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55 PIZARRA: LA VEGA DEL AZAHAR

martes, 27 de abril de 2010

Huele a azahar, de manera profunda e intensa. Huele dulce. La densidad del aroma recorre las esquinas, los recovecos, se cuela bajo las puertas y entra en las casas por las ventanas. Es un perfume fuerte y delicado a un tiempo, un reclamo de antiguas herencias que ha acompañado al ser humano desde que tiene memoria en estas tierras. Y es que Pizarra es el epicentro de un vergel, de una campiña edénica conformada por inmensas plantaciones de frutales, una estampa pura del Valle del Guadalhorce. Los naranjos y los limoneros ya dieron sus frutos, y en el estallido primaveral queda la flor de azahar como reclamo mítico. Nos persigue y cautiva su olor como una esencia de lo que Pizarra es.

La iglesia y el palacio

Las calles, alargadas y empedradas, de nueva construcción. Es una localidad relativamente moderna, su constitución como municipio está datada en 1847, y su trazado poco o nada tiene que ver con los de otros pueblos de marcado pasado árabe, que ponen el acento de su crecimiento en los laberínticos espacios sobre los que se idea su estructura urbana. Seguimos dirección centro y estacionamos en una de sus calles principales, calle Málaga, frente al antiguo ayuntamiento y a la vera de una plaza que lleva su nombre y que está presidida por dos altas palmeras. En los bancos de piedra que la bordean unas cerámicas nos muestran imágenes de las diferentes pedanías en las que se constituye Pizarra, así vemos a Zalea, Cerralba, Gibralmora y la Barriada Hipólito. Se encuentra ajetreado hoy el centro pizarreño, con idas y venidas de gentes que charlan, mercadean, pasean, ríen... Un movimiento propio de entorno vivo y rico. Desde la plaza del Ayuntamiento tomamos la calle San Pedro, por la que descendemos, hasta la calle Puerta de la Guardia, donde se ubica la iglesia de San Pedro Apóstol. Las casas, de planta y piso en su mayoría, se sumergen en la umbría tras un primer zaguán. Sombras que pueblan los patios y los refrescan del calor exterior, patios donde los niños juegan y una anciana poda con delicadeza un limonero, limonero que perfuma la casa y la calle. Las ventanas están protegidas por rejas de forja negra, al igual que muchos de sus balcones, que se abren tímidos al exterior. Giramos a la derecha y nos encontramos con la entrada de San Pedro Apóstol, un templo de apariencia sencilla, con una puerta coronada en granas y sobre la cual gravita un redondo lucernario por el que se filtra la luz del sol. Cuenta la historia pintada en un panel cerámico que es una "Construcción de estilo mudéjar de una sola nave, levantada en el siglo XVII sobre el mismo solar donde Diego Romero, fundador de Pizarra, ubicó en el siglo XV la primera iglesia del pueblo. En el siglo XIX fue reformada dotándola de una nueva puerta de entrada y trayendo desde Zaragoza las vidrieras y rosetones que aún se conservan". Anejo al templo se encuentra un cuidado jardín con bancadas de piedra donde poder sentarse al fresco. Junto al jardín, el Palacio de los Condes de Puerto Hermoso. Es un edificio enorme, de cierto gusto indiano, con un gran jardín en derredor y altas murallas que impiden su visión directa. Despuntan palmeras, dos altísimas, y dos torres principales. Es un edificio de planta compleja, con tejados sobre tejados a diferentes alturas, algunas de sus terrazas asoman almenadas al exterior. Y hete aquí que aparece de nuevo el nombre de Diego Romero, ya que este insigne edificio se construyó a principios del siglo XX sobre los cimientos de la casa solariega del fundador de Pizarra. En este emblemático lugar pernoctó el Rey Alfonso XIII el 2 de mayo de 1921 y albergó, un año más tarde, la Conferencia Gubernamental sobre la Guerra de Marruecos.

