan la calima y el polvo suspendido en el aire más allá del horizonte, haciendo que todo el paisaje tenga un aire irreal, onírico, de sueños en la lejanía.

Situación

Seguimos dirección centro urbano para encontrarnos con un trazado lineal pero que esconde algunas revueltas en el interior de sus calles. Tomamos calle Málaga y calle Córdoba, donde estacionamos. Villanueva de Algaidas y su vecina Villanueva de Tapia se encuentran prácticamente en la frontera de la provincia malagueña, compartiendo lindes con Córdoba, así que estacionar en la intersección de estas dos calles es como reproducir a escala reducida una realidad más amplia. Contemplamos en seguida las casas de amplios zaguanes, de patios umbríos que se dejan entrever tras las gruesas puertas de madera. Colegimos que los inviernos resultarán recios en esta comarca nororiental de la provincia, inviernos de rocío y de helada, de temperaturas mínimas en la madrugada y en la primera mañana que irán ascendiendo según ascienda el sol. Las casas, algunas de fachada señorial, tienen un máximo de dos alturas, muchas de ellas con una tercera altura que responde a un desván, a un altillo que en tiempos pretéritos se utilizaba como almacén de grano familiar y que en la actualidad ha perdido su uso. Las ventanas y puertas enrejadas con forja negra. Las sombras de las casas se proyectan unas sobre otras, permitiéndonos permanecer de manera permanente al abrigo de la sombra, que nos alivia del sol impenitente que ya acucia en lo alto.

Origen y parroquia

Si en otros lugares la gestación de una población se producía en torno a una fortaleza de defensa, a una torre o un castillo, Villanueva de Algaidas comenzó su andadura moderna al arropo de un conventos franciscano. Tan es así que en el centro urbano, los edificios religiosos se reducen en la actualidad a una iglesia de moderna construcción y relativamente humilde. Como apunta el Patronato de Turismo de la Costa del Sol en su página web, dicho convento franciscano “aglutinó en sus alrededores varios incipientes núcleos que, con el tiempo, requirieron de una organización que necesariamente debía canalizar una casa consistorial que arbitrara los intereses de esos núcleos dispersos en lo que entonces se llamaba la Rinconá. A poco más de un kilómetro del actual casco urbano se ubicaba el núcleo de la primera villa, lugar que hoy se conoce con el nombre de La Atalaya, amén de otros barrios que fueron surgiendo junto a las zonas más propicias para un determinado tipo de cultivo. La Atalaya, la Rinconá, Zamarra, Albaicín y Parrilla son algunos de esos barrios que acabaron por conformar el actual pueblo de Villanueva de Algaidas, cuyo Ayuntamiento quedó constituido en 1843, después de segregarse de Archidona”. Asi pues, dirigimos nuestros pasos hacia la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación que comenzó a construirse en el año 1904 y se terminó en 1907. Su portada es sencilla, de blanco inmaculado con ribetes de amarillo albero, que culmina en una sencilla espadaña de un solo ojo del que pende una campana. Posee una sola nave y su fachada fue reconstruida parcialmente en el siglo XX. La puerta de la sacristía pertenece al antiguo convento franciscano. El templo está integrado entre las casas de la misma calle como si se tratara de un edificio más. En su fachada luce dos leyendas que dicen “Dichosos los que trabajan por la paz fruto de la justicia” y “Que tu palabra, Señor, cambie mi vida”. Es un templo breve, pequeño, pero activo en el culto, dado el programa de misas y actividades dado el programa que podemos leer colocado en su tablón de anuncios.

