Algarrobo se parte, se divide, se fragmenta en dos realidades muy distintas. Una de ellas vive encajonada a la vera fresca del cauce del río que le da nombre, entre frutales y bancales de naranjos, reposada y aromatizada por el azahar en primavera, por los limoneros en el otoño tardío, por el perfume dulce de las tortas durante todo el año. La otra vive de cara al mar, que lame sus costas de arena oscura e intensa, bebe de los aromas de salitres y espumas, del sol avezado en verano, de los espetos tumbados sobre las brasas, de los acentos bávaros, germanos que depositan sus anhelos de calor en sus playas. Vive Algarrobo en la línea de costa y sirve Algarrobo de puerta hacia la Axarquía más profunda, encaramada a los barrancos, de indudable pasado mudéjar, de casas blancas silenciosas, calles pulcras, jardines ocultos, de municipios como Árchez o Sedella o Salares o Cómpeta o Arenas… Y en esta dualidad de sentidos y sentimientos se asienta Algarrobo, un municipio de pequeña extensión, pero colmado de contrastes, que se alimenta del sol y de los frutales a partes iguales.
Aproximación e inicio
Discurre la carretera que comunica la costa con el interior por la parte baja de Algarrobo, al llegar a una plaza se nos indica, hacia arriba la dirección al centro del pueblo. Por una estrecha calle de dirección única nos adentramos en el corazón algarrobeño con deleite. Señal de una P blanca sobre fondo azul, “Parking”. Seguimos hasta encontrar un hueco libre y estacionar. Hemos aparcado frente a un gran parque equipado con juegos, canchas, mesas de ping pong, bancos… Es la calle Escalerilla. Algarrobo Pueblo es un caserío apretado en el que las calles se apiñan unas sobre otras cortadas por tramos de escaleras, por puentes, por plazuelas. Caminamos por la calle Las Flores y sumamos a ésta otros nombres evocadores como calle Corta, calle de la Iglesia, calle Desamparados. Se confunden las casas antiguas con otras edificaciones de corte más moderno, pero Algarrobo conserva su esencia tradicional.
La iglesia y la ermita
Hemos caminado por sus callejas hasta desembocar en la plaza de la iglesia. El templo la preside desde su estatura. Blanco inmaculado, ribetes de albero y una torre campanario adosada de cuatro cuerpos cuadrangulares marcan el estilo de su fachada. Es la iglesia parroquial de Santa Ana, erigida en el siglo XVII. Tiene cruz latina y tres naves separadas por arcos de medio punto. Sus artesonados de madera y el camarín del siglo XVIII merecen una especial atención por parte del visitante. Regresamos por la calle Las Flores y tomamos la calle Santo Domingo. Frente a nosotros nos encontramos con un establecimiento que dice en su escaparate “Carmen Lupiañez. Tortas de Algarrobo. Despacho de pan”. Ni que decir tiene que entramos. Las tortas de Algarrobo son muy conocidas en la provincia de Málaga. Dulces realizados con dos ingredientes principales, aceite de oliva y almendras, y que tiene su origen en la historia árabe de la localidad. Son un bien preciado, así que nos hacemos con una caja de dos docenas por ocho euros. En el lateral izquierdo de la panadería se encuentra la calle Desamparados, por la que ascenderemos hasta la ermita. La calle depara sorpresas en forma de patios, rincones, plazuelas, adarves. No puede negar Algarrobo su pasado árabe rubricado en este trazado de comprensión insondable desde nuestro tiempo, laberíntico, retorcido… Después de ascender un buen tramo de escaleras llegamos hasta una calle que corta la ascensión, la calle Enmedio. Como nos han indicado en la panadería, giramos a la derecha hasta llegar a otro tramo de escaleras a la izquierda. Llegamos a la calle Sol, giramos a la izquierda y ascendemos hasta el “Mirador del cielo” que gracias a su “Ventanal marinero” nos permite observar el Mediterráneo lamiendo las playas de Algarrobo Costa. Desde el mirador accedemos a la ermita de San Sebastián a través de los jardines del mismo nombre. Nos encontramos en la zona más alta del pueblo, lo que nos permite contemplar las montañas le rodean, que aún sin ser abruptas encajonan el cauce del río Algarrobo. Sus laderas se transforman en bancales que arropan el cultivo de frutales subtropicales y de cítricos. Nos sentamos un tanto en los jardines, bien cuidados y atendidos, y contemplamos el Mare Nostrum desde esta altura privilegiada. La ermita se sitúa al fondo de los jardines y es de reciente construcción, año 1975, pero que se edificó desde la base de una anterior del siglo XVII. La brisa del mar dulcifica nuestra estancia aquí, es fresca y suave. Viene a nuestra mente una historia de este territorio plagado de relatos y leyendas en la que se cuenta que en tiempos remotos existía un pasadizo, túnel secreto, que comunicaba bajo tierra la desaparecida