El convento

Subimos por la calle Real y dejamos que aire fresco que proviene de algunos patios abiertos nos rebaje un tanto la temperatura. En todo nuestro paseo nos sentimos observados, vigilados, escrutados. Es "El santo", una enorme escultura de un Sagrado Corazón de Jesús que se erige sobre la cima de la Sierra de Gibralmora y al que se puede acceder caminando un trecho, tal y como luego indicaremos. Llegamos así hasta la plaza del Ayuntamiento, que dejamos atrás, para ascender por la calle Alta y llegar al Convento de Las Hermanas de la Cruz. En apariencia es una casa más, de no ser por el distintivo que aparece en la puerta y que cuenta, someramente la historia del centro que fue el "antiguo convento de las Madres Dominicas, fundado en Pizarra por Pedro Soto Domecq, Conde de Puerto Hermoso. Se inauguró en 1955 y destaca en su interior el magnífico retablo de estilo plateresco que adorna la capilla". Una vecina nos ve dudar en el exterior - ¿Quieren ustedes entrar en el convento?, nos pregunta. -Pos supuesto-, comentamos. La mujer da dos pasos, pulsa un timbre y allí aparece una hermana, vestida con un ropaje sencillo. Dicharachera, habladora y sonriente nos cede el paso. El convento responde a todos los atributos que le pueda atribuir el imaginario colectivo: Silencioso, sencillo, limpísimo, recogido. Preside el hall un cuadro de la fundadora, Sta. Ángela, conocida como madre Angelita. Charlamos largo y tendido con Sor María del Camino que nos cuenta que este es un convento vivo, que recibe a niños y niñas a los que se da clases extraescolares, que las siete hermanas que en él residen realizan labores de ayuda a los más necesitados con visitas a domicilio - Aunque sea sólo para hacer compañía-, apunta Sor María del Camino. Nos permite pasar a la capilla y aquí vemos el altar de estilo plateresco que rezaba la placa exterior. Tras algo más de plática, salimos al exterior.

La Raja Ancha

Continuamos calle Real hacia arriba, hasta llegar a calle Barrio Alto, que cruzamos, hasta llegar a calle Rosales, que descendemos, calle Fuertecillo hasta llegar al Área Recreativa Raja Ancha. Esta zona de esparcimiento es un amplio parque que extiende sus límites hasta bien entrada la montaña. Se encuentra equipado con fuentes, bancada sy mesas de madera, barbacoas, etc. Sabemos que en la zona alta del parque se sitúa la que se llama Raja Ancha, una hendidura natural en la roca a la que se han añadido algunos escalones tallados en la piedra y por la que el visitante puede transitar hasta llegar a su mirador. Eso pretendemos hacer. Preguntamos a dos jóvenes que se sientan lasamente en uno de los bancos - ¿Al mirador? Cinco minutos andando, no más-, contestan. Sumemos a esos cinco minutos otros diez y así tendremos el tiempo real de ascensión. No tiene pérdida, sólo hay que subir hasta encontrar las indicaciones. Llegamos hasta el roquedal y observamos las enormes piedras sujetas unas sobre otras por su propio peso. La Raja Ancha, sumida en la penumbra resulta inquietante y estimulante. Pasamos seguidos uno de otro y nos sumergimos en un instante de tinieblas. Provoca La Raja ciertas emociones encontradas, parece uno ascender hasta un mundo pétreo y sólido, pero contempla, hacia arriba, las losas sobre su cabeza y el mundo sólido se transforma en frágil. Cruzamos en silencio y ascendemos por las escaleras talladas en la piedra hasta regresar, de nuevo, a la luz total, al refugio del mirador. Desde este baluarte se otea una buena porción del centro urbano pizarreño. Reposamos un tanto, tomamos un buen trago de agua, tiramos un par de fotografías. Desde aquí parte el camino hacia "El Santo", desde el que se obtienen, nos han dicho, unas vistas inmejorables. El camino asciende, bien indicado, por una pendiente no en exceso pronunciada y llevará al visitante hasta la cima en una hora y cuarto aproximadamente. Tomamos nota para una próxima visita, aún nos queda por visitar uno de los lugares emblemáticos de Pizarra. Regresamos hasta la calle Málaga, donde habíamos estacionado el coche.

La ermita

Se puede llegar hasta la ermita caminando, excepto una pequeña cuesta al comienzo, el resto es un camino llano, un vial de tierra por el que se puede pasear sin problemas. También se puede acceder en coche. Tanto para lo uno como para lo otro hay que tomar, desde la calle Málaga, la calle Ermita y después el Camino de La Ermita que también conduce a la Vega de Santa María. En el recorrido, que en su primera parte transcurre por las calles altas de Pizarra, nos encontraremos con el mirador del Algarrobo Centenario que ofrece unas visitas inigualables de los campos de frutales que rodean el municipio. Pero, sin duda, el auténtico tesoro de este camino es la ermita. Una construcción ganada a la roca, con una portada espigada, pintada de grana y cal, con una espadaña de la que pende una campana y dos recargados tejadillos que destacan sobremanera en el edificio. "Está datada en el siglo XVI, semiexcavada en la roca y levantada sobre una antigua iglesia mozárabe del siglo XVIII, mientras que la fachada actual es de estilo neogótico, al igual que el altar interior, de mármol, datan de principios del siglo XX. Su advocación a la Virgen de la Fuente Santa se debe al manantial de agua que brotó durante su construcción". Es esta, además, una ermita con ermitaños. Josefa y Ángel viven junto al edifico religioso, en una casa también excavada en la roca que ocupan desde hace más de 20 años. Cuidan y viven en la ermita y nos cuentan que cuando el calor del verano aprieta no es raro que algún vecino visite de madrugada la capilla o se siente al fresco en su entrada mientras el perfume de azahar se cuela por todos los rincones. Charlamos con ellos, nos cuentan y relatan su vida entre anécdotas y sonrisas. Allí nos quedamos un buen rato, disfrutando de su agradable compañía, sintiendo la amabilidad de los ermitaños y de sus vivencias.