Miguel Berrocal, escultor

Desandamos los pasos andados, al caminar por las calles nos topamos con un hombre que canta una copla en voz baja apoyado en el quicio de su puerta. Vemos algunas casas solemnes, de cierta trascendencia, y que podríamos situar en el siglo XVIII. Las persianas de madera se desenrollan y protegen del sol el interior de las casas, sirviendo de alivio al permitir pasar las delicadas corrientes de aire. Caminamos hasta la plaza Miguel Berrocal, centro neurálgico de VVAA de Algaidas y recuerdo al que fuera una de los más destacados escultores del siglo XX, cuya obra rebasó las inmediaciones del municipio y de la provincia para convertirse en patrimonio internacional. La página web Escultura Urbana ofrece un breve semblante del artista: “Miguel Ortiz Berrocal, Miguel Berrocal, para el mundo artístico, nace el 28 de septiembre de 1933 en Villanueva de Algaidas, provincia de Málaga. Se traslada en 1949 a Madrid, donde cursa un año en la Facultad de Ciencias Exactas, para su ingreso en la Escuela de Arquitectura. Abandona sus recién iniciados estudios de arquitectura para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios y, posteriormente y como alumno de Ángel Ferrant, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Becado por el Gobiernos francés, reside en París, donde traba amistad con Giacometti, Cárdenas y Picasso en Cannes. En una primera etapa, e influido por la obra de Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, Berrocal realiza piezas en hierro forjado hasta que, a principios de los años sesenta comienza a realizar sus conocidas esculturas "desmontables", que tanta fama de darían. Son obra de pequeño formato realizadas en materiales nobles, pero gracias a su conocimiento sobre nuevos materiales como el kevlar o la fibra de carbono, Berrocal comienza a realizar obra de gran formato. Reside en las ciudades italianas de Roma y Verona hasta su retorno definitivo a Villanueva de Algaidas, donde fallece el 1 de junio de 2006”. La página web oficial Berrocal.net ofrece una extensa información de la vida u obra del autor, así como una muestra de su amplio catálogo artístico.

El convento y la iglesia rupestre

Regresamos al lugar donde hemos estacionado el coche con la intención de visitar el origen de Villanueva de Algaidas. Descendemos pro la calle Córdoba hasta una intersección, tomamos la vía de la izquierda sobre la que se nos indica “La Atalaya”, núcleo poblacional posible origen de Villanueva. En el camino encontraremos los restos del convento franciscano. El recinto está vallado y cerrado, pero desde el exterior se pueden apreciar y ver las formas perfectamente definidas del edificio. Además cuenta con un panel informativo en el que se detalla la historia, origen y construcción del convento. De lo que fuera este magnífico templo tan sólo quedan sus ruinas en las que se puede apreciar la nave de la iglesia y parte de la estructura de los que fuera residencia de los monjes franciscanos. El convento fue inaugurado en 1566 por el primer Duque de Osuna, Pedro Téllez de Girón, convirtiéndose en referente religioso de los pobladores de la zona. Los avatares históricos llevaron a su abandono, lo que ha ocasionado el derrumbe de parte de su estructura. Como curiosidad, señalar que los monjes franciscanos que lo habitaron vivían, en parte, de la venta de madera que extraían de las encinas próximas a la Armada Española. Junto a los restos del convento se encuentra la que fuera antigua ermita rupestre. Datada en el siglo IX, dio cobijo al culto del grupo de mozárabes, cristianos resistentes a la dominación árabe. Se trata de pequeñas cuevas excavadas en la roca, con una nave central con bóveda de cañón. Junto a ellas hay pequeñas salas laterales. Estas ermitas indican que en esta zona debió haber una importante población cristiana.

Despedida

Atrás dejamos los restos de este resplandeciente pasado para zambullirnos en el resplandeciente presente de olivos verdes, donde el gris plateado de sus copas se mece con la cálida brisa del estío. Se pierde el coche entre las curvas, carretera sinuosa, y se sumerge en el olivar, confundiéndose con la tierra rojiza, con el verde ceniciento, con el gris plateado. Somos también aceite.

Enlaces de interés

Miguel Berrocal: Sin duda, la página web oficial del artista Berrocal.net nos ayudará a tener un mejor conocimiento de la trayectoria internacional de este escultor que se codeó con los grandes nombres del arte en el siglo XX llegando a formar parte de ellos. Escogió además Berrocal su localidad natal de Villanueva de Algaidas para pasar sus últimos días, dejando atrás Verona para contemplar los olivos terrenos de su patria chica.
Senderismo: Por Villlanueva de Algaidas, lindante al convento franciscaso discurre el sendero de Gran Recorrido 7 – E4. El GR-7 es un Sendero de Gran Recorrido que parte de Andorra al estrecho de Gibraltar. Como sendero de gran recorrido está balizado con señales rojas y blancas. Se trata del primer sendero de gran recorrido que se señalizó en España (se inició en el 1974); tiene un recorrido que sigue el levante peninsular desde una situación retirada de la costa. Forma parte del sendero europeo E-4 (Tarifa-España); después de cruzar Francia y Andorra (en los dos países también tiene la referencia de GR 7), entra en Cataluña por La Farga de Moles, cruza esta comunidad y continúa por la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía hasta llegar al cabo de Tarifa, cerca de Algeciras, donde acaba su recorrido y en su día se encontrará con el GR-92.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la página web municipal de Villanueva de Algaidas.