fortaleza de Algarrobo con el Castillo de Bentomiz, situado en próximo municipio de Arenas. Como toda buena leyenda e historia, nunca se ha llegado a encontrar ese secreto pasadizo. Con esta historia rondando, retomamos el camino. Desde el “Mirador del Cielo” descendemos hasta el centro del pueblo a través de un pasaje con nombre de reminiscencias rockeras “Starway to Heaven”, “Escalera hacia el Cielo” que en su día hiciera famosa la banda Led Zeppelin. Aunque en esta ocasión la recorremos en sentido inverso y en lugar de llevarnos al cielo, nos lleva hasta la tierra. Desde la calle Santo Domingo, tomamos la calle Beatas, la calle Cobertizo hasta llegar, de nuevo, a la calle Escalerilla, lugar donde hemos estacionado el coche.
La costa de Algarrobo, Algarrobo Costa
Apenas a tres kilómetros de Algarrobo Pueblo se halla Algarrobo Costa. Presiden las playas algarrobeñas las modernas torres vigía que son los edificios de apartamentos, miran a ese mar antiguo desde la osadía del siglo XX. Altas torres que componen un puzle, un sky line recortado contra el cielo azul. Las dos playas de la localidad La Mezquitilla y Playa de Algarrobo se encuentran separadas por un puente de suelo de madera bajo el que discurre el río que da nombre a la localidad. Playas de arena oscura, casi negra, gris, de piedra fina sobre la que asientan tumbonas y hamacas dispersas. Escuchamos una mezcla de acentos, de énfasis, de inflexiones en las que el alemán parece ocupar el primer puesto. Quizá influya que este fin de semana Algarrobo celebra su Oktoberfest particular con una amplia oferta de cerveza bávara, salchichas, codillos, ensaladas de col y patata entre cantos de Ein Prosit. Todo discurre bajo una gran carpa de rombos azules y blancos. Caminamos un trecho por el Paseo Marítimo y comprobamos que aún quedan muestras de arquitectura marinera, de casas bajas con porches abiertos al mar donde refugiar las barcas, de viviendas de planta y piso decoradas con redes y artículos marinos. Caminamos, cruzamos, si caminamos en dirección inversa el puente que nos une con la Mezquitilla, una punta en la que se localizó un yacimiento de la Edad de Bronce, un yacimiento púnico y un yacimiento romano, lo que deja constancia evidente del rico pasado histórico de la localidad. Algarrobo nos ofrece en la playa de la Mezquitilla una amplia oferta de restauración, donde priman los pescados y los mariscos, los espetos, las especialidades a la sal con precios para todos los gustos y todos los bolsillos. En nuestro camino de regreso buscamos las dos torres vigías algarrobeñas. Toda la Costa del Sol, prácticamente toda la costa de Andalucía, está minada de estas torres que avisaban a las poblaciones de las posibles incursiones de corsarios y piratas berberiscos. La particularidad de las torres de Algarrobo es que tiene una Torre Derecha y otra Torre Ladeada (Más conocida por la deformación del habla como Torre Ladeá). Esta última parece emular a la famosa Torre de Pissa. Una mujer nos cuenta que dada su proximidad al mar (se encuentra a escasos 20 metros de la arena de la playa) sufrió los embates del mismo en una tormenta y desde entonces quedó así, ladeá. Nos fijamos, tiramos fotos. Realmente está ladeada, muy ladeada, hacemos unos cálculos rápidos y consideramos que estará a unos 20 grados, más o menos. El misterio es… ¿cómo sigue en pie? Dejamos atrás la costa pura y nos dirigimos a ver las tumbas fenicias de Trayamar. Se encuentran a 500 metros escasos en la carretera que une las playas con Algarrobo Pueblo. Un desvío a la derecha nos indica la señal de un vivero de árboles y la señal indicadora de “Tumbas Fenicias”. Nos adentramos con el coche entre los árboles del vivero hasta llegar a un punto que señala “Oficina”. Descendemos del coche. Par poder visitar las tumbas, protegidas bajo una construcción, tenemos que pedir las llaves aquí. Es una propiedad privada, pero sus dueños, permiten amablemente a los visitantes acceder a las tumbas por considerar que es un patrimonio de todos. La hija pequeña de la pareja, Eva, de unos ocho o nueve años, nos acompaña hasta la construcción y nos da sus explicaciones: - Antes había una tumba allí y otra allí. Ese jarrón lo encontraron cuando lo descubrieron y lo dejaron donde está-, nos explica. – Eva, ¿no te da un poco de miedo esto de las tumbas?-, preguntamos. – No, que va, nunca me ha dado miedo- contesta con desparpajo. Leemos las informaciones que aparecen en las paredes y que detallan cómo fue el descubrimiento de esta necrópolis fenicia de Trayamar, qué se encontró en un primer momento, cómo se ha conservado, dónde se encuentran las piezas más destacadas. Nos despedimos de Eva y regresamos al coche acompañados por la intensa fragancia de los árboles frutales.