La despedida

Dejamos atrás Pizarra y circulamos entre las vegas trufadas de naranjos sin fruto. Se agitan al compás de la brisa las flores del azahar que penetran en el coche, en las ropas, en el pelo. Un olor denso y dulce, intenso y volátil, delicado y recio. Un poeta dijo que el azahar y la dama de noche olían a flores asfixiadas. Nunca había estado en Pizarra en primavera.

Consejos útiles y enlaces de interés

Pizarra arqueológica: Son muchos los vestigios de la antigua Pizarra que se conservan en relativo buen estado y que un ojo experto podría traducir en elementos reconocibles son los Castillejos de la Quintana donde en el cerro de este nombre y aprovechando su difícil acceso así como sus inmejorables condiciones de puesto defensivo y de vigilancia se ubicó un poblado en época mozárabe; los restos de la Torre Árabe, que se conserva en la Sierra de Gibralmora, y que formó parte del sistema defensivo musulmán en el Valle del Guadalhorce; una necrópolis prehistórica en la zona conocida como Castillejos de Luna, compuesta por en torno a una decena de tumbas en cista que se encuadran cronológicamente dentro de la Edad del Bronce; o el "Bañaero de la Reina", se llama así al lugar porque según la tradición popular allí se bañaba la reina mora. Aunque en realidad nos encontramos con una pileta de época romana para la captación de agua.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, a la que añadimos la del Patronato de Turismo de Pizarra, la web municipal del consistorio pizarrerño y la del Grupo de Desarrollo Rural Valle del Guadalhorce.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

54 ARRIATE: SERRANÍA INÉDITA

martes, 20 de abril de 2010

Pinta verde intenso sus campos la provincia de Málaga. Verde nutrido por las últimas lluvias que imprimen color a los campos y hacen espejear las pequeñas lagunas. Se combina el verde con el ocre húmedo de la tierra y todo ello señoreado por el murmullo de los cauces de torrentes y ríos que viven momentos de máximo esplendor. Tomamos el camino de Arriate atravesando el Guadalhorce que nos ofrece este paisaje de vivos contrastes para entrar en la comarca de Guadalteba. Dejamos tras de nosotros los campos de cereal sembrado con sus suaves colinas y ondulaciones, como un mar de tierra. Y de lleno cabeceamos sobre la Serranía de Ronda que da paso a las moles graníticas, a los alcornoques y encinas y olivos, a las simas y las crestas al desvarío de las montañas. En uno de esos valles acunados por las montañas se encuentra Arriate.

En Arriate

Decía su nombre en árabe "Arriadh", traducido como "Los Vergeles" y no equivocaban este vocablo sus antiguos moradores porque Arriate se abre sobre la depresión rondeña como un auténtico edén conformado de huertas y campos y cereales y frutales en todo su término municipal. Arriate que vivió a la sombra de Ronda en un ir y venir de anexiones y desanexiones hasta que en el año 1630 consiguió al fin su independencia tras el pago de 352.739 reales, independencia merecida, ya que posee este pueblo su carácter propio, una singularidad única que era necesario se desarrollara por sí misma. Pese a estar situado a cierta altura, Arriate disfruta de las bondades de un terreno casi llano que discurre en profundidad por la depresión situada tras la ciudad del tajo. Los paseos por sus calles y las rutas senderistas que desde el casco urbano se extienden hacen que su visita sea muy agradable, tanto para aquellos que gustan del caminar recio o para aquellos otros que disfrutan con el caminar más sosegado. Nosotros optamos hoy por lo segundo, por pasear por el centro del pueblo y poner buen ojo a algunas de las puertas de madera de sus casas, dicen que de las más bellas artesanías de la comarca. Nos adentramos en Arriate.