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71 ALPANDEIRE: BAJO LA MIRADA DE FRAY LEOPOLDO

martes, 17 de agosto de 2010


Y cuentan que Fray Leopoldo dormía con su cabeza reposada sobre una piedra. Cuentan. Y cuentan que en la serranía de Ronda existe una catedral de grana y rosa. Cuentan. Y cuentan que aparecieron dos momias embalsamadas en un sótano. Cuentan. Y cuentan que el paisaje se transforma en un manto dorado al llegar los otoños. Cuentan. Y cuentan también que desde aquí se puede llegar a ver un espejeo del mar. Cuentan. Y cuentan que hay un pozo de los deseos en el tirar una moneda para solicitarlo. Cuentan. Y cuentan que se llama Alpandeire y que late con fuerza en el Alto Genal. Cuentan. Y los que cuentan, cuentan verdades.


Una aproximación

El paisaje que rodea Alpandeire es un contraste de amarillos de cereal, verdes de olivos y alcornoques, grises de picos calcáreos. Parece el municipio abrazado por las montañas, repantigado sobre la ladera que forma la Sierra de Jarastepar. Suenan las chicharras en la mañana entrada como única banda sonora. En nuestra aproximación ya hemos podido contemplar el edficio que preside el centro urbano. Un edificio de considerables proporciones que destaca sobre cualquier otro. Edificio que sobresale en el paisaje, que acapara la atención de la mirada y que lleva a preguntarnos cómo es posible que se encuentre ahí. Tales son las proporciones de la Iglesia de San Antonio de Padua en Alpandeire que la han llegado a calificar de catedral. Hasta Alpandeire se puede llegar desde Ronda o desde Faraján, pasando antes por Cartajima y por Júzcar. Hemos optado por esta segunda opción pese a ser una ruta ya conocida, o quizá por eso, ya que nos va a ofrecer una panorámica inmejorable a pie de tierra del Alto Genal. Recorremos la sinuosa carretera bordeando con deleite cada una de sus curvas. Haciendo que el mar de castaños que tapiza todo el terreno cercano aparezca y desaparezca como mecido por la brisa.

Camino de las Cruces

Seguimos la dirección de "Aparcamiento", que nos obliga a descender por una calle estrecha, de fuerte pendiente y de doble sentido no apta para conductores mojigatos. Una vez abajo preguntamos a un pandito si ésta es la única salida. Con cierto brillo en los ojos y sonrisa socarrona pintada en el rostro señala: - Sí, es la única salida, y a la subida vosotros no tenéis preferencia. Sonreímos a un tiempo. Llegamos a una plaza en la que no se puede estacionar, la cruzamos y continuamos hasta aparcar el coche junto al polideportivo, en el Camino de las Cruces, el viacrucis que con quince estaciones cuenta la Pasión de Cristo. Junto al camino encontramos una picota (o columna de piedra) que se utilizaba antiguamente para atar a los reos para escarnio público (de ahí la expresión "Estar en la picota") y que en Alpandeire recibe el siniestro nombre de La Horca. Desde el viacrucis tenemos una visión excelente del skyline de Alpandeire presidido por su iglesia.