Despedida
La brisa del mar asciende desde las playas, es leve y sutil el perfume de salitre, pero ahí está, inconfundible. Se mezcla y une con los aromas intensos de los frutales y entre ellos se conjuran para crear una esencia única. Estamos en los jardines de San Sebastián, sentados, contemplando del mar desde las alturas. Huele también a hierba recién regada. Es este un mirador privilegiado, a nuestra espalda las primeras montañas de la Axarquía plagadas de bancales, frente a nosotros, el espejeo constante del mar Mediterráneo. Respiramos hondo y nos comemos la primera torta de Algarrobo de las dos docenas que hemos comprado.
Informaciones útiles y enlaces de interés
San Sebastián: El 20 de enero, Algarrobo celebra la festividad de su patrón. En el transcurso de la fiesta la imagen del santo es trasladada en romería hasta la ermita del mismo nombre, recorriendo las calles retorcidas del centro del pueblo. Toda la comitiva se acompaña de una sonora “cohetá”.
Los carnavales: Cada año, los carnavales de Algarrobo cobran más auge, llegando a celebrarse, además de los tradicionales concursos de disfraces, un concurso de bailes y de murgas carnavalescas.
Festival Folclórico: El último fin de semana de agosto, Algarrobo celebra el Festival Folclórico, un evento que reúne lo más variado y variopinto de las tradiciones y bailes populares, ya sean locales, comarcales o internacionales en un intento de acercar diferentes tipos de cultura hasta la localidad.
Noche Flamenca de Algarrobo: El primer fin de semana de septiembre se celebra la Noche Flamenca de Algarrobo, un festival decano que ha traído en toda su trayectoria a los mejores artistas de este género musical que se entierra en las raíces más profundas de la cultura popular andaluza.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la web municipal de Algarrobo.
Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.
80 ALGARROBO: ENTRE EL BANCAL Y LA ARENA
martes, 19 de octubre de 2010
Publicado por Israel Olivera en 0:01
Etiquetas: Algarrobo, Algarrobo Costa, Axarquía, Costa del Sol, Málaga, torre ladeá, tortas de algarrobo
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4 comentarios:
Hoy me despierta un maravilloso contraste de azules.
Qué a gustito se tiene que estar dónde se sienta la misteriosa figura de negro.
Algarrobo, otra sorpresa de sierra y playa.
Un abrazo,Israel por estos martes tan luminosos.
Algarrobo Pueblo,Algarrobo Costa,frescor de rio,arenales y brisas marinas ...,qué luminosidad,que pueblo tan completo y qué bien lo ha descrito nuestro querido Israel.
Besos.
Pantxike.
Hola visite tu blog http://elcolorazuldelcielo.blogspot.com/ y me resulto muy agradable, tienes información muy interesante, me encantaría que intercambiáramos links con una red de blogs que administro y de esta manera ayudarnos mutuamente a difundir nuestras páginas.
espero tu gentil respuesta.
muchos saludos
Maria Jose
delpilar1011@hotmail.com
Sólo informaros de que las tortas de Algarrobo están riquísimas. Doy fé de ello. Los ingredientes principales son matalauva, almendra y aceite de oliva virgen. Pantxique, estoy segura de que te encantarían.
Saludos viajeros.
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