La iglesia de San Juan de Letrán

Actúa la altísima torre campanario de la iglesia de San Juan de Letrán como inevitable punto de localización, como si de un gigantesco gps se tratara. Espigada, firme, enhiesta, con tres cuerpos diferenciados que se elevan hacia el cielo. Tomamos como clave esta referencia y la señal que indica centro urbano. Estacionamos en las proximidades del templo, nos pertrechamos y descendemos del coche. Desde aquí tomamos la calle Juela (curioso juego de palabras) hasta la plaza de D. Antonio Marañón donde encontramos la iglesia. La plaza es un lugar discreto y pequeño, con una farola de hierro fundido presidiéndola y unos bancos en los que sentarse, es un lugar agradable y fresco. Hasta nuestros oídos llegan los ecos de una voz cantando una canción del mítico grupo de rock andaluz Triana: "Cada noche mi vida es para ti/como un juego cualquiera/y nada más/porque a mí me atormenta en el alma/tu frialdad". Es el interior de la iglesia sencillo, de una sola nave y con unas vidrieras multicolores ilustradísimas que permiten que la visita pueda realizarse a la luz del día. Es una construcción relativamente moderna con un altar sobrio, serio. Hasta seis imágenes inundan los laterales de la única nave. Profesan los arriateños y arriateñas con fe y ahínco su religión, hasta el punto que su Semana Santa fue declarada en 2001 Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía por acreditar "su antigüedad en su celebración además de la originalidad y diversidad de actos que suponen la manifestación de valores propios y de gran tradición popular", tal y como reza una placa colocada en la entrada de la parroquia.

Siguiendo el curso del río Guadalcobacín

Rodeamos la iglesia por la derecha y tomamos, en descenso, la calle Correderas. Nos percatamos que en algunas de las fachadas se encuentran una placas de barro sobre las que hay dibujados diversas imágenes de la localidad. Por la calle Correderas llegamos hasta la glorieta de San José, más conocida entre los arriateños como la Plaza de la Residencia, donde se ubica el edificio de un centro para personas mayores fundada en el año 1900 por la beata Madre Petra de San José. La residencia posee una estructura de patio central en forma de claustro abierta al exterior sobre el que reposan cuatro palmeras que le otorgan cierto aire indiano. En el ala izquierda se sitúa la capilla, que se distingue desde el exterior gracias a su espadaña de la que penden dos campanas. Tomamos, con la residencia frente a nosotros, la calle de la derecha. Hasta desembocar en el puente 1º de Mayo sobre el río Guadalcobacín. Es un puente coqueto, con dos pequeños balcones que se asoman al cauce por ambas márgenes. Así llegamos hasta la plaza de la Aurora. Un lugar fresco y agradable, presidido por el murmullo constante del río, con una serie de bancos de piedra blanqueados cuajados de flores. Un panel de cerámica cuenta la historia de Los Auroreros: "La Aurora es la tradición religiosa y popular más antigua del pueblo de Arriate. Cada domingo por la madrugada un grupo de hombres llamados Auroreros recorren las calles del pueblo cantando coplas acompañándose de guitarras, campanillas, platillos y triángulo. (...) De origen rural, del valle del río Gudalcobacín se trasladó del campo al pueblo, apareciendo desde entonces la Virgen del Rosario como patrona de Arriate y cantándose "La Aurora" al final del rosario que recorre las calles los domingos por la mañana durante el mes de octubre. Tradición que se mantiene en la actualidad. (...) Los auroreros terminan las coplas o versos con el grito de ¡Ave maría Purísima!". Continuamos por la calle Huerto. Nos asaltan perfumes de brasa, aromas dulces e intensos que compiten con los de las ollas y pucheros que ya se preparan en el interior de las casas. Las rejas en puertas y ventanas son seña de identidad, algunas incluso forman auténticas filigranas. Cruzamos, de nuevo el río Guadalcobacín por otro puente y ascendemos por unas escaleras que nos llevan hasta una plaza sobre la que se asiente un enorme árbol centenario que rodeamos. Callejeamos y disfrutamos con los saludos amables de los arriateños que tiene el buenos días, el buenas tardes, el hola, hombre, hola, a flor de labios. Pasamos frente al Café Albarra, donde un grupo de jubilados roma la sombra, también frente al Café Paquito donde otro grupo de hombres discute de fútbol. Las mujeres, por contra, no se solazan, pasean de aquí allá con bolsas de la compra colgadas del brazo, charlando con alguna vecina, con algún vecino... Pese a distar apenas 5 kilómetros de Ronda, Arriate conserva esa esencia de vecindario conocido y hace que su estancia en el pueblo nos resulte sumamente agradable. Los bajos de algunas casas de la parte vieja están ocupados por antiguas fábricas de embutidos, muy apreciados, no en vano el clima serrano favorece en sumo grado la curación natural de jamones, chorizos, morcillas, morcones, salazones... A esta fabricación artesanal también le acompaña la industria moderna con fábricas que ocupan naves algo más grandes. Tomamos un café tardío en uno de sus bares, 1, 10€ y tomamos notas sobre nuestra visita.