La plaza y Fray Leopoldo

Fray Leopoldo de Alpandeire (Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez) preside cada rincón del municipio. Su figura, su efigie y perfil aparecen aquí y allá. Pues Alpandeire fue cuna de nacimiento en 1866 de este fraile capuchino que siempre miró por los más necesitados y que murió en Granada en 1954 tras recorrer los caminos de la serranía con sus ajadas zapatillas de esparto llevando ayuda y socorro a aquellos que no disponían de poderes. Si desde aquí vemos en lontananza la escultura situado sobre un pico que luego visitaremos, podemos sentir su presencia aquí en la misma plaza, donde otra escultura, de reciente composición, parece amansar con su quietud el carácter indómito de la serranía rondeña. Apreciamos también los carteles que anuncian la beatificación de Fray Leopoldo que se producirá el 12 de septiembre de 2010 y que trae en estado de gozo a gran número de panditos. y panditas. No pierde Alpandeire su esencia árabe con una trazado imposible de calles. La historia así lo certifica, ya que el origen de Alpandeire se sitúa en el año 711, inmediatamente después de que los árabes invadieran la península, por lo que se puede asegurar sin temor a equivocarse que este fue uno de los primeros que los musulmanes fundaron en la serranía de Ronda. Desde la plaza, accedemos a un mirador que nos permite observar los manchones blancos de Gaucín, Benalauría, Benadalid y Atajate. Huelo fresco y huele dulce, a tomillo y almoradux.

Hasta el Pósito y la visita hasta la iglesia

Desde la plaza seguimos las indicaciones que nos señalan la dirección "Antiguo Pósito" y "Casa de Fray Leopoldo". Nos sumergimos en el laberinto de calles y preguntando y callejeando llegamos hasta el antiguo pósito, transformado ahora en Sala de Exposiciones y casi cuartel general de la beatificación de Fray Leopoldo. En el local se venden artesanías decoradas con la efigie del fraile como tejas pintadas, estampitas, llaveros y pulseras, dedales, libros... Adquirimos un llavero de la Plataforma Popular Nuevos Amigos de Fray Leopoldo, una estampita del futuro beato que reza "El que se humilla será ensalzado" en su parte trasera y un mechero, de la Nueva Ruta de la Fe... Charlamos con las mujeres que regentan la sala de exposiciones y preguntamos por la casa natal de Fray Leopoldo. Nos remiten a Paquito, un chaval joven que hace las veces de guía voluntario. Salimos del Pósito y, casualmente, nos encontramos con nuestro guía. Le saludamos y nos acompaña solícito a un recorrido turístico por Alpandeire que comienza, cómo no, con la Catedral de la Serranía. La iglesia de Alpandeire, consagrada a San Antonio de Padua, es imponente, impresionante en continente y en contenido. Vaya aquí la explicación histórica y arquitectónica de la catedral que aparece en un panel explicativo situado en unas escaleras al pie de la portada: "Fue construida a principios del siglo XVI y reconstruida casi totalmente en el siglo XVIII. Vista de lejos impresiona por sus dimensiones y por su robusta arquitectura rosa rodeada del abigarrado blanco y rojo de su característica trama de herencia islámica. La planta de la iglesia es rectangular y consta de tres naves cubiertas por bóvedas de cañón y separadas por arcos de medio punto apoyados sobre pilares. (...) En el interior se conserva la pila bautismal de Fray Leopoldo, de gran devoción en toda Andalucía lo que atrae a numerosos grupos de peregrinos hasta esta parroquia". El interior del templo es de un blanco impoluto, inmaculado, sólo salpicado por el color intenso de algunas flores. Decoradas sus columnas, sus capiteles, sus arcos con vueltas y revueltas de yeserías. Al ver la compleja decoración nos sorprende la paradoja de que tal edificio se encuentre ubicado en un pueblo de 278 habitantes. Salimos.