La despedida

Nos vemos sentados en el parque de la Aurora. Sorprenden la suavidad y quietud de sus formas entre el horizonte agreste de montañas graves. Un remanso de paz este Arriate que vive con la cadencia permanente de su río acompañándole, con los rigores del invierno curando sabiamente los embutidos artesanales, con los perfumes de las brasas aún bien entrada la primavera... Es este tiempo de verdes intensos cuando Arriate cobra su mejor entonación, cuando los prados que lo rodean hacen que la intensidad de sus casas blancas brillen con mayor intensidad. ¡Uf! tanta reflexión nos ha provocado hambre, compraremos pan artesano y algo de embutido para disfrutarlos a la vera del río.

Consejos útiles y enlaces de interés

La "Fiesta de la Vieja": El “Día de la Vieja” se celebra en la localidad desde principios de siglo y tiene el origen de su nombre en la expresión “partir la vieja” que hacía referencia a partir los rigores de la “vieja cuaresma” y hacer un alto en el cumplimiento de esta ley de abstinencia implantada por la iglesia católica. En la comida del “Día de la Vieja”, además del vino moscatel local, se incluyen roscas de pan, huevos duros, salmorejo, limones dulces, rosquillos de vino y chacina variada.
Semana Santa: No se pueden olvidar las celebraciones de Semana Santa, que en 2001 fueron declaradas de Interés Turístico Nacional de Andalucía. En el siguiente enlace se ofrece al visitante los detalles de recorridos de la Semana Santa Arriateña: Semana Santa en Arriate.
Senderismo: El privilegiado enclave natural de Arriate, situado en la llanura que se extiende entre las sierras de Salinas y Las Cumbres ofrece al viajero que guste de pasear varias rutas senderistas de notable interés. Caminos que discurren en su mayoría por la campiña de la serranía rondeña y que tiene sus máximos niveles de altura entre los 500 y 600 metros. Así existen varios itinerarios de diversa dificultad, entre los que destaca el camino que lleva al Puente de la Ventilla, pasando por el enclave natural de Arroyo Oscuro o el camino a Montejaque, conocido por Ribera de Don Rodrigo o incluso arribar hasta las ruinas romanas de Acinipo.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la web municipal de Arriate.

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53 FUENGIROLA: DE CARA AL MAR...

martes, 13 de abril de 2010

Cuenta la leyenda que en tiempos árabes, en las noches de luna nueva, cuando el cielo aparece oscuro y cerrado, tachonado sólo por el parpadeo de las estrellas, un astrónomo ascendía hasta la torre más alta del castillo fuengiroleño. Desde allí dirige su rudimentario telescopio hacia la Constelación de Argos y escrutaba el devenir del firmamento con la paciencia del erudito. Una de esas noches, desde esa torre de piedra divisó un parpadeo azulado, un titilar discreto, un temblor en el cielo. Ante sus ojos apareció la pequeña estrella Sohail. Alborozado comentó el hallazgo al emir y desde aquel instante, aquella población de pescadores que los fenicios habían llamado Suel, pasó a llamarse Sohail y con este nombre permaneció durante casi ochocientos años. Luego llegaron los marineros genoveses y el nombre cambió, pero esa es otra historia que contaremos más adelante.

La llegada

Hoy es un día ventoso, el mar riza sus espumas y agita la arena de las playas. Fuengirola, ciudad abierta al mar reclama el abrazo del viento y permite que la brisa marina, de intensos perfumes a salitre y a marisma, recorra las calles, casa rincón, con un ulular de querencias antiguas que antes ya escucharon los fenicios y los romanos y los visigodos y los árabes y los cristianos... Es un día peculiar, un día en el que se alborota la vida y los viandantes se sonríen ante la brisa de sales y soles. Fuengirola es una ciudad de pequeño tamaño y abierta al visitante. Sus diez kilómetros cuadrados escasos contrastan con sus ocho kilómetros de playa, lo que nos permite concluir que la ciudad fuengiroleña es alargada y espigada. El ayuntamiento ha puesto en marcha un sistema de aparcamiento de rotación para facilitar la movilidad de vehículos del que conviene conocer los precios y horarios. De lunes a viernes de 9:30-14:00 y de 16:30-21:00; los sábados de 9:30 a 14:00; y los domingos y festivos es gratis. Los precios son 0,40€ - 30 minutos (mínimo); 0,85€ - 1 hora; 2€ - 2 horas; 3, 15 - 3 horas (máximo). Estacionamos cerca del puerto marítimo y deportivo y cumplimos con nuestros deberes recaudatorios calculando el máximo tiempo que vamos a estar en la ciudad, añadiéndole un poco más y sabiendo que por la tarde es gratuito. Iniciamos la visita.