Las momias, el pozo de los deseos y la casa natal de Fray Leopoldo

Con cierta sonrisa burlona, Paquito nos conduce hasta la parte inferior de la catedral, hacia los bajos, donde tras una puerta enrejada nos dice con cierta solemnidad: - Las momias. No las vemos, a lo que nuestro guía nos indica que se encuentran tras una puerta de madera y cristal. Nos entra cierto escalofrío. Y es que la historia y la leyenda se mezclan en este hecho, ya que... "Hace ahora más de cinco décadas, cuando aquella bella localidad era incluso más tranquila y aislada que en la actualidad, los niños de Alpandeire jugaban a ver quién era capaz de penetrar en la “habitación prohibida”. Se trataba de un pequeño habitáculo, una cripta olvidada llena de trastos viejos, ubicada en las entrañas de la iglesia parroquial, más conocida como “la catedral de la serranía” por su colosal tamaño. Y es que en un rincón de esa siniestra habitación, motivo de pesadillas para los más pequeños, yacían olvidados los cuerpos incorruptos de un hombre y una mujer. Según las autoridades locales, las momias habían sido halladas en la propia cripta algunas décadas atrás junto con los restos de repobladores cristianos del siglo XV. Estaban situadas dentro de un nicho mucho más amplio y alejado de los demás, como en un lugar privilegiado al que no podía acceder el resto de los mortales. Su estado de conservación era sorprendente. Tras un estudio, los historiadores han llegado a la conclusión de que los cuerpos pertenecen a un matrimonio adinerado, que se costeó un proceso de momificación practicado inmediatamente después de morir. Debido a lo curioso del caso, las autoridades de Alpandeire decidieron apartar las momias del resto de los cadáveres, que fueron trasladados a una fosa común. Nuestros dos protagonistas quedaron olvidados durante casi tres décadas en un rincón de aquella vieja cripta, donde fueron deteriorándose por la acción del aire al tiempo que avivaban la imaginación de los más pequeños", según apunta José Manuel Frías. Paquito no muestra el menor temor y nos señala otro objeto que se encuentra encima de una mesa: - Es la zapatilla de Fray Leopoldo, la que dejó aquí antes de ir a Granada. Allí se encuentra, una sobria zapatilla de esparto, empolvada. ¿Será la auténtica zapatilla de Fray Leopoldo? Dejemos volar la imaginación y aseguremos que sí. Desde aquí caminamos hacia el Pozo de los Deseos, donde hacemos la preceptiva petición, que nos vemos obligados a repetir por no cumplir los cánones del proceso, esto es, ponerse de espaldas, cerrar los ojos y echar la moneda hacia atrás. Esperamos que se cumpla. Desde allí nos dirigimos a la casa natal de Fray Leopoldo. Contrasta la majestuosidad de la Catedral de la Serranía con la humildad de la casa del fraile. La wikipedia resume así la vida de Fray Leopoldo: "Fray Leopoldo de Alpandeire (24 de junio de 1864, Alpandeire (Málaga) - 9 de febrero de 1956, Granada), fue un fraile capuchino que goza de gran devoción entre los católicos andaluces. Su verdadero nombre fue Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez. La mayor parte de su vida fue fraile limosnero por las calles de Granada, ciudad a la que se trasladó tras ser ordenado en Sevilla y donde era conocido por su generosidad hacia los necesitados. Su disposición a ofrecer consejo y comprensión, han hecho que la devoción a este fraile se haya extendido considerablemente y que sea frecuente encontrar una estampa con su imagen en las casas andaluzas. Poco a poco su figura fue haciéndose popular, numerosas personas solicitaban su consejo o intermediación y se le empezó a conocer como "el humilde limosnero de las tres Ave Marías", porque eran estas las oraciones que dedicaba a quienes le pedían su bendición". Su casa natal es un edificio sencillo, construido en el siglo XVIII y que consta de dos plantas y fachada encalada. Nos despedimos aquí de Paquito y dirigimos nuestros pasos hasta el coche.

El Cerrajón y la estatua de Fray Leopoldo

Ponemos el coche en primera y ascendemos la vertiginosa cuesta sin que ningún otro vehículo nos obligue a retroceder. Al llegar a la carretera principal giramos a la derecha, dirección Faraján hasta llegar a una explanada donde detenemos el coche. Hasta la estatua de Fray Leopoldo situada en el paraje conocido como El Cerrajón y que dista menos de medio kilómetro del centro urbano. Ascendemos por unas escaleras de piedra y al llegar arriba nos encontramos con una escultura en la que el fraile aparece de pie, apoyando su mano izquierda sobre la cabeza de un niño. Desde el brazo derecho cuelgan rosarios, escapularios, estampitas, etc... Fray Leopoldo mira la horizonte. Desde su posición observa los pueblos del Genal que en su vida recorrió caminando. Se observa la iglesia de San Antonio de Padua en el centro urbano, las montañas recortadas contra el cielo, los castaños en las laderas del valle, los caminos y trochas del ganado campesino... Estos fueron los dominios primeros de Fray Leopoldo de Alpandeire que mira el presente desde el pasado.

Despedida

Observamos el horizonte, el caserío de Alpandeire que se mimetiza con el paisaje, reposado y sosegado sobre la ladera de la sierra de Jarastepar, las estribaciones de Sierra Crestellina en Casares, el perfil de la carretera que une Ronda con Algeciras, los pueblos blancos que salpican las laderas del Valle del Genal, los verdes cambiantes de los castaños mecidos al son de la brisa, el cielo azul e intenso sobre nosotros... Se levanta cierto viento levantisco, cerramos los ojos y dejamos que la imaginación nos lleve.

Enlaces de interés y consejos útiles

Ruta de Fray Leopoldo: Alpandeire es la cabeza de la conocida como Ruta de Fray Leopoldo que visita los pueblos de la Serranía de Ronda, hasta el Valle del Genal y que incluye los municipios de Pujerra, Igualeja, Cartajima, Júzcar, Faraján y Alpandeire, por donde Fray Leopoldo anduvo hasta los 33 años, cuando ingresó en la orden capuchina. La ruta es rica en esencia andaluza, muestra además un legado histórico de importancia destacada y, sobre todo, grandes ejemplos de arquitectura civil y su traslación a la vida cotidiana, un ejemplo de cómo los habitantes de estas tierras se adaptaron al duro medio en el que habitaban. Destacan las pequeñas ermitas que se encuentran en cada municipio, para rematar en la ya comentada Iglesia de la Serranía, la parroquia de San Antonio de Padua en Alpandeire.
Senderismo y El Chorrerón: Fuera del entramado urbano, pero sólo a unos 200 metros del pueblo, pasa un río subterráneo que en época de abundante lluvia aflora a la superficie. Un kilómetro más abajo, este caudal de agua forma una cascada de 50 metros de altura en la zona conocida como El Chorrerón, de visita obligada por su espectacularidad, que sólo puede contemplarse por unos días y después de que en la zona haya llovido lo suficiente. Dentro del entorno natural de Alpandeire destaca la Sierra de Jarastepar, desde cuya cima se divisa un extenso paisaje serrano y, al fondo, el Peñón de Gibraltar. Dada la orografía del término municipal, resulta ideal la práctica del senderismo. Desde el núcleo urbano parten hasta once caminos y senderos que unen Alpandeire con Atajate o Fajarán, o que llevan hasta Las Cruces, Las Amarillas, o hasta la Cruz de Fray Leopoldo.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la páginas web municipal de Alpandeire.

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70 JUBRIQUE: PURO GENAL

martes, 10 de agosto de 2010

Jubrique que antes de uno fue cuatro. Cuatro de nombres Jubrique, Rotillas, Monarda y Benameda. Jubrique rebelde y levantisco. Jubrique de castaños en forma de mares verdes. Jubrique de calles enredadas, de dédalos imposibles, de arquitecturas casi oníricas. Jubrique de campo y sendero. Jubrique de senderistas. Jubrique de otoños dorados, veranos frescos, inviernos severos y primaveras floridas. Jubrique de emparrados y de buganvillas. Jubrique de caminar despacioso. Jubrique de sosiegos.