El Puerto de Fuengirola

Lo decimos, hoy es un día especial. Las habitualmente tranquilas aguas del Mediterráneo parecen haberse enfurecido y la naturaleza nos muestra un espectáculo poco usual en estos pagos. Así en el Puerto de Fuengirola observamos el espectáculo inusitado e hipnótico de las olas batiendo sobre el espigón exterior del mismo. Salpican las espumas blancas y hasta nosotros llegan las gotas mínimas del mar pulverizado. Las drizas golpean los mástiles de las embarcaciones, componiendo una sinfonía siempre inconclusa. El Puerto de Fuengirola se ha ganado, literalmente, al mar. Tiene forma rectangular, protegido por un gran muro exterior que hace las veces de espigón. Hacia levante se sitúa el Puerto Deportivo, en el centro y hacia poniente, el Puerto Pesquero. En el carril central de el varadero, que divide en dos las instalaciones portuarias se encuentran las nasas, redes y diversas artes de pesca. Hoy los barcos permanecen atracados, amarrados a puerto. Podemos imaginar en este mismo lugar, terciado el siglo XV, a los marineros genoveses faenando en estas aguas. Portaban unas embarcaciones a las que llamaban girolas y de ahí que llamaran al puerto de donde procedían Fuente de las Girolas. Las palabras fueron deformándose por el uso hasta formar el vocablo Fuengirola por el que todos conocemos a la ciudad. Otro dato más acerca de los nombres es el de boliches. Así se llamaban a los peces menudos, pequeños, y de ahí recibió el nombre el barrio fuengiroleño de Santa Fe de Los Boliches. Los barcos de pesca reposan atracados en el dique, unos contra otros, apretados, cabeceando proa y popa, como un caballo asustado dispuesto a lanzarse a la carrera. Sta. Gema, Hermanos Sánchez, Maricarmen, Los Galdeanos, Emilio Pomaire... son algunos de sus nombres. Asimismo, todos ellos poseen alguna referencia a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros y que se celebra en el mes de julio con gran expectación en la localidad. Aparecen así algunas estampas, cuadros, dibujos... Quizá como los antiguos romanos llevaban referencias al dios del mar, Neptuno. Ya en el Puerto Deportivo se reparten los pantalanes de las embarcaciones de recreo y con ellas un amplio catálogo de bares, restaurantes, pubs, etc... En el mismo puerto se ofertan diversas posibilidades para disfrutar del mar como paseos en barco, paseos con avistamiento de peces y aves, pesca deportiva, y para los más osados también algunos deportes más adrenalíticos... Por su parte, el Club Náutico de Fuengirola (www.clubnauticofuengirola.com) posee una escuela de vela en la que poder desarrollar cursos de optimist, raqueros, windsurf y minicruceros, etc... Las ofertas y precios son muy variadas y en la propia página web del ayuntamiento podrán encontrar una amplia oferta.

El paseo marítimo

Contrasta el mar con los afilados edificios que se mantienen enhiestos, como auténticos farallones, rompeolas, acantilados, edificados a base de técnica por el hombre. Caminamos hacia poniente, dirección al Castillo de Sohail. Caminamos por el Paseo Marítimo, uno de los más largos y mejor equipados de Europa. Tiene, en su totalidad, ocho kilómetros de recorrido y forma un auténtico espectáculo de gentes y colores y olores y sabores al borde, constante, del mar. La oferta hotelera (cerca de 12.000 camas) se asoma a las playas fuengiroleñas, todas ellas consagradas con la Bandera Azul que otorga la Unión Europea por la calidad de sus aguas, arenas y servicios. Los restaurantes centran la oferta de comida internacional de todo tipo, gusto y color, y los chiringuitos de la playa centran oferta más autóctona con pescaíto frito, arroces excelentes pescados a la sal. Hoy baten las olas y los arenales se mantienen incólumes ante la bravía contumacia del mar. Los paseantes nos miramos y sonreímos ante el espectáculo y dejamos que las gotas atomizadas nos salpiquen el rostro. Caminamos con deleite, con despacio, con tranquilidad, disfrutando de cada paso. La distancia, aunque larga, es perfectamente salvable. Hay bancos por doquier y distracciones varias, además se realiza todo el tiempo por un trazado recto, sin cuestas... Es muy recomendable dejarse llevar por la distancia. De cuando en cuando descendemos hasta la arena. El mar ruge y el agua aún está fresca, pero se agradece. Continuamos. Aún en estos días ventosos, el Paseo Marítimo de Fuengirola proporciona una caminata de carácter excepcional. Los amantes de la bicicleta o de los patines también tienen la oportunidad de disfrutar, ya que a todo lo largo del paseo se halla habilitado un perfectamente señalizado carril bici. Llegan hasta nosotros los perfumes de los espetos, de las brasas, que se confunden con los del mar y los de la arena y el salitre en una combinación única, casi marca registrada del litoral malagueño.

El Castillo Sohail y su parque

Caminando llegamos hasta la pasarela que cubre el río Fuengirola y que con sus tirantes ya se ha convertido en icono de la localidad. El Castillo Sohail se sitúa en lo alto de un promontorio, oteando el mar en la lejanía. Grupos de jóvenes se solazan sobre la arena, acompañados por el permanente sonido del mar. Para ascender hasta el Castillo existen dos posibilidades. La primera de ellas, es continuar por el paseo, bordear el cerro del castillo y llegar hasta la fortificación a través del parque que se extiende a sus pies. La segunda se encuentra después de cruzar la pasarela, caminar hacia la derecha, junto al río, y allí se observará una entrada que indica Parque del Castillo. Nosotros optamos por ascender por el camino del paseo y descender por el camino junto a la pasarela. El castillo se encuentra rodeado de un extenso parque donde poder tumbarse sobre la hierba a descansar y reposar un tiempo sobre alguna de sus terrazas. En el mismo se hayan las excavaciones arqueológicas de unas serie de tumbas fenicias y de la que, probablemente, fue ciudad romana de Sual. Al castillo se accede por la puerta trasera del edificio, así que si el visitante sube y se encuentra la puerta principal cerrada sólo tiene que rodear la fortificación. La entradas para adultos cuestan 3 euros y para niños 2 euros. Está abierto de lunes a domingo con horario ininterrumpido de 10:00 horas a 19:45 horas. Nos encontramos, en el interior, con una boda. El novio y la novia se fotografían en el interior, en las almenas, en la puerta... El Castillo Sohail ha sido construido y destruido en varias ocasiones, originariamente edificado por los fenicios (junto a una fábrica de salazones) lo utilizaron también los romanos y los árabes, y se usó como bastión defensivo en la Guerra de la Independencia contra los franceses. En la actualidad, está reconstruido y se utiliza para la celebración de diferentes eventos sociales y culturales, entre ellos, el mercado medieval que reúne a numeroso público en su celebración a mediados de agosto y en el que se desarrollan talleres de diversa índole, se incluyen puestos artesanos, gastronómicos, etc... En el que pretende ser un auténtico viaje al pasado. Desde el Castillo Sohail se tienen unas vistas espléndidas del Mediterráneo, hacia levante, el núcleo de Fuengirola, con Mijas pueblo al fondo. Hacia poniente, el Mediterráneo en todo su esplendor... Pasemos por las almenas del castillo, nos fotografiamos junto a los cañones, nos sentamos, contemplamos el Mare Nostrum, respiramos el aire salitroso que nos trae la brisa...

La comida

Aún nos quedan por visitar vario lugares destacados de Fuengirola, pero las horas se nos han echado encima y optamos por hacer una parada para comer. En el Paseo Marítimo hemos visto un restaurante-chiringuito donde ponían pescados a la sal, así que no lo pesamos más. Se llama Rte. Bar Playa Antonio y ofrecen una amplia oferta de pescaíto frito, de pescados a la sal, mariscos, arroces etc. Optamos por compartir, así que pedimos 2 botellines de agua, 1/3 cerveza, 1 ensalada de pimientos (6 euros), 1 gambas al pil-pil (7,80 euros), 1 cazón en adobo (6,80 euros), 1 dorada a la sal mediana (22,26 euros), 1 helado. Total: 51, 44 euros. El pescado a la sal (en este caso dorada, pero podría haber sido lubina o besugo, etc...) te lo muestran en la mesa antes de prepararlo (tiene buena pinta) y lo hacen en el momento. Degustamos los aperitivos, charlamos entre el sol y la sombra. El restaurante está casi lleno. A la hora de servir el pescado a la sal, Rafael, el camarero, nos muestra sobre un cajón de madera la costra que lo envuelve. Allí mismo quita la sal que lo recubre, despieza el pescado y nos lo presenta en la mesa. Está muy bueno, también la conversación. Lo degustamos con deleite y tomamos fuerzas para continuar la caminata.