Un caleidoscopio

Una tupida alfombra dorada cubre los bordes de la carretera. Las primeras castañas, verdes aún, espinosas, penden de los árboles como frutos de un edén por descubrir. Y es que, incluso en los rigores estivales que propicia agosto, el Valle del Genal nos ofrece su cara más luminosa, más frondosa, más verde, más fresca y umbría. Un paraíso natural forjado a base de alcornoques y castaños apretados, de colinas y montañas colmadas. De silencios. De sosiego. Sólo suenan los pájaros y alguna chicharra madrugadora. La luz del sol forma un caleidoscopio de verdes y de azules imposibles. Suena, tan solo, la banda sonora de los árboles, que rozan y frotan sus ramas unas contra otras. No es de extrañar que aquellos moriscos se rebelaran en el siglo XVI, que quisieran preservar su estilo de vida entre frutales, vides y aguas, que se mostraran belicosos cuando aquellos cristianos castellanos expulsaron a sus padres y hermanos para luego asfixiarles a ellos mismos con una leyes de severidad tal que hacía imposible su cumplimiento. Se rebelaron en el Genal, en Jubrique, como algunos de los más furibundos defensores de su tierra. Derrotados por las huestes cristianas les desterraron al norte de África y a Galicia, para luego regresar en forma de salteadores de caminos, semilla, origen y génesis del posterior bandolerismo romántico del siglo XIX. Así lo certifica un panel explicativo que reza: “Los moros que poblaban estas montañas fueron valientes, más belicosos y menos pacientes bajo el yugo de los castellanos que los de las demás regiones del reino. Poco después de su reducción por Fernando El Católico se rebelaron de nuevo siendo esta montaña de Sierra Bermeja a la que subió don Alonso Aguilar con su ejército y sufrió la terrible batalla (1494) en la que perdieron la vida él y casi todos sus hombres, incluidos quinientos jinetes a caballo, mientras su hijo, junto con el Conde Ureña y algunos más, lograron escapar a la ira de los moriscos serranos, que estaban enfurecidos y desesperados por los reiterados agravios y violaciones de los tratados”.

Jubrique, llegada

Estacionamos en la calle Algatocín, que es en realidad la carretera que comunica este pueblo con Estepona y que se integra de manera natural en el municipio jubriqueño, muy próximos a la parada de autobuses, frente al supermercado The Shop. Jubrique se asoma a una balconada natural en cuyo frente se encuentra una colina trufada de castaños, salpicada entre las sombras por la pincelada blanca de algunas casas de aperos, algunos cortijos, algunas villas de recreo... Nos adentramos en el municipio hasta toparnos con el llamado Quiosco de la Crítica, curioso nombre, para un pequeño soportal en el que se sitúa un banco y desde el que, eso sí, se comprueba el trajín de idas y venidas, salidas y llegadas hacia, por y en Jubrique.

El laberinto, la plaza y la iglesia

Pronto muestra sus cartas Jubrique, caserío apretado, de calles empinadas y retorcidas, estrechas, de callejones sucintos como un suspiro. Nos hemos descargado en pdf un callejero que facilita el ayuntamiento de Jubrique en su página web. Lo utilizamos como referencia, pero sabemos que lo mejor es perderse para volver a encontrarse, para volver a perderse... Recorremos los senderos que nos señala hasta llegar a la plaza de Andalucía, curioso lugar que parece concentrar en cien metros cuadrados todos los centros de poder jubriqueños: aquí está la iglesia, el ayuntamiento, el bar la plaza, una sucursal bancaria, la farmacia (muy próxima)... La iglesia de San Francisco de Asís parece empotrada contra el caserío, formar parte de la propia piel del laberinto, un templo que luce una torre campanario imponente al frente. Es pronto en la mañana y el claxon que anuncia la llegada del pescadero resuena entre las callejas, perfectamente intransitables para los desconocedores. Hermoso laberinto. La iglesia de San Francisco de Asís fue erigida en el siglo XVI sobre los restos de una antigua mezquita. Desde entonces hasta hoy son numerosas las reformas realizadas en su interior y exterior, hasta el punto de añadirse en el siglo XIX un crucero con capillas laterales y la propia torre campanario de dos cuerpos integrada en el siglo XVIII. El soportal previo a su entrada luce en un lateral una imponente imagen de la virgen.