Más Fuengirola

Hemos optado por caminar y en Fuengirola, con un poco de brío, se puede llegar andando a todos los lugares. El paseo entre sus calles o al borde del mar siempre resulta estimulante. Si se viaja con niños, visitar el Parque de Poniente es ineludible. Es una zona próxima al castillo Sohail equipada con diferentes juegos infantiles que han adquirido la forma de barcos, galeones, carabelas... El suelo tiene aspecto ondulado y es de color azul, asemejándose al mar. También hay un chiringuito con aspecto de faro en el que poder tomar un refresco. Desde el Parque de Poniente, por la Avenida Condes de San Isidro se llega hasta el Parque del Norte, donde se ubica el ayuntamiento. Junto al ayuntamiento podemos hallar el Museo de Historia de la Ciudad, que encontramos cerrado pese a que en un prospecto se nos indica que está abierto de lunes a domingo en horario de mañana y tarde. En la puerta se nos indica que el horario ha cambiado, ahora la apertura del museo es de martes a sábado de 11:00 a 13:00 horas. Otra vez será. Detrás del ayuntamiento de la localidad, en la avenida Camilo José Cela, se encuentra otro de los activos turísticos de Fuengirola, su zoo. Aunque es conocido como Zoo de Fuengirola, en el mes de marzo de 2010 cambió su nombre a Bioparc Fuengirola. Como indica su página web "Bioparc Fuengirola abandera un nuevo modelo de zoo basado en el respeto a la naturaleza y la preservación de sus especies, un modelo que ya se ha convertido en referente a nivel europeo. Hablar de Bioparc Fuengirola es referirse a un concepto diferente de zoo. Un parque zoológico en el que los animales conviven en una recreación de su hábitat natural que favorece su desarrollo a todos los niveles. Visitarlo es adentrarse en un auténtico documental sobre los más profundos bosques tropicales". Dentro de sus actividades organizan una única en Europa: las visitas nocturnas guiadas. En su página se pueden encontrar todos los servicios que se ofrecen, los diferentes hábitats, las especies que lo habitan, etc... El precio de la entrada es de 15,90 euros para los adultos y 10, 40 para niños y pensionistas. n grupos mayores de 25 se realiza un descuento. Las entradas se pueden adquirir en las taquillas del Bioparc, en hoteles y en agencias de viajes. El parque abre todos los días del año desde las diez de la mañana. Es, sin duda, una oportunidad excepcional para conocer la flore y fauna dentro de una hábitat abierto y controlado.

Despedida

Nos dirigimos, de nuevo, hacia el Paseo Marítimo. Caminamos despacio, sintiendo ya entre las callejas más antiguas de la ciudad el perfume del salitre en el viento. Se abren la playa y el mar ante nuestros ojos. Descendemos hasta la arena, nos descalzamos y nos sentamos. Dejamos que el Mediterráneo nos inunde con sus esencias, con sus olores y sus sabores, con el salitre sobre la piel. Sonreíamos y dejamos que el sol vaya cayendo por poniente.

Información turística y enlaces de interés

La agenda de actividades de Fuengirola es apretada, pero hay dos eventos que nos inexcusables. Uno de ellos las fiestas en honor a la Virgen del Rosario y otro La Feria Internacional de los Pueblos.
La Feria Internacional de los Pueblos: Se celebra entre los meses de abril y mayo desde 1994, es un evento consolidado en la Costa del Sol y hasta él se acercan miles de visitantes todos los años. Tal y como reza la página web municipal: "La vuelta al mundo en cuatro días se hace posible visitando este evento. Música contagiosa e interactiva, tocada por grupos auténticos, desplazados expresamente desde sus lugares de origen. Platos deliciosos preparados con todo el sabor y color que nos transportan, a través del paladar, a comunidades y países distantes. Bebidas exóticas, sabores intensos propios de cada cultura. Exposición y venta de productos típicos...". (Nota: Fotografía extraída de la página web del Ayuntamiento de Fuengirola)
La feria y fiestas de la Virgen del Rosario: Se celebran entre el 6 y el 22 de octubre en honor a la patrona de Fuengirola y alcaldesa perpetua, Nuestra Señora la Virgen del Rosario. El evento se desarrolla en el recinto ferial fuengiroleño y el tipismo andaluz es una constante que va más allá para transformarse en una realidad. Gastronomía tradicional, comidas y bebidas típicas, cante y baile y música son sus características principales.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y la web municipal de Fuengirola. A ella hay que añadir la ya citada del Bioparc y la web personal y de servicios Un Sol de Ciudad .

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