Ahora, el dédalo

En la misma plaza, a la que desembocan una, dos, tres, cuatro, hasta cinco calles se encuentra un bar en el que desayunar o tapear a gusto, con un amplio ventanal que mira hacia la montaña. Entre la taberna y un pequeño arco de piedra, una colorida fuente se declara a la mujer jubriqueña en los siguientes términos: "Esta fuente ha sido durante decenios testigo del quehacer del pueblo, de sus preocupaciones y de sus alegrías. Dedicada a la mujer jubriqueña que, con el trajín diario, dignificó su papel en la sociedad". La cita está datada un ocho de marzo de 2004. Ascendemos por la calle que se encuentra a la izquierda de la sucursal bancaria para adentrarnos en un trazado urbano con construcciones civiles insólitas, como dos casas comunicadas por un puente con base de madera o por otras dos, un poco más arriba, unidas por un arco de medio punto. Asciende Jubrique hasta los azules cielos gracias a sus empinadas cuestas, a sus callejas que se cruzan unas sobre otras. La calle Ánimas, la calle Palacios, la calle Picasso, la calle Altillo... Parece un dédalo que no fuera a acabar nunca, que se retroalimentara en sus curvas y revueltas. Nos asaltan perfumes de romero y de hierbabuena, de tomillos y matrantos. En nuestro caminar nos encontramos a la altura de los tejados- Qué hermosa la calle 28 de febrero con sus arriates de flores, con emparrados ante las puertas de algunas casas, con su suelo empedrado, con buganvillas que descuelgan sus morados explosivos hacia las calles inferiores. Y siempre, de nuevo, la montaña colmada de castaños. Tantas otras calles, cuidadas hasta el extremo. Aparecen vides aquí y allá, integradas en los patios, en los arriates públicos, en las macetas, haciendo gala y rememorando la importancia de la industria vitivinícola de la que Jubrique históricamente ha sido cabecera. Así lo apunta el Patronato de Turismo de la Costa del Sol: "Y fue a mediados del XIX cuando Jubrique alcanza su momento de mayor esplendor, consecuencia directa de la riqueza que generaban sus viñedos, las industrias derivadas de éstos y la explotación minera de las sierras. La tradición vitivinícola de Jubrique continuó hasta bien entrado el siglo XX, e incluso hoy día, las únicas destilerías que existen en la comarca, ubicadas en Ronda, pertenecen a una familia procedente de Jubrique". Los vecinos y vecinas encalan y repintan de blanco inmaculado las fachadas de sus casas en la calle Séneca. Descendemos por la calle Fuente hasta encontrar un pequeño calvario donde, gracias a una placa explicativa conocemos la historia de "El Melchi", un morisco sublevado, que según las crónicas era la maldad personificada, dice así: "Estaba entre los moros uno escandaloso y malo llamado El Melchi, imputado de herejía y suelto de las cárceles de la Inquisición, el cual, juntando al ignorante pueblo , que ya estaba resuelto a rendirse, les hizo mudar de propósito", dando lugar a las revueltas moriscas y a las sublevaciones del Valle del Genal. Y siguen los arcos y los puentes. Descendemos por la calle Cobertizo, a la espalda de la iglesia para regresar a la plaza de Andalucía y de ahí, de nuevo al coche.


Despedida

A la sombra de un emparrado, sentados para las primeras uvas, aún verdes y tiernas, con el estallido morado de las buganvillas y la brisa recia de la montaña. Contemplamos el mar de castaños y nos zambullimos en él, inspirando los perfumes de la tierra húmeda, de las flores tiernas, de las ramas trenzadas... Aspiramos las esencias del Valle del Genal que penetran en nuestro interior, invadiéndonos... Nos dejamos ir, nos dejamos llevar desde ese emparrado de la calle 28 de febrero de Jubrique, hasta el corazón mismo del Genal.

Enlaces y consejos de interés

Senderismo: Jubrique es la capital del senderismo, del turismo natural en el Valle del Genal. Desde aquí parten numerosos caminos y senderos que comunican, como un red natural y abierta a prácticamente todos los municipios del valle. La profusión de rutas permite que su variedad, en distancia y dificultad, sea muy variada, ofreciendo caminos para todos los gustos y preparaciones. Así en la página web municipal de Jubrique encontramos hasta nueve rutas oficiales que comunican el municipio con Benaluría, Charco "Picao", Faraján, Benajarón, Genalguacil, La Solana, Pujerra, Charco Azul y Charco Esteban. Todas las rutas se pueden descargas en fichas individuales, en formato pdf. En ellas aparece una descripción de la misma, el perfil, el grado de dificultad, etc.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la página web municipal de Jubrique. Además, para visionar vídeos de la feria, romerías, viajes y fiesta de las máscaras, la página personal Jubrique.net tiene un amplio catálogo